VALÈNCIA. (EP). Una investigación desarrollada por la Universidad galesa de Bangor y el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián ha demostrado que el bilingüismo puede contribuyen a reducir los síntomas de la dislexia, un déficit de la capacidad de leer que dificulta el aprendizaje y que afecta a entre el 3 y 10 por ciento de la población.
El objeto principal del trabajo ha sido comprobar si un bilingüismo adquirido por niños que aprenden a leer en inglés y galés al mismo tiempo podía beneficiar a quienes sufrían dislexia evaluada en la lengua inglesa, comprobando que sí aporta beneficios.
En concreto, la investigación se realizó con adultos que en su infancia crecieron con estos idiomas como lenguas maternas por una razón fundamental: el galés es un idioma de los llamados transparentes, es decir, sus letras siempre tienen el mismo sonido, como el castellano y el euskera. Sin embargo, el inglés, al igual que el francés, es considerado un idioma opaco, en el que una misma letra puede tener varios sonidos al ser leída.
Por ello, los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'Scientific Studies of Reading', partieron de una hipótesis: si una niña o un niño aprende un idioma transparente junto con otro opaco, el primero contribuirá a ayudar a la descodificación o la adquisición de la lectura del más complejo (es decir, el opaco).
"El déficit de lecto-escritura en inglés que sufrían las personas disléxicas que habían aprendido a hablar en galés e inglés era menos fuerte que el de quienes habían adquirido solo un idioma opaco (el inglés). Era una diferencia significativa y bastante clara. El resultado era robusto", ha dicho una de las autoras del estudio Marie Lallier.
Para desarrollar este trabajo, los investigadores utilizaron a 60 personas de entre 18 y 40 años distribuidas en cuatro grupos: en el primero juntaron a 15 adultos con dislexia monolingües ingleses y en el segundo, a otras 15 disléxicos bilingües en galés y en inglés. Los otros dos grupos, también de 15 miembros cada uno, estaban compuestos por los llamados "controles", personas sin dislexia monolingües y bilingües, que son utilizados para comparar los resultados con las afectadas por esta alteración.
Durante la investigación, todas ellas recibieron los mismos estímulos en inglés para comprobar si el hecho de haber aprendido a leer en los dos idiomas había permitido a los disléxicos bilingües tener problemas menos severos, en procesos de lectura y fonológicos, que los que no conocían el galés. "Demostramos que los bilingües sufrían problemas menos fuertes en inglés que los de habla exclusivamente inglesa", han dicho los expertos, para comentar que un "bilingüe se puede apoyar en los recursos que usa en un idioma para ayudar a procesar el otro, y eso es importante porque puede ser de gran ayuda para adultos con dificultades en el lenguaje".