VALÈNCIA. Una 'mascletà' con "respeto a la tradición valenciana" ha servido este viernes de estreno a Pirotecnia Zaragozana en el programa oficial de disparos de Fallas. Su propuesta ha llenado de potencia la Plaza del Ayuntamiento de València y ha logrado cautivar desde el principio al público congregado para seguir el disparo.
Pirotecnia Zaragozana ha empleado 102 kilogramos de pólvora para ofrecer una "mascletà clásica" que ha contado con un sonido envolvente y un final ensordecedor. El delegado de la empresa en Levante, el pirotécnico valenciano Luis Brunchú, que ha coordinado el disparo, ha asegurado al concluir que "ha salido todo perfecto" y "según lo previsto".
Asimismo, ha destacado que "el clima ha ayudado" a que todo transcurriera como se había programado, "tanto por lo que respecta a la sonoridad" como a la evolución del acto. "No había mucho viento y eso ha ayudado a que el transcurso haya sido el normal de la 'mascletà'.
"Hemos tenido suerte con el clima. Nos ha ayudado. Ha estado muy bien", ha insistido Brunchú, que ha explicado que Pirotecnia Zaragozana ha querido debutar en la Plaza del Ayuntamiento de València con un montaje clásico, no por evitar las innovaciones sino por "respeto a la tradición".
"Como Zaragozana era la primera vez que disparábamos aquí y queríamos venir con respeto a la 'mascletà' tradicional valenciana de toda la vida", ha dicho.
El delegado de la empresa en Levante ha explicado que, como es habitual, los 102 kilos que se han empleado en este espectáculo estaban dispuestos para "ir de menos a más", dejando "para la parte final, para el terremoto y el bombardeo, el 30 o el 40 por ciento del peso".
Luis Brunchú ha afirmado que la reacción del público ha sido la esperada. "A la gente le ha gustado y lo ha demostrado", ha manifestado el pirotécnico.
Por su parte, el director comercial de Pirotecnia Zaragozana, Miguel Pérez, ha expresado su emoción por la 'mascletà' ofrecida y ha considerado que ha sido un montaje "muy bonito". Asimismo, ha comentado que el valenciano es "un público muy exigente" y "muy entendido" que "ha sabido reconocer el trabajo" realizado. Ha avanzado que la firma repetirá el próximo año en el calendario oficial de Fallas.
Entre los invitados de este viernes al balcón principal del Ayuntamiento para ver la 'mascletà' había una representación de estudiantes de diez países que realizan un curso Erasmus en la Universitat Politècnica de València. La concejala de Educación, María Oliver, ha presidido el acto de bienvenida a este grupo y a la Comisión Tarongers-Universitat Politècnica (UPV) que lo ha acompañado.
En esta comisión es tradicional, desde mediados de los años ochenta, que participen de la fiesta fallera estudiantes Erasmus y de otros programas de intercambio internacional gracias a la colaboración de la UPV, ha explicado el consistorio en un comunicado.
Los diez países de procedencia de las diez estudiantes que han asistido a la 'mascletà' son: Polonia, Italia, Hungría, Alemania, Marruecos, Paquistán, Brasil, Taiwán, Estados Unidos y México.
Las estudiantes han acudido al Ayuntamiento acompañadas por el vicerrector de Estudios, Calidad y Acreditación, Eduardo Vendrell, y la vicerrectora de Responsabilidad Social y Cooperación, Rosa Puchades, así como por la fallera mayor de Tarongers-Universidad Politécnica, Alba Jiménez, su fallera mayor infantil, Bárbara Martí; su presidente, José Herráez, y su presidente infantil, Héctor Arocas.
Además, al disparo de este viernes han acudido como invitados representantes de la Fundació per al Foment de la Lectura, entidad dependiente de la Dirección General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat. Han asistido la embajadora 2017, Anna Moner, y el embajador 2018, Carles Cano.
Entre los asistentes estaba también, como invitada del PP, la presidenta de la Feria de la Primavera, Felicidad Sarrato. Este certamen, que cumple 25 años, se celebrará en València el 28 y 29 de abril próximos con la participación de las entidades Bona Gent, Avapace y Asprona.
Las segundas Fallas Patrimonio de la Humanidad se nos han vuelto a ir de las manos. Falta una mayor organización y coordinación interinstitucional y social que frene ese desmadre colectivo que ofrece al mundo una imagen de total permisividad.