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Un juego entre el cine y el teatro para alertar contra los perversos narcisistas

El actor Paco Martínez Novell debuta como dramaturgo y director con Casi letal. La película en Carme Teatre

2/10/2024 - 

VALÈNCIA. Hay algo inquietante, casi paranoico, en la puesta de largo de la primera obra como guionista y director del actor Paco Martínez Novell, Casi letal. La película. A lo largo de la representación, puedes atar cabos y concluir que alguien muy cercano puede encajar en la descripción de la patología que denuncia, el narcisismo perverso. Puede que esa persona aquejada se halle incluso sentada a tu lado como acompañante en la Carme Teatre, donde la tragicomedia está programada del 10 al 13 de octubre.

Todo empezó en esa misma sala, hace ocho años, cuando el intérprete dio vida al protagonista de la tercera novela de Brett Easton Ellis, American Psycho, en una versión escrita y dirigida por Aurelio Delgado. Para empatizar con el icónico Patrick Bateman, Martínez Novell se suscribió a canales de psicología en YouTube, pero en ese rastreo descubrió una enfermedad mental si cabe más compleja. Se traba de una forma de narcisismo que va más allá de la fascinación con el propio reflejo en cualquier cristal o charco. Era un exhibicionismo cargado de esteroides y potencial dañino, pues sus perfiles son asociales y agresivos, incapaces de empatizar, pero muy sagaces en manipular. 

“El narciso de El lindo don Diego (Agustín Moreto, 1662), es alguien engreído, un personaje ridículo que al verse en el agua se aprecia tan hermoso que se enamora de mí mismo, pero la triada oscura, el perverso narcisista manipulador, es primo hermano del psicópata, porque su complejo de inferioridad le lleva a destruir al que tiene en frente”, desarrolla el creador novel.

No es narcisismo, que es precariedad

Si Martínez Novell viste tres sombreros en su debut, el de dramaturgo, el de protagonista y el de director de escena, no es por narcisismo, aclara, si no por economía de supervivencia: “Me hubiera encantado delegar, pero me he tenido que comer los tres roles con patatas, porque no daba con ningún texto que explorara este trastorno”.

Una parte de su ópera prima es autobiográfica, ya que su protagonista vive lo que él experimentó al descubrir el mito griego del ególatra empedernido desde la perspectiva de la psicología moderna. Otro aspecto remite, como indica el título, a una traslación de los códigos del cine a las tablas.

La propuesta escénica pretende evocar una película de acción de la década de los ochenta, pero no necesariamente a la que le guiña el ojo en el título. Su protagonista es un personaje quijotesco. Si al personaje de Cervantes su obsesión por los libros de caballería le llevaba a recitar versos, el de Casi letal es un cinéfilo que emula secuencias de películas.

El resultado es un espectáculo doblemente híbrido, pues evoluciona del humor a la tragedia y juega con el teatro y el formato cinematográfico.

“En el montaje hay un popurrí de todo. El protagonista es un cinéfilo con gustos no puristas, que ve desde películas clásicas hasta cine de las décadas de los ochenta y novena. Hemos incluido fragmentos de de drama, de comedia, wésterns de los años cuarenta y cincuenta, de cine bélico”, describe Martínez Novell. 

Un repaso a la gran pantalla con perspectiva de psicólogo 

En Casi letal se abre la puerta a la experimentación con videoescenas y proyecciones, donde conviven las recreaciones de videos de Youtube con retazos de referentes cinematográficos en el imaginario de todos los públicos, como Charles Chaplin. En último término lo que se busca es plasmar los paralelismos entre estos personajes de ficción creados por guionistas de Hollywood y los perversos narcisistas que, sin que lo sepamos, nos acechan.

“Esta pieza pretende despertar conciencias sobre un trastorno que empieza a cobrar relevancia en nuestra sociedad, pero que continúa siendo muy desconocido”, advierte el director de escena, quien insiste en subrayar que una persona pagada de sí misma no encaja necesariamente en este retrato robot. Esa presunción es tan solo uno de sus tres ingredientes.

El postureo que ha detectado en la cultura del selfie, las poses en el gimnasio y los videos de TikTok es tan solo un ingrediente de los tres que integran este trastorno de la personalidad, pero no condición sine qua non

En sus propias palabras, el perfil que aborda la obra es el de “un pobre desgraciado, sin autoestima, que hace desgraciados a los demás. Todos conocemos a gente con las orejas gachas, pero que no hace daño a nadie, el problema son los que las levantan como un doberman y arremeten contra el que tienen delante”. 

Para fundamentar su texto, Martínez Novell realizo dos consultas a psicólogos expertos en esta patología. Primero recibió la supervisión de una profesora de Psicología en Barcelona especializada en trauma relacional, Elisabet Solórzano. En una segunda fase, la obra fue revisada por un psicoterapeuta colaborador asociado en el Instituto Iñaki Piñuel, Alvaro Baturone. De hecho, se ha previsto un debate con el especialista al término de la función.

La trama está planteada desde la superación, pero incide en el perjuicio que el influjo de un narcisista perverso puede provocar en el prójimo.

“Hay una laguna legal que va muy a su favor. Si te pegan está contemplado, pero si te maltrato psicológicamente no está estipulado de una manera tan clara. Se ejerce una violencia que acaba destrozando a las personas. Te diría que prefiero que me den un puñetazo a que me arruinen la vida”, concluye.

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