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Un informe advierte que el 20% de la población de la Comunitat sufre exclusión social y existe riesgo de cronificación

5/12/2019 - 

VALÈNCIA (EP). El 20,3% de la población de la Comunitat Valenciana, una de cada cinco personas, estaba en 2018 en situación de exclusión social moderada o severa, una cifra que si bien se reduce respecto a 2013 (cuando afectaba al 34%) sigue suponiendo que 1 millón de valencianos estarían dentro de ese grupo, lo que pone de manifiesto el "cierto riesgo de cronificación" de esta situación.

Así se desprende del II Informe sobre exclusión y desarrollo social en la Comunitat Valenciana, elaborado por la Fundación Foessa, que ha sido presentado este miércoles en Cáritas Valencia con la presencia del sociólogo y coordinador del estudio, Guillermo Fernández; así como del obispo auxiliar de Valencia, Arturo Ros, y los directores de Cáritas en la Comunitat Valenciana.

Según ha explicado el obispo auxiliar, este informe ofrece "una radiografía de realidades sociales", con datos que no son meras estadísticas, sino que "tienen alma" y como tal hay que "ponerles rostro". Ha advertido de que hay una cuestión significativa que se desprende y que debe se debe afrontar, la pérdida de la compasión: "Hay que hacer nuestros los problemas y dificultades del otro".

El coordinador del informe, que se ha realizado en base a más de 650 cuestionarios realizados en la Comunitat --con un total de 12.000 en el conjunto del país--, ha explicado que se pretendía ver cómo está siendo "el escenario postcrisis" y cómo han evolucionado las brechas sociales hasta llegar a un momento en que se está dando un "ascenso del particularismo y del individualismo", además de actitudes xenófobas.

Según ha señalado, los resultados reflejan que la Comunitat ha conseguido un incremento notable del espacio de la integración social y casi el 80% de la población se encontraría en ese espacio en el que "uno puede desarrollar de forma razonable su proyecto de vida". En concreto, el 51% está en integración plena --ha aumentado desde el 30% de 2013-- y el 28,7 en integración precaria.

Este último grupo estaría formado por en torno a medio millón de personas en una situación de inseguridad y con un "colchón de resistencia débil" ante una nueva desaceleración.

Respecto a la exclusión social, afecta al 20,3% de la población pese a la "reducción intensa" de los últimos cinco años, por encima de la media nacional. Se trata de una exclusión "enquistada", según el sociólogo, que crea una sociedad "estancada" para la que "el ascensor de la movilidad social ha dejado de funcionar".

Dentro de ese porcentaje hay 472.000 personas especialmente vulnerables, en exclusión social severa --se ha reducido casi a la mitad desde 2013-- y unas 200.000 estarían en lo que ha denominado "la sociedad expulsada", con vínculos sociales "rotos" y a la que no se le estaría dando solución a sus dificultades.

A pesar de la evolución positiva de la integración en la Comunitat entre 2013 y 2018, el informe incide en que la exclusión afecta aún al 20% de la población y se advierte de un riesgo de cronificación y de polarización de la estructura social, puesto que crece el espacio de la integración plena y se reduce el de la inclusión precaria, mientras se mantiene un "amplio" espacio de exclusión.

Además, entre las personas en exclusión social el 77% considera que su situación ha empeorado desde que arrancara la crisis económica hace una década, mientras que entre las integradas el porcentaje se reduce al 53.

Con todo ello, la Comunitat Valenciana se caracteriza por una situación favorable durante la recuperación económica, con una mejora en la integración, pero manteniéndose unos niveles de exclusión social tanto moderada como severa superiores a los del conjunto de España.

La exclusión en la región se debe en mayor medida a cuestiones económicas y vinculadas al eje cívico y político y en menor medida a cuestiones sociales y relacionales: "La cohesión social es ligeramente mejor que en otras comunidades, los ciudadanos están mucho más cerca unos de otros", ha explicado el sociólogo.

Entre los principales elementos que suponen riesgos sociales en la Comunitat destacan el empleo, la vivienda y la salud, por este orden. El empleo como factor de integración es la dimensión más determinante, con mayor peso que en el resto de España y con una situación de "precariedad laboral que se ha convertido ya en estructural". Casi el 16% de los trabajadores valencianos --seis puntos más que en el global nacional-- estaría en exclusión social a pesar de tener un trabajo y de su "esfuerzo personal" en este campo, ha indicado Guillermo Fernández.

La mitad de las personas que sustentan un hogar en exclusión social están trabajando y los niveles de exclusión son más elevados entre quienes trabajan a jornada parcial que entre quienes lo hacen a jornada completa. Además, a pesar de que la pobreza severa se ha reducido la mitad, sigue siendo un 40% superior al resto de España.

La exclusión de la vivienda ocupa el segundo lugar tanto para el conjunto de la población como para la que está en exclusión. El 17,7%tiene alguna dificultad en este campo y entre quienes están en exclusión severa se ven afectados siete de cada diez.

Hay casi 100.000 hogares en la región con "vivienda insegura", es decir, sin saber si podrán permanecer en ella en el futuro, y 80.000 con "vivienda inadecuada" por sus condiciones. Un total de 19.000 hogares sufren ambas y representan el "núcleo duro" de las dificultades residenciales.

La Comunitat presenta una prevalencia mayor de problemas relacionados con la salud que en el conjunto de España. El 18,1% de la población valenciana está afectada y el 13,1 por ciento de la población reside en hogares que han dejado de comprar medicinas o de seguir tratamientos o dietas por problemas económicos.

Perfil de afectados por la exclusión

A pesar de que el perfil donde más intensamente se sufre la exclusión social es el de hogares sustentados por mujeres (21%) o personas migrantes de fuera de la Unión Europea (61%), el peso demográfico de los ciudadanos españoles es mucho mayor. De hecho, el 63 por ciento de las personas sustentadoras principales en exclusión social son de nacionalidad española.

Así, el perfil más común es el de hogares sustentados por hombres, jóvenes y adultos de 30 a 44 años, con nivel de estudios secundarios, ocupadas y de nacionalidad española. "La exclusión social se hereda, la familia determina el nivel de oportunidades", han explicado.

En cuanto al uso que la ciudadanía hace en la Comunitat de los servicios sociales, destaca el elevado volumen de solicitudes de rentas mínimas de inserción, que "casi duplica la muy escasa demanda" de estas prestaciones en España. El 14% de la población valenciana ha acudido en el último año a los servicios sociales públicos, el 9,1% a Cáritas y el 5,8% a servicios prestados por otras entidades privadas.

Hay, no obstante, una valoración negativa del funcionamiento de los servicios sociales, ya que casi el 68% lo consideran poco o nada satisfactorio. El 78% de la población valenciana cree que hay que destinar a ellos más dinero público que en la actualidad.

Guillermo Fernández ha explicado también que la población extranjera tiene más posibilidades de vivir la exclusión social y ha lamentado la política que "juega con los miedos" para alimentar la xenofobia. A su juicio, existe un miedo en la sociedad ante el futuro de las nuevas generaciones y la pérdida de estatus y se busca a la inmigración como "chivo expiatorio" cuando España no es un país que tradicionalmente haya tenido problemas de convivencia.

"No somos buenistas, hay lugares en los que hay que trabajar, pero no es una convivencia rota en términos de inmigración, necesitamos que vengan más", ha señalado, aunque ha indicado que hay cada vez más personas que piensan que el acceso a ayudas sociales debería ser "por merecimiento más que por derecho".

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