MADRID, (EP). Una nueva terapia de estimulación eléctrica ha conseguido ayudar a sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares con debilidad en las manos a mejorar su destreza más que una técnica de estimulación existente, según revela una nueva investigación que se publica en la revista de la Asociación Americana del Corazón.
Alrededor de 800.000 personas en Estados Unidos sufren accidentes cerebrovasculares cada año, según la Asociación Americana del Corazón. Generalmente, el ictus provoca cierto grado de parálisis o parálisis parcial en un lado del cuerpo, lo cual puede llevar a que los supervivientes tengan dificultad para abrir una mano.
Una terapia común en rehabilitación del accidente cerebrovascular utiliza bajos niveles de corriente eléctrica para estimular los músculos paralizados con el fin de abrir la mano, mejorar la fuerza muscular y posiblemente restaurar la función mano. El terapeuta fija la intensidad de la estimulación, el tiempo del ciclo y las repeticiones.
En la nueva terapia experimental desarrollada por investigadores del 'MetroHealth System', la 'Case Western Reserve University' y el Centro de Estimulación Eléctrica Funcional de Cleveland, en Estados Unidos, los pacientes controlan la estimulación de su mano débil con el uso de un guante con sensores en la mano opuesta no afectada.
Cuando el paciente abre su mano no afectada, recibe una cantidad correspondiente de estimulación que abre su mano débil afectada. Esto lleva de nuevo al paciente a controlar su mano y le permite participar en la terapia con la ayuda de la estimulación eléctrica.
"En base a los resultados positivos de nuestros estudios anteriores, hemos tratado de determinar si la nueva terapia de estimulación de la mano controlada por el guante podría ser más eficaz que la terapia común en mejorar la destreza manual en los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular hace más de seis meses", afirma Jayme S. Knutson, autor principal del estudio y profesor asistente de Medicina Física y Rehabilitación de la Facultad de Medicina de la 'Case Western Reserve University', en Cleveland, Ohio, Estados Unidos.
Los científicos reclutaron a 80 supervivientes de accidente cerebrovascular. Durante 12 semanas, la mitad de los pacientes recibieron terapia utilizando el nuevo guante y al resto se le administró la terapia común. Ambos grupos utilizaron un estimulador eléctrico en su propia casa durante diez horas a la semana, más tres horas a la semana practicando tareas manuales con un terapeuta ocupacional en el laboratorio.
Se midió la función de la mano antes y después del tratamiento con una prueba de destreza estándar que mide el número de cubos que los participantes pueden recoger, levantar sobre una barrera y dejar en otra área en una mesa dentro de un tiempo de 60 segundos. Los investigadores encontraron que los pacientes que recibieron la nueva terapia tuvieron una mayor mejoría en la prueba de destreza (una media de 4,6 cubos) que el grupo común (1,8 cubos).
Los pacientes que tuvieron las mayores mejoras en la destreza manual a partir de la nueva terapia habían sufrido el ictus hace menos de dos años y tenían al menos algún movimiento de los dedos cuando comenzaron el estudio. Estas personas presentaron una mejora de 9,6 cubos en la prueba de destreza, en comparación con 4,1 bloques en el grupo común.
Los pacientes sin movimiento de los dedos también registraron mejoras en el movimiento del brazo después de la nueva terapia. Al final del tratamiento, el 97 por ciento de los participantes que recibieron la nueva terapia consideraban que podían utilizar mejor su mano que al inicio del estudio.
Debido a que la terapia es nueva y éste fue un estudio de un solo sitio, los investigadores no saben si se verán resultados similares en otros centros de rehabilitación. Por ello, planean realizar un estudio en diversos lugares para confirmar sus resultados, así como medir la calidad de las mejoras en la vida de los pacientes.
Aunque los investigadores especulan con que la nueva terapia puede estar cambiando las conexiones neuronales en el cerebro que controlan la destreza manual, se necesitan investigaciones adicionales para determinar qué efecto puede tener en el sistema nervioso central.
El trabajo también demuestra que los pacientes con accidente cerebrovascular pueden recurrir a la tecnología para autoadministrársela en casa. "La terapia en el hogar se está volviendo cada vez más importante para compensar el aumento de los costes sanitarios y para satisfacer la necesidad de altas dosis de terapia que son críticas para la consecución de mejores resultados --afirma Knutson--. Cuanto más terapia puede obtener un paciente, mejor será el potencial resultado que va a recibir".