VALÈNCIA. Cada vez que la viñetista Daniella Martí abre su libreta se enfrenta desde cero a una nueva realidad: un enorme espacio en blanco en el que debe construir un hogar para sus personajes. Para comenzar a situarse, dibuja unos pequeños cuadrados llamados “viñetas”, que le ayudan a dividir el espacio-tiempo y las acciones que llevan a cabo sus protagonistas, y que a su vez construyen su relato.
En estas pequeñas cajas de grafito caben infinitas historias, tan solo limitadas por su imaginación, que están esperando a ser contadas. A veces son historias de amor y otras veces son de desencanto, aunque como factor común casi siempre las dibuja en blanco y negro y le sirven para reflejar su realidad vital.
Este último año la artista ha puesto el foco en las historias sobre amistades, miedos, viajes y fronteras, que ahora se dan la mano en la muestra Una vida cabe en una maleta, que se inaugura el próximo 6 de septiembre en La Rambleta. Una exposición que mezcla cómic, instalación y humor gráfico para reflexionar sobre los “lugares desconocidos” y su realidad como mujer migrante.
Para componer este relato, Martí se sirve del testimonio de otras ocho personas migrantes como ella, que se prestan a hablar del duelo migratorio, y cuyas experiencias individuales ahora se salvan del olvido gracias al trazo de Martí: “Siento que cuando se habla de migración hay una visión muy homogeneizada, pero cada uno vivimos este desplazamiento desde un lugar único y distinto”, apunta la artista.