SANTA POLA. La bahía de Santa Pola contará con una granja marina de ostra plana que ocupará una superficie de 780.000 metros cuadrados de fondos marinos. Un importante proyecto al que la Conselleria de Agricultura ha dado su visto bueno y que supondrá una producción anual de hasta 135 toneladas, lo que equivale a hasta 1,'5 millones de ejemplares de 60 a 90 gramos la unidad. Lo impulsa Moluscos Santa Pola SL, compañía de la que es gerente Enrique Navarro, propietario de otras sociedades acuícolas de las que sobre todo destaca Clóchinas Navarro, ubicada en Beniparrell, donde se ubican el resto de sus empresas.
A finales de agosto la Dirección General de Agricultura, Ganadería y Pesca, autorizaba la instalación de este establecimiento de acuicultura en terrenos de dominio público marítimo terrestre frente al término municipal de Santa Pola. Como paso previo, ha recibido también la declaración de impacto ambiental de la Dirección General de Medio Natural y de Evaluación Ambiental. Ahora ya tiene luz verde para instalar la piscifactoría de ostra plana de tipo sumergido long-line en una superficie de 780.000 metros cuadrados de fondo submarino frente a la villa marinera.
Sobre el mar, esta granja tendrá una superficie en forma de rectángulo de 1.200 x 650 metros. De sistema long-line suspendido con el que cuelgan las cestas de engorde y los colectores de semillas. Cada línea está sustentada por boyas y anclada al fondo por muertos. Asimismo, una vez iniciada la actividad, la empresa deberá comunicar a la Generalitat un resumen mensual donde se refleje el volumen de ventas expresado en kilogramos y el precio medio por kilogramo para cada una de las especies puestas a la venta, esto es, las ostras.
Por otra parte, la autorización está condicionada a cumplir ciertos criterios, ya que entre muchos otros factores, la situación de la piscifactoría se encuentra en una zona tradicional de calado de las artes de pesca de trasmallo por lo que es muy concurrida por este tipo de embarcaciones. También estas aguas son un caladero muy visitado por la flota artesanal de la villa marinera para el tendido de las líneas de cadufos para la pesca del pulpo. Se ha de desarrollar generando el mínimo impacto ambiental posible y sin afectar a otras cuestiones colaterales: desde rutas de otros barcos o el sistema de defensa de la Armada, pasando por impacto en otras especies como corales, aves o tortugas marinas. Además, deberá contar con un Plan de Vigilancia Ambiental.
Se trata de una concesión para diez años, prorrogables por iguales periodos hasta un máximo de 50 años, previa solicitud del concesionario y autorización del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ahora tiene un plazo de comienzo de las obras de 6 meses y un plazo de un año para finalizarlas. No obstante, la instalación se ubica en una parcela ya balizada de 2013 que se otorgó a Promociones Marsán. Moluscos Santa Pola se hace cargo de la explotación de esta instalación de acuicultura. Al no haber variación en su geometría, dicho balizamiento seguirá siendo válido.