Un Quijote entre el ballet y el flamenco llega al Olympia

VALÈNCIA. Dos bailaores flamencos detenidos sobre dos pilas de palés. Otros tantos rodeándoles sobre el escenario. La música comienza a sonar y empieza la función. Los bailaores empiezan a moverse con precisión sobre la madera, dando vueltas y extendiendo los brazos. De pronto, a golpe de tacón, bajan de los palés y se reúnen con el resto. Comienza la coreografía y, poco después, aparece un Don Quijote que raya entre lo clásico y lo moderno. Comienzan todos a moverse de forma vertiginosa, en una curiosa fusión entre el ballet clásico y el flamenco. Don Quijote desaparece y vuelve unos segundos después con Sancho. Los bailaores apilan los palés en el centro del escenario sin perder el ritmo. De un salto todos suben y reanudan la coreografía.

Así comienza Don Quijote: delirio frente a la razón, el nuevo ballet flamenco de José Huertas y Marta Fernández. La pieza fue creada antes de la pandemia, pero ahora cobra un sentido renovado. Desde un primer momento ambos han querido dejar clara la dificultad de dar vida a una producción privada en un momento como el actual. Pero ese sentido renovado les compensa, y es que la fusión que se sucede sobre las tablas, junto al hecho de recuperar al personaje más loco de la historia de la literatura española, son componentes muy acertados para una actualidad en la que la cordura está más cuestionada que nunca.

El ballet, además de la fusión de estilos, integra una adaptación de la música de Don Quijote compuesta por el músico austriaco Ludwig Minkus, así como creaciones del músico de Ballet Nacional de España Diego Losada. Todo interpretado por bailarines de nivel y una guitarra española que enlaza las piezas clásicas con canciones y danzas populares de la obra de Cervantes.

“La música de Minkus ha sido adaptada al flamenco. El resultado nos ha encantado”, explica Marta Fernández, quien ha visto su espectáculo matizado con la colaboración del modisto Francis Montesinos en la camisa del Quijote.

“No había quijotes flamencos hasta ahora”

Fernández ha comentado que “nunca se había llevado a las tablas a un Qujote flamenco, y menos con la música adaptada de un ruso”. Explica que en un principio a José Huertas no le apetecía dar vida a un personaje tan conocido, pero que “le convencieron gracias a todos los elementos que integra: ballet dramático, folclore, danza española…”. También dice que la fusión de tantos componentes le ha dado mucho carácter a la pieza.

Por su parte, José Huertas indica que hay tanta mezcla que en momentos dados le ha resultado más “confusión que fusión”. Sin embargo, también dice que fruto del esfuerzo y de una carrera de más de 40 años, ha conseguido llegar a sentirse “muy cómodo dentro del personaje”. El bailaor también destaca que conseguir esto ha sido gracias a que Don Quijote: delirio frente a la razón ha sido “una pieza desarrollada con tiempo”. Ello ha permitido que Huertas le fuera dando "más y más madurez" al personaje, “sacando cada vez más cosas de él y entrando cada vez más en su mundo”.

Huertas ha querido lanzar un mensaje: “Esta pieza es interesante porque todos llevamos a un Quijote dentro. Ahora más que nunca. Hay que luchar como sea”. En esa línea, Marta Fernández ha añadido que “en un momento así hay que ser muy Quijote para salir adelante.

Francis Montesinos, quien ha confeccionado la camisa que lleva puesta Huertas, explica que para él esta pieza también ha supuesto un reto. Al igual que el espectáculo sobre las tablas, el modisto ha querido hacer una camisa “entre lo clásico y lo moderno. Quería plasmar los misterios, irreverencias y locuras que Don Quijote lleva dentro”.