VALÈNCIA. La posibilidad de crear un gran parque fluvial inundable en el nuevo cauce del Túria, al sur de la ciudad de València, planea sobre el Ayuntamiento de València desde que la planteara el alcalde, Joan Ribó, para actuar sobre el Plan Sur del siglo pasado y dotar este gran canal de nuevos usos. Una idea en la que trabaja el consistorio y que ha generado algunas dudas sobre su viabilidad. Pero varios expertos avalan el proyecto.
Así, un artículo académico elaborado por dos expertos de la UPV en hidráulica y publicado en 2020 concluye que esta actuación "no solo es una intervención posible" sino que "es también conveniente, oportuna y viable", aunque admite que requiere de "compromiso colectivo" para poder llevarla a cabo. En este sentido, el artículo, suscrito por los profesores Francisco J. Vallés-Morán y Beatriz Nácher del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la UPV, avala la posibilidad de implementar nuevos usos en el nuevo cauce: usos tanto ecológicos como de espacio público.
Así, señalan que si se quiere llevar a cabo un proyecto de uso ecológico y ciudadano debe respetarse tanto la capacidad del canal, como su funcionamiento hidráulico -"teóricamente perfecto", según el análisis, los resguardos bajo los puentes y sus cimentaciones. Todo ello sería posible. "Es un bonito sueño, pero a la vez, perfectamente realizable", sintetiza el artículo.
En cuanto a lo primero, los expertos defienden la creación de "un cauce dentro del cauce", para el que deberían realizarse estudios técnicos de detalle, pero que a priori permitiría "compensar" la pérdida de capacidad que pudiera implicar el proyecto. Así, se podrían mantener los 4.300 metros cúbicos por segundo de capacidad que se calcula tiene el cauce -se inauguró con 5.000, pero se ha reducido con el tiempo por la construcción de diferentes puentes-.
Así, el nuevo cauce que se proyectaría en el seno del canal sería "sinuoso" e intentaría "dar continuidad a través de él al cauce natural del río Túria". Y además, podría estar conectado a su vez con lagunas laterales y/o zonas de inundación controlada que permita controlar el "daño a las nuevas instalaciones", que deben estar concebidas precisamente para que "con cierto período de recurrencia, puedan requerir reparación o reposición, ya sea total o parcial".
En este sentido, señala que para llevar a cabo el proyecto habría de estudiar la "recurrencia o período de retorno" con la que pueden producirse mayores avenidas de agua para analizar el "período medio de tiempo de reposición" que requerirían esta parte del canal dedicada a uso público. Un análisis para el que, en ese sentido, deberían tenerse en consideración también criterios económicos.
La otra pregunta que se planteaba es si existe un caudal suficiente y de calidad regular para soportar el ecosistema, que como mínimo debería ser de entre 1 y 3 metros cúbicos por segundo. La respuesta del artículo es también afirmativa: "Podría garantizarse a partir de la reutilización de aguas depuradas" de estaciones como la de Quart o la de Pinedo, con un tratamiento terciario adicional para permitir su reutilización.
Según la EPSAR, dicen los expertos, el caudal continuo que sale de las depuradoras sin uso comprometido es precisamente de 3 metros cúbicos por segundo. "Pero es que, además, en la medida que se puedan ir optimizando los regadíos de la Vega de Valencia, pueden aparecer excedentes de riego que puedan ser también aprovechables para estos menesteres, o permutables por otra fuente", subraya el documento en este sentido.
Los investigadores se deshacen en halagos hacia la solución de desviar el cauce del río por el sur de la ciudad, que a su juicio y en el contexto de la segunda mitad del siglo XX "no fue una mala solución" y que en términos hidráulicos fue "impecable". Pero reconocen que ha pasado mucho tiempo desde entonces y que ahora es "necesario volver la mirada a ese canal trapecial de hormigón y escollera y rematar la actuación de entonces con la mirada de ahora".
En ese sentido, se refieren en el artículo a "la sensibilidad social actual por el medio ambiente" y la "necesidad de ganar espacios de calidad para el uso ciudadano", así como a los nuevos conocimientos y técnicas para estudiar un proyecto de naturalización y nuevos usos de la infraestructura "sin comprometer su función original". Y por ello, los investigadores de la UPV se centran en estudiar la compatibilidad de nuevos usos con el de canal de evacuación de aguas hacia el mar.