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AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

Un pueblecito llamado Valencia

Foto: KIKE TABERNER
19/08/2023 - 

Cuando los capitalinos de la Comunitat Valenciana hablamos de nuestra ciudad se nos llena la boca de expresiones como el Cap i Casal (algo así como localidad o sede principal), o la millor terra del mon, (la mejor tierra del mundo, Blasco de Alagon dixit), nos vanagloriamos de la ciudad de Valencia, u alguno hasta se pavonea; y es con razón, porque la calidad de vida existente, como ciudad grande y metropolitana, con servicios, logística y cultura, hace que, a pesar de la ingeniería social de sucesivos gobiernos locales, sea una ciudad maravillosa para vivir y disfrutar de la vida en ella.

Pero, y ahora viene el tío Paco con las rebajas, a pesar de lo que decía el escritor-cronista y viajante inglés del siglo XIX Richard Ford, Valencia no es del todo un paraíso (aunque se le aproxima mucho mucho), y no está habitada por diablos (aunque haberlos haylos, como en todas partes), y de lo bien que se vive se pasan por alto muchas deficiencias, que en otros lares no se permiten, por considerarse un ataque a las señas de identidad, y demás cuentos nacionalistas, etcétera, etcétera etcétera; y que finalmente son responsabilidades derivadas de una ineficiencia propia, pero ya saben es como ese adolescente que echa las culpas al profesor de sus malos resultados académicos porque dice que le tiene manía, lo más fácil es echar siempre balones fuera.

Pero es cuando uno viaja (por cierto a algunos cortos de miras y defensores acérrimos del localismo clientelar les vendría muy bien), o se hace turismo sobre todo al extranjero, se percatan y perciben los defectos e ineficacias propias. Por ejemplo, y esto es a consecuencia de la normativa de la Generalitat (taxistas dixit) la falta de transportes públicos como taxis para acudir a estaciones de trenes, puerto y aeropuerto, que para los autóctonos se hace casi imposible hacer una previsión o reserva (por lo que hay que echar mano de algún familiar), no puedo imaginarme lo que les ocurrirá (y sobre todo pensarán) los extranjeros para volver a sus países, ¡¡¡menuda tercera capital de España más pobre, y eso que se las da de turística, que no tiene ni taxis!!!

Después vienen los servicios e instalaciones de un aeropuerto, o más bien cuasi aeródromo, que pudiera tener limitadas conexiones con líneas aéreas españolas de bajo coste, al ser sede de esa empresa aérea con nombre análogo al mar Mediterráneo, experta en subvenciones y anunciantes autonómicos varios, y que creció en instalaciones a costa de la base aérea militar alterando nuestras capacidades autóctonas defensivas. Aunque también tiene limitada su ampliación (sobre todo su antigua proyectada segunda pista paralela) por esas instalaciones Internacionales anexas, y que no entraremos en más detalles (todo tiene sus pros y sus contras).

Foto: KIKE TABERNER

Por supuesto, también está esa estación provisional de tren AVE, por el momento definitiva, acumula años y va  casi por la mitad de su segunda década, y que enlaza con la capital del reino, no en la moderna estación de las líneas de alta velocidad, sino en una estación secundaria de las vías del norte de España, parece ser que hemos dejado de ser el feliz levante.

Podríamos seguir con la rutas marinas que parten desde esas polémicas estaciones marítimas de pasajeros, dados sus múltiples cambios, siempre definitivos, pero nunca ordenados, como ocurriera con las estaciones autobuseras del desarrollismo franquista, y donde hasta la adjudicación de la antigua terminal ha estado judicializada, por el recurso de Valencia Innovation District, primero en vía administrativa y después en el contencioso-administrativo, parece que la Autoridad Portuaria de Valencia no está fina en sus actuaciones, y eso sin entrar en el tema de la ampliación.

También podríamos hablar (que ya lo hemos hecho) de esa capitalidad mundial del diseño 2022 de Valencia, a la par que se colgaba bragas, sostenes y calzoncillos (perdón por la imagen tan explícita) en simplones mercadillos en su principal plaza del ayuntamiento; aunque parece que el nuevo equipo municipal había prometido que estas situaciones no se iban a volver a dar. Lo malo es que ya ha tenido un primer resbalón, ridiculizado por el propio Joan Ribó, en su cuenta de Twitter, por el cambio de opinión (como se dice ahora), después de que en el perfil oficial de Twitter del ayuntamiento de Valencia, se vanaglorien de ser “posible pasear por la sombra y refrescarse entre la vegetación y el vapor de agua” en la plaza de la Reina, cuando es un secarral en su mayor parte, como afirmaban los actuales gobernantes estando en la oposición, en fin, cosas veredes amigo Sancho que nos helaran la sangre.

Otro elemento en los transportes de mucha mejora es el Metro, dado que es una especie de cercanías soterrado (el antiguo trenet), y no cumple con los estándares de periodicidad e intensidad necesaria como las existentes en otras capitales mundiales, además de requerir una red más circular y menos radial de la existente, precisamente lo que criticaba el ex president Ximo Puig respecto del transporte nacional, la España radial que la llaman algunos con sensibilidad nacionalista, y que aquí lo sufrimos en nuestras copias carnes en el Metro, ya saben aquello de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

Y nos detenemos ya de enumerar cuestiones a mejorar, porque vamos camino de completar, o eso parece, un programa electoral, y estás cuestiones son los deberes pendientes de los nuevos equipos de gobierno, que con menos tienen que hacer más (recuerden que los hombres de negro de la UE están a la vuelta de la esquina), y que cuatro años pasan volando. Mucha suerte, pues será la de los ciudadanos que la disfrutaremos o sufriremos, en una gran capital o en un siempre entrañable pueblo, Dios dirá.

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