La obra de David Mamet llega a València versionada por Bernabé Rico y dirigida por Juan Carlos Rubio. Une tragedia y comedia e invita a reflexionar sobre los abusos sexuales y el poder
VALÈNCIA. Un productor de cine al que solo le importa el dinero, la fama y sus bajos impulsos sexuales. Una joven actriz dispuesta a comerse el mundo sin tener por ello que poner precio a su carrera. Otra actriz, más madura, que ya se lo puso mucho tiempo atrás. Y un guionista novato, principiante en un mundo manejado al placer de quienes ostentan el poder. Esta es la presentación de los personajes que protagonizan la nueva comedia de David Mamet. Una historia que se asimila en gran medida a la del mundialmente conocido Harvey Weinstein, y que nace como crítica ya no solo a sus abusos sexuales, sino al de un sistema en el que las jerarquías patriarcales favorecen muchos otros casos como el del productor estadounidense.
Su nombre es Trigo sucio, y está dirigida por Juan Carlos Rubio, producida por Bernabé Rico y protagonizada por un elenco de altura compuesto por Nacho Novo, Eva Isanta, Fernando Ramallo y Candela Serrat. La obra, que fue presentada ayer en el Teatro Olympia, podrá verse de jueves a domingo entre los días 18 y 28 de febrero. Si surge la duda de si es correcto o no hacer comedia de un asunto tan peliagudo como el de los abusos sexuales, la respuesta del elenco es clara: claro que sí, siempre que el tema se aborde desde la crítica y el respeto. Ese ha sido el objetivo de Trigo sucio, que fue presentada hace ya más de un año y tuvo que interrumpirse debido a la pandemia. Ahora vuelve, y lo hace en València.
Trigo sucio ya fue presentada en Londres por el propio Mamet en 2019, “aquel año en que fuimos felices y del que ya nadie se acuerda”, bromea Nacho Novo. El actor que interpretó al productor de cine fue John Malkovich, y la obra recibió una gran acogida por parte del público. No obstante, durante la convocatoria de prensa Nacho Novo ha explicado que él mismo tuvo el placer de ver la obra en su momento y que la versión anglosajona es muy distinta: “El montaje español versionado por Bernabé Rico es mucho más explícito, tiene más carnaza. En Londres, Malkovich ni siquiera se acercaba a la actriz de la que en la historia estaba abusando. Esta versión es mucho más latina. Tiene momentos más violentos, y la verdad es que el público se ríe más”.
Novo se sumerge en el papel de un depravado sexual, lo cual no es muy sencillo, y menos si lo haces en clave de comedia. El actor afirma que “no le da miedo quedar como un zafio” y que incluso “intenta defenderlo, creérselo, porque -como indica- nadie piensa de sí mismo que es un hijo de puta”. Por otro lado, la estética de su personaje es muy similar a la de Harvey Weinstein (gordo, trajeado y con aires de superioridad y lascivia), pero los actores resaltan que, aunque el parecido sea evidente, David Mamet no tenía a Weinstein del todo en la cabeza a la hora de dar vida a su personaje. Eva Isanta arroja luz al respecto: “Podría ser cualquier persona. Los abusos sexuales son un asunto que se ha ido repitiendo en todos los estratos. Quizás no es Weinstein, pero el hecho de que se parezca a él es la ironía que se toma Mamet por ser Mamet, es decir, porque puede”.
No es tarea fácil llevar a las tablas un tema tan delicado como el de los abusos sexuales. Conlleva muchas emociones que volcar en un personaje y el público puede reaccionar de muchas maneras. Es más complicado todavía si, además, lo tratas desde el humor. Porque Trigo sucio no solo es una crítica a los abusos sexuales, sino, como explica Novo, “una crítica a los abusos de poder en general”. De hecho, durante la rueda de prensa él mismo ha explicado que en algún punto de su carrera ha sufrido este tipo de abusos, “no sexuales, pero sí de imposición: había un productor que me amenazaba con que si no pasaba por el aro hundiría mi carrera”. Y el problema está en que “tienen el poder para hacerlo”.
No obstante, también explica que, para él, “la risa es el mejor aderezo. Tratar un tema con mucha pureza y que al final salgas del teatro fastidiado también es una opción, pero a mí me gusta mucho reírme”. Novo interpreta a un productor que lo único que busca es enriquecerse a costa de los demás, que hace “bazofia” en el cine y que se aprovecha de quienes tiene a su alrededor para cumplir sus objetivos.
En cualquier caso, el elenco al completo está de acuerdo en que “Trigo sucio invita a la reflexión, no solo al entretenimiento, que está más que asegurado”. Y en esa línea, Isanta asegura que los valores que transmite la obra “son universales. Se entiende todo. Te hace replantearte algo muy interesante, y es que todos, en algún momento de nuestra vida, pensamos que podríamos tener un precio”.
Esta reflexión se plasma a través del personaje interpretado por Candela Serrat. Ella da vida a una joven actriz que quiere alcanzar el estrellato y está convencida de que no tendrá que pasar por ningún aro para alcanzarlo. Como explica la propia actriz, “el personaje tiene muy claro desde el principio lo que está dispuesta a hacer según su límite de lo moral. De ese límite no pasa, pero poco a poco va jugando con él, pensando que tiene la situación bajo control cuando en realidad no controla nada”. En este sentido, Nacho Novo añade que “el trabajo de David Mamet siempre se caracteriza por ahondar en los contraluces del poder”. Candela Serrat, por otro lado, interpreta al personaje que hace que el conflicto se desencadene. La obra es eminentemente cómica, pero también tiene momentos dramáticos que coinciden con los acosos que recibe o con los choques de realidad a los que se enfrenta.
Eva Isanta ha hecho hincapié en que Trigo sucio es una obra “muy necesaria” en la medida en que sirve para afianzar el avance social. “Todos conocemos el caso Weinstein, pero ocurren abusos sexuales en todos lados. Es importante hablar de estos temas. Creo que una obra así es muy valiente”.
La actriz también ha explicado que hoy en día “estamos empezando a tener una infraestructura social que apoye a las mujeres, pero que antes, una mujer en situación de peligro denunciaba y no pasaba absolutamente nada”. Ha expresado que “afortunadamente vamos avanzando” y que tanto la interpretación como el periodismo son indispensables en ese sentido, puesto que “los actores visibilizan estos temas desde la ficción y los periodistas desde la realidad”.
Nacho Novo también ha querido pronunciarse al respecto: “La actitud social hacia la mujer ya no es la misma que antes. Queda mucho por hacer, pero se están haciendo muchos avances. Desde el mundo del arte es importantísimo que colaboremos en esa dirección”.