VALÈNCIA. Apreciada Melania Trump, por favor, acaba con este suplicio y quítale el móvil a Donald. Por los republicanos, por los demócratas o por Kayne West. Por lo que tú quieras, pero hazlo ahora que la cosa se acaba. Seguro que le vendrá bien una desconexión virtual con la excusa de la mudanza. Bueno, a él y a todo su equipo que le guarda lealtad pese a los despropósitos que consuma cuando le da al botón de ‘enviar’ en Twitter o Facebook.
Pensilvania nos lo confirmó y Joe Biden será el nuevo presidente de los EEUU salvo que prospere algún desternillante contencioso judicial de esos con los que Trump no para de amenazar en las últimas horas. Ahora mismo Donald J. está que trina. No está contento con el escrutinio. Le huele todo a cuerno quemado y qué menos que un tipo como él - vencedor, poderoso, triunfador y americano, muy americano- se quede sin su derecho al pataleo ante la cruda derrota.
Seamos consecuentes, el problema no está en el resultado electoral cosechado en forma de victoria para Biden, el problema está - y ha estado -en el móvil de Donald Trump y más concretamente, en sus poderosos perfiles de Twitter ( 88.8Millones de seguidores ) y Facebook ( más de 33 millones de seguidores) y las líneas que él se ha acostumbrado a traspasar de forma constante alimentando polémicas y fake news sin rubor alguno.
Lejos queda el escándalo de Cambridge Analytica de 2016, más que nada porque tan solo con su tono de comunicación social durante su etapa presidencial le ha resultado suficiente para su propósito: seguidores, detractores, ruido informativo, sesgo racial, falacias… siempre en cantidades ingentes para lograr la pócima mágica de la popularidad. Y no dudemos que no se ha perpetuado en el trono por poco. Porque, ¿Quién no conoce a dia de hoy a Donald Trump?
No obstante, lo primero será convencerle para que acepte que el juego se ha acabado y que no, que las cosas no son como él cree.
La estrategia de Trump siempre ha sido unívoca: polémica, provocación, exabruptos para quien ose criticarlo y brindis al sol cada cierto tiempo. Así durante 4 años y durante todo el camino anterior que le llevó a la Casa Blanca.
En estas elecciones, como Twitter y Facebook ya sabían a lo que se exponían y tras los errores y conflictos del pasado, la prevención sobre fake news y otras desinformaciones han sido una constante con la que a los usuarios les ha tocado convivir desde hace unos meses. El miedo estaba ahí y si ya había pasado semanas atrás con pequeñas trifulcas y acusaciones de censura en plena campaña electoral, se sabía que en plena resaca del #ElectionDay la prueba de fuego podía darse. Y así ha ocurrido. La muestra la tenemos en que, a grosso modo, los despropósitos de Trump en las redes sociales le han llevado a tener en tres días un total de 15 tweets 'marcados' cuestionando la veracidad de sus contenidos. Y en Facebook, otras tantas publicaciones ‘marcadas’ bajo el aviso de ser contenido que alimenta la desinformación. Pero eso, en verdad, lejos de inquietarle o preocuparle, a Donald J. Trump y a su equipo le da igual. Es más, es su forma de jugar la partida. No lo dudemos.
La muestra la tenemos en la estrategia que han seguido en estos días de recuento y que fielmente han proyectado en sus redes sociales con sus mensajes. Esta ha sido muy clara: primero, autoproclamarse ganador y luego, agitar al gentío a la insurrección ante los resultados -supuestamente dudosos- que se estaban dando en su contra.
El ya archiconocido tweet de ‘STOP THE COUNT!!’ guardaba esa única misión: encender la mecha. Una publicación contundente, en caliente, que corrió como la pólvora y que junto a toda su maquinaria propagandística hizo que incondicionales suyos salieran en dirección a los colegios electorales de su zona para intentar parar los recuentos por una supuesta conspiración. Maniqueísmo de manual: o estás con Trump o estás con el mal.
La consecuencia inmediata era evidente: cuestionar el sistema democrático y hacer saltar las alarmas. Qué menos que agitar el avispero para que sus seguidores se agolparan en los colegios electorales pidiendo que se detuviera el recuento de votos. Dudas infundadas, exaltados, situaciones de tensión y división social que bien se pueden simplificar en un caso como es este conato de incidente que se vivió en el estado de Nevada y que se viralizó por las redes sociales ante lo representativo y pintoresco de la situación.
Y en el otro lado quedan los victoriosos. Tras el angustioso recuento, Joe Biden pudo respirar hondo y proclamarse presidente virtual de los EEUU. Como no, hubo publicación de victoria en las redes sociales para vanagloria de sus fieles demócratas y de la ciudadanía en general, que encontraron en él un bálsamo al ardor de estómago que suponía Trump para la política norteamericana e internacional. Eso sí, en el mundo del social media Biden ya ha dejado muestra que está en las antípodas de la imagen proyectada por Trump. Sus credenciales: corrección, conciliación y unión para todos. Vamos, lo que se espera de un político de manual dedicado a la causa desde 1973.
Ahora bien, no podemos olvidar que los norteamericanos, pues son como son y lo del show lo llevan en la sangre. Llegan nuevos tiempos a la Casa Blanca y por mucha moderación y corrección política que se quiera marcar respecto a la administración Trump, siempre les gusta dejar su sello propio.
Igual es aventurarnos, pero parece que todo apunta a que aquello que no haga el presidente por edad o rango, tranquilos que lo hará la vicepresidenta. Para muestra un botón, he aquí el tweet de la electa vicepresidenta Kamala Harris, llamando a Biden para consagrar la victoria, así como que no quiere la cosa. Oscar al mejor guión. ¿casualidad? En política nada es casual. Por no hablar de otros videos que se han viralizado en cuestión de horas, con Kamala bailando el 'Survivor' de Destiny Child u otro en un encuentro de apoyo a la causa LGTBI. Vamos, vendiendo el 'buenrrollismo' político del recién aterrizado.
Por último, si hay algo bueno en la política norteamericana es que pocas veces hay tapujos y reservas en visualizar de qué lado o candidato se está, es parte de su filosofía, de su forma de entender la política. Algo que en España, por ejemplo, no suele ocurrir.
La fuerza de sus redes sociales y sus mensajes son incontestables. Todo proceso electoral remueve conciencias y estas elecciones en EEUU eran tan deseadas como relevantes para el panorama internacional. La presión social ejercida durante los últimos meses y la llamada a la participación democrática fue impulsada en todo momento y desde todos los frentes posibles. Incluso su eco nos llegó aquí con el video viral de Samuel L. Jackson en el que insultaba a Trump en 15 idiomas distintos, entre ellos, el catalán y el euskera.
Así pues, en plena actualidad informativa sobre las elecciones presidenciales, las diferentes reacciones de figuras deportivas, actores, activistas y otras personalidades norteamericanas no se han hecho esperar. Y estas, vistas con ojos informativos… pues dan mucho juego. Aquí, te dejamos algunas que no han tenido reparos en pronunciarse por Twitter: Cher, LeBron James, Barack Obama, Arnold Schwarzeneger…