VALÈNCIA. Una estación móvil dispuesta por la Generalitat ha comenzado a medir parámetros de contaminación alrededor de la cementera de Cemex, radicada en Buñol. Así lo ha comunicado la Plataforma Aire Limpio Hoya de Buñol, la entidad que reclamaba el uso de este dispositivo itinerante con el objetivo de determinar la contaminación del aire que, según denuncian, genera la multinacional en toda la comarca -más allá del entorno de la estación fija existente en Buñol-.
Fuentes de la entidad indican que, pese a que la estación móvil no dispone de un sistema tecnológico puntero que le permita medir de forma exhaustiva todos los parámetros que les querrían analizar, el sistema sí les permitirá cuantificar allí donde actúe la presencia en el aire de partículas, óxido de nitrógeno u óxido de azufre. Godelleta ha sido el enclave escogido para el inicio de las operaciones de esta estación, impulsada por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático.
Además, la plataforma tiene fijada en los próximos días una reunión con las direcciones generales de Calidad del Aire y de Salud Pública sobre el estudio epidemiológico encargado por la Generalitat para analizar de forma retrospectiva la posible incidencia de la cementera en la mortalidad de la comarca.
Por contra, el entorno de Cemex, según recogieron recientemente diversos medios locales, defiende que la salud de los vecinos no se ve afectada por el uso de los combustibles que usa. "Mayoritariamente, utiliza combustibles fósiles tradicionales y, en menor medida, combustibles alternativos fabricados a base de residuos no peligrosos", aseguran. Por lo que respecta a los combustibles tóxicos y peligrosos Cemex defiende se recurre a ellos de forma residual y siempre de acuerdo a la normativa vigente.
Por lo que respecta al uso de combustibles alternativos procedentes de residuos en los hornos de cemento -la denominada valorización de residuos, otro de los asuntos que ha generado confrontación, en este caso también con la Generalitat-, el entorno de Cemex indica que "es una práctica que no está prohibida por la Unión Europea". "Muy al contrario, es apoyada, incentivada y promovida por la normativa de la UE. Además, las autoridades comunitarias consideran que es la mejor práctica existente y la más indicada antes del depósito en vertedero", destacan.