VALÈNCIA. El pasado sábado, la vicealcaldesa de València y secretaria general local del PSPV, Sandra Gómez, dio un paso adelante para anunciar su candidatura a las primarias abiertas que deben decidir el candidato a la Alcaldía de Valencia. Un proceso que internamente se considera un trámite puesto que la dirigente socialista tiene el respaldo mayoritario del partido en la ciudad y la bendición del presidente de la Generalitat, Ximo Puig.
Sin embargo, el gesto hacia la militancia de convocar primarias -al pertenecer al gobierno local, la dirección que lidera la propia Gómez podía haber prescindido de ellas- ha conllevado que un afiliado haya decidido presentarse al proceso.
Se trata del militante Paul de Quant, quien este lunes hacía pública en redes sociales la aceptación de su precandidatura y anunciaba un acto de presentación para este martes. Cabe recordar que este afiliado ya se presentó en el mismo proceso en las pasadas elecciones si bien se retiró posteriormente sin llegar a entregar los avales.
Sobre esto, según los estatutos del PSOE, para presentarse a las primarias de un cargo institucional en el ámbito municipal deben recogerse al menos un 12% de firmas de la militancia, lo que en Valencia ciudad supone, según fuentes del partido consultadas por este diario, cerca de los 200 avales. Una cifra nada desdeñable incluso para cargos reconocibles en el Cap i Casal, por lo que el concurso del mencionado afiliado apunta a quedarse en mera anécdota.
Eso sí, este martes concluye el plazo para presentar precandidaturas y se iniciará el proceso de recogida de avales que dura hasta el día 27 de septiembre, momento en el que se confirmará con toda probabilidad que Sandra Gómez es la candidata del PSPV a la Alcaldía de València.
La portavoz municipal, tras siete años como concejal en el equipo de gobierno, tiene ante sí el reto para las próximas elecciones locales que se celebrarán en mayo de adelantar a Compromís y sumar la suficiente mayoría en la izquierda para evitar que PP, Vox y Ciudadanos puedan hacerse con la vara de mando, un objetivo para el que debería continuar con la progresión comenzada en 2019 cuando pasó de cinco a siete concejales.