«Los grandes anuncios de un Silicon Valley mediterráneo han vendido mucho humo»
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VALÈNCIA (EFE). El investigador de la Universidad Politécnica de València (UPV) José Capmany ha obtenido una de las ayudas "Advanced Grant 2016" del Consejo Europeo de Investigación (ERC) por su proyecto UMWP-Chip, que se desarrollará durante los próximos cinco años y para el que contará con un presupuesto de 2,5 millones de euros.
Según ha apuntado Capmany -galardonado en 2012 con el Premio Rey Jaime I de Nuevas Tecnologías y al que la revista Plaza entrevistó en su número de febrero-, UMWP-Chip es un nuevo chip fotónico, con unas características totalmente novedosas, universal y programable.
Entre otras ventajas, permitirá responder, por ejemplo, a los desafíos que plantean las comunicaciones 5G o el Internet de las cosas y que también se podrá emplear en la conducción autónoma o en los dispositivos "ponibles" (wearables), explica el investigador en un comunicado de la UPV.
La "Advanced Grant" es una de las ayudas más prestigiosas en el ámbito científico internacional y con ella, el Consejo Europeo de Investigación reconoce la excelencia científica de proyectos capaces de ofrecer respuestas a los retos y desafíos de la sociedad a medio y largo plazo.
Según el investigador, "los sistemas de tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) están creciendo a un ritmo impresionante en lo que se refiere a demanda de capacidad, número de usuarios finales conectados e infraestructura requerida".
Para hacer frente a este desafío, el investigador de la UPV ha explicado que es necesario contar con una solución flexible y fácilmente escalable que permita interconectar los segmentos inalámbricos y fotónicos de las redes de comunicación.
Capmany considera necesario reducir el tamaño de las antenas y los circuitos asociados porque las aplicaciones requieren una frecuencia más elevada, por lo que lo ideal es hacer que el conversor que hay detrás de la antena sea lo más pequeño y compacto posible, pero que esté preparado para soportar las bandas de frecuencia actuales y futuras previstas en la quinta generación de sistemas de comunicación móviles, conocido popularmente como 5G.
El chip también podrá aplicarse a dispositivos "ponibles", que son objetos de uso diario a los que se le ha incorporado un microprocesador, dado que "si hay mucha gente con dispositivos y mandan muchos datos a una estación base o router, hay que gestionar dicha información de manera eficiente porque el flujo total de datos es enorme", según Capmany.
En el caso de las comunicaciones 5G, las zonas de cobertura serán más numerosas pero más pequeñas, por lo que el investigador cree que "hará falta convertir las señales de varios usuarios y servicios y diversas bandas de frecuencia que van a converger en la antena", de manera que el chip que han ideado "permitirá responder a este reto presente y a otros futuros".
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