TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

Una propuesta ambiental para la remodelación del Consell  

6/07/2016 - 

VALENCIA. Llevamos días leyendo artículos y hablando de una posible crisis de gobierno en el Consell: ¿habrá cambio de consellers? ¿Se tocará sólo el segundo escalón? ¿Se incorporará al fin Podemos? ¿Se crearán nuevos departamentos?

Nadie sabe lo que pasará –aunque parece descontada la sustitución de ciertos engranajes quemados con tan sólo un año de funcionamiento-, y la vicepresidenta ya ha dejado claro que, si hay remodelación, lo decidirá el President y se hará sin previo aviso. No obstante, el próximo cónclave de Torrevieja a finales de semana parece un momento idóneo para acabar con las especulaciones sobre los cambios. La incertidumbre, ya se sabe, nunca es el mejor apoyo de la acción de gobierno.

De entre todas las quinielas, ninguna apunta a la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente, donde ya hubo un relevo a principios de año en la Dirección General de Cambio Climático y Calidad Ambiental. Según respaldan distintas fuentes, el “mestizaje” funciona razonablemente bien y no hay demasiadas fricciones, aunque siempre son inevitables. 

De cualquier forma, a mi parecer (y más allá de desgajar Agricultura de Medio Ambiente, que sería deseable pero muy complejo a día de hoy), hay un cambio posible: el traslado de la Dirección General de Cambio Climático a Presidencia. Desde su nombramiento en enero, el nuevo director, Joan Piquer (de dilatada trayectoria y probada experiencia en el campo de la gestión de residuos) sólo ha tenido tiempo, o al menos eso parece, para aquello relacionado con la cuestión de la basura, y sin embargo estoy seguro de que le faltan horas. No es de extrañar: el despropósito de gestión del Partido Popular ha dejado una herencia ruinosa y corrupta, con un entramado de organismos viciados e inercias muy difíciles de vencer. La tarea de revertir la penosa gestión de los residuos en nuestro territorio es titánica –en ello anda, frenético y con mil frentes abiertos, el secretario autonómico Julià Álvaro-, y requiere sin duda más manos de las que disponemos en este momento. 

¿Y si separásemos el cambio climático de la gestión de residuos? Liberaríamos al director general para poder dedicarse en exclusiva al problemón de la basura (disculpen la literalidad), y tendríamos la oportunidad de reubicar la lucha contra el cambio climático en el organigrama del Consell. Si hay algo que se repite una y mil veces cuando se habla del calentamiento global es que es un problema transversal: ¿qué mejor lugar para encajarlo que en Presidencia, si realmente nos lo creemos?

Allí podría ser una herramienta útil para evaluar las políticas públicas con afección ambiental (es decir, todas), estaría estrechamente relacionada con Turismo y Emergencias (ambas también dependientes de Presidencia) y visualizaría por fin que el Consell se toma en serio el cambio climático. Además, permitiría un discurso más estratégico y menos centrado en “apagar fuegos”, y un posicionamiento líder a escala estatal e incluso internacional. Sin llegar a ser una propuesta análoga a la de la Vicepresidencia de Sostenibilidad que piden distintas ONG para el gobierno del Estado, sí inseriría el discurso ambientalista en el ADN de un Consell que nace de un Pacto, el del Botánico, con carencias muy preocupantes en materia en medio ambiente.

Hablar de cambio climático, por mucho que el territorio valenciano sea especialmente vulnerable, no es necesariamente hacerlo de catástrofes o futuros sofocantes. Es más: es sobretodo no hablar de eso. Se puede y se debe hablar en clave de un futuro esperanzador, de cohesión territorial, de una mejor calidad de vida para todos los valencianos, de igualdad y justicia, de inversiones innovadoras, de disfrute de nuestro entorno y diversificación de la economía, del mantenimiento de la agricultura, el paisaje y el turismo. Si empezamos a hablar en serio de cambio climático, y no hay mejor sitio para hacerlo que desde una posición autónoma y a la vez enraizada en toda la acción de gobierno como lo es bajo el paraguas de Presidencia, el futuro verde puede ser uno de las mejores bazas con las que el gobierno exhiba su balance de gestión en 2019. Ahora es el momento de apostar por el futuro.