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EL TINTERO / OPINIÓN

Tristes (y necesarios) aniversarios

Hace justo una semana se cumplían 28 años del atroz asesinato de Manuel Broseta a manos de ETA y mañana se cumplirán 25 años del asesinato de Gregorio Ordoñez

22/01/2020 - 

La tan repetida memoria histórica es otro de esos términos que la izquierda política y mediática pone sobre la mesa y cuidado quien renuncie a utilizarla. Muchos en su día dijeron que la memoria es algo personal y por tanto subjetivo, que pertenece a los sujetos, y la historia es el relato fidedigno de los hechos sucedidos en el pasado. Pero pese a todo se impuso el término, porque la realidad no puede cambiar los designios de la dictadura de lo políticamente correcto, que imponen los medios y partidos de extrema izquierda. Un ejemplo reciente lo tenemos en el dictamen de la RAE –Real Academia Española de la Lengua– que ha negado la adaptación de nuestra Constitución al lenguaje inclusivo que quiere imponer el gobierno socialcomunista. La respuesta ha sido que ellos seguirán igual, a la suya, porque el criterio técnico y razonado no puede estropearlas la creación de su modelo social. 

La mala costumbre de llamar a las cosas por su nombre inventado siguió y sigue, apareció el término memoria democrática, para relatar y recordar lo sucedido en los últimos cuarenta años en España. Un aspecto importante es destacar que estos términos no son malignos per se, sino por la manipulación y utilización que se hacen de ellos. En el último año se ha hablado más de Franco, muerto en 1975 y olvidado por una inmensa mayoría de ciudadanos, que de los casi mil muertos de la banda terrorista ETA, de los más de 300 casos sin resolver y de que su rama política sea uno de los apoyos del actual gobierno en España. Todo ello que forma parte de la historia reciente y de los años de democracia, parece haber sucedido hace varios siglos para muchos medios y partidos políticos que prefieren ignorarlo, o al menos, no colocarlo en la portada de sus reivindicaciones. 

El terrorismo en España ha causado cientos de muertes, además de los miles de víctimas directas entre familiares y amigos y toda la sociedad española decente que debe sentirse herida y atacada por esta lacra. Los terroristas utilizaron la inteligencia y la estrategia al servicio del mal, del terror, guiados por su perversión y odio hacia España y sobre todo hacia los mejores españoles, las personas que por su trabajo y representatividad eran referentes de nuestra patria en diferentes ámbitos. Hace justo una semana homenajeamos en la avenida de Blasco Ibáñez la figura del jurista y político Manuel Broseta Pont, que hace 28 años y una semana cayó abatido frente su facultad de Derecho. 

Homenaje a Manuel Broseta.

El daño que causaba cada muerte es mucho más grande de lo que puede parecernos. Ese día mataron al padre, al hermano, al esposo, al maestro, al abogado, pero además mataron el futuro de nuestra Comunitat, me atrevo a decir que cambiaron el rumbo de nuestra historia. El profesor Broseta estaba llamado a ser un líder político valenciano que nunca podremos disfrutar, quizá muchas de esas eternas reivindicaciones habrían tenido en él a un inmejorable portavoz, pero cualquier cábala es inútil. Dos tiros cobardes y criminales nos robaron a los valencianos y españoles de un hombre culto, trabajador y apasionado. Esa memoria no sólo hay que recordarla, se debe explicar y narrar a los más jóvenes, con iniciativas como algunas en las que ha participado la Fundación Broseta y la Fundación de Víctimas del Terrorismo. 

Y de una figura ilustre, querida y respetada a otro icono de la valentía, la lucha y el amor a su tierra. Mañana se cumplen 25 años del asesinato de Gregorio Ordoñez, un 23 de enero de 1995 en un bar del casco viejo de San Sebastián y junto a sus compañeros de partido, fue asesinado este político del Partido Popular. Su viuda Ana Iribar y su hermana Consuelo Ordoñez son unas luchadoras incansables que a través de la Fundación Gregorio Ordoñez han logrado mantener viva la memoria de aquel valiente que cuando ejercía el periodismo se atrevió a preguntar al Obispo Setién “¿usted cree en Dios?, en una entrevista que sólo tuvo esa pregunta. Prueba de ello es la exposición que bajo el título ‘Gregorio Ordoñez, una vida posible’ se presenta en San Sebatián.  

Una vez más el terrorismo etarra que asesinaba con premeditación, alevosía, crueldad infinita y lo peor, dejadez y a veces complicidad de gran parte de la sociedad vasca, elegía entre sus víctimas a los mejores de los nuestros, Manuel y Gregorio eran hombres buenos, incansables trabajadores y defensores de la libertad y la democracia. Estos aniversarios deberían ser motivo de recuerdo y también de entender por qué es indigno e insultante para nuestra sociedad la tolerancia y la complicidad con las formaciones políticas que amparan, justifican y no condenan el terrorismo etarra y utilizan el eufemismo de “cualquier tipo de violencia”, esas mismas formaciones con los que la extrema izquierda y el socialismo real se siente cómodas para formar un gobierno.    

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