VALÈNCIA. (EP). Una de cada tres recetas privadas de antibióticos reclamadas en oficinas de farmacia en España no cumple con la normativa vigente (el Real Decreto 1718/2010 sobre receta médica y orden de prescripción), de acuerdo con los datos de un estudio realizado por la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) en el marco de colaboración que mantiene con el Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN), que promueve la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
En este trabajo, cuyos resultados principales se han presentado en el VIII Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios, que se está celebrando en Alicante, han participado 341 farmacéuticos de 247 farmacias y se han registrado 5.577 demandas de antibióticos.
De esta demanda global, el 65 por ciento (3.569) procedió de recetas privadas, un 20 por ciento (1.172) de automedicación y un 15 (833) de prescripciones irregulares. Del total de recetas privadas analizadas, las más frecuentes estuvieron relacionadas con infecciones odontógenas (40 por ciento), infecciones del tracto respiratorio superior como las otitis, faringoamigdalitis (25) e infecciones del tracto respiratorio inferior como bronquitis o neumonía (10).
El objetivo de este trabajo era conocer y analizar la demanda de antibióticos por receta privada, prescripción irregular y sin receta (automedicación). Para SEFAC, este estudio era "especialmente importante" si se tiene en cuenta que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) las bacterias resistentes a los antibacterianos son responsables en Europa de alrededor de 400.000 infecciones y provocan 25.000 muertes al año, con un gasto añadido superior a los 1.500 millones de euros por los costes derivados de la atención sanitaria y la pérdida de productividad.
Además, en España y según datos de la propia AEMPS, entre el 40 y el 50 por ciento de las prescripciones de antibióticos que se realizan en primaria y especializada son inadecuadas.
Las demandas de antibióticos con prescripción irregular (aquella realizada por un médico, odontólogo o podólogo en un formato distinto del definido en el Real Decreto 1718/2010 y que, por tanto, no puede ser dispensada en la farmacia comunitaria como, por ejemplo, un informe de urgencias o una prescripción telefónica) tuvieron su origen fundamentalmente en informes elaborados en Urgencias: un 33 por ciento de los casos y un 5 por ciento del total de las demandas.
Las prescripciones orales o telefónicas (20 por ciento de las prescripciones irregulares y 3 por ciento de la demanda total) y aquellos casos en los que se carecía de la suficiente cantidad de medicamento para completar el tratamiento (10 por ciento de las irregulares y 1 por ciento de la demanda total) completaron el podio.
Las causas principales de estas prescripciones irregulares fueron las infecciones respiratorias del tracto superior e inferior y las infecciones del tracto urinario. A todos estos pacientes se les ofreció la derivación al médico, a pesar de lo cual un 47 por ciento no aceptó dicha derivación para que se le prescribiera la receta normalizada correspondiente.
El estudio también revela los motivos por los que los pacientes de farmacias recurren a la automedicación. El 63 por ciento de los mismos admite que recurre al medicamento que ya palió en el pasado los mismos o similares síntomas que padece, lo que supuso el 13 por ciento de las demandas totales de antibiótico, mientras que un 12 por ciento de los pacientes que recurrió a la automedicación aseguró que carecía de tiempo para acudir a la consulta del médico prescriptor y obtener la receta (2,5 por ciento de las demandas totales de antibióticos).
En estos casos, los farmacéuticos participantes no dispensaron el antibiótico. Las demandas también estuvieron relacionadas con infecciones de los tractos respiratorios superior e inferior y del tracto urinario. El 83 por ciento de los pacientes que solicitaron antibióticos para automedicación aceptaron la derivación al médico para obtener la receta.
Además de no dispensar el medicamento en aquellos casos en los que no se consideró adecuado, y de ofrecer información sobre las resistencias a los antibióticos, los farmacéuticos participantes detectaron 213 problemas relacionados con la medicación, fundamentalmente vinculados con la probabilidad de efectos adversos (36 por ciento). También se encontraron 158 resultados negativos asociados a la medicación, fundamentalmente relacionados por no ser necesario el medicamento o por necesitar un medicamento distinto (56 por ciento).