BRUSELAS. La guerra de Ucrania ha puesto sobre el tapete la debilidad de la seguridad alimentaria y la necesidad de controles sobre los productos importados. A la exigencia del tratamiento en frío para las naranjas que llegan de Sudáfrica, ahora se une la exigencia del tratamiento de los productos agrícolas de terceros países con fitosanitarios adecuados a la normativa europea. La nueva regulación, que se debatirá en el Consejo de Agricultura a celebrar en Luxemburgo la próxima semana, es una exigencia que los productores valencianos vienen reclamando a las instituciones europeas, a través de la Unió de Llauradors i Ramaders.
El informe de productos fitosanitarios sobre productos importados de países de fuera de la Unión Europea (UE) incide tanto en la salud del consumidor como en los costes que acarrea para los agricultores europeos cumplir con una norma que garantiza la seguridad alimentaria. Lo que se propone es establecer en los Tratados de libre comercio que se firmen con terceros países la “cláusula espejo”. Par ello se pidió a la Comisión Europea un informe que describa la situación actual, la aplicación y sus consecuencias en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en relación con los Estados Miembros.
“La UE representamos a los mayores exportadores e importadores y el resto del países pueden aplicarnos contramedidas”, explicó un técnico de la representación española en Bruselas. Por ello, el informe hace especial hincapié en la OMC. Y no plantea exenciones si está en juego la salud humana y medioambiental. Para ello, se intentará que estas cláusulas no sean arbitrarias ni discriminatorias, sino que sean recíprocas, que los productos importados tengan las mismas garantís de seguridad para el consumidor que los que salen de la UE.
El temor es que “podrían aplicarnos contrapartidas y someternos a posibles presiones”, añaden las mismas fuentes. Por ello, la Comisión ya ha comenzado a aplicar en los Tratados de libre comercio una cláusula en la que se prevé la posibilidad de esta exigencia. La UE rebaja sus aranceles a la importación con unas condiciones, entre las que se incluirá la de los fitosanitarios regulados con estándares europeos.
Esto es importante por la necesidad que tenemos de controlar las mercancías que se incorporen al mercado de la UE, para que lleguen en las mismas condiciones que los que se comercializan en el mercado interior con origen UE. España es el primer país que ha exigido esa cláusula, a través del ministro de Agricultura, Luis Planas, por responsabilidad con los ciudadanos y con los agricultores españoles, a los que cumplir con las norma les supone un coste añadido a sus productos. “Por ello, esos productos deben tener las misma calidad”, explican desde la representación española.
Esta cuestión enlaza con la crisis de los mercados alimentarios desde la invasión de Ucrania, que están sufriendo los precios de la energía y los fertilizantes a nivel mundial. España presenta ante del Consejo su preocupación por los precios de los productos con destino a la alimentación animal, como los cereales. En estos momentos, la Comisión está monitorizando todos los productos afectados por la crisis y ya ha adoptado una serie de medidas para paliar los efectos, aunque no es suficiente porque peligra la seguridad alimentaria.
La producción de cereales en Rusia y Ucrania, que son el granero del mundo, está comprometida porque los puertos están bloqueados. Y, aunque la UE ya ha comenzado a abrir las vías terrestres y la marítima desde Rumanía, no es suficiente. En estos momentos, está previsto un compromiso para facilitar la salida por vía marítima en el mar Negro para Rusia y Ucrania, avalado por Turquía. Pero primero hay que desminar los puertos, llenos de minas por la guerra.
Ya se están siendo preocupantes los problemas de almacenamiento de la cosecha anterior y la de la próxima a pinto de recoger, y que tienen que salir de puerto de forma inmediata. La paralización del comercio de estos productos podrían provocar una inminente hambruna en África e Hispanoamérica.
De otro lado, la Comisión propone reforzar la marca legislativa de orientación geográfica, para que sigan en la Dirección General de Agricultura, con independencia de que la oficina de patentes y marcas pueda intervenir como apoyo jurídico en las denominaciones de origen. También establece “denominaciones de calidad” para otros productos distintos de los alimentarios, como ya se ha hecho con China para algunos productos industriales en el Tratado de libre comercio. Se trata de una cláusula recíproca.
Por último, se tratará brevemente, en el apartado de “bienestar animal una medida tan concreta como es la prohibición de sacrificio de los pollitos machos durante el sexaje, la castración de cerdos y las dimensiones de jaulas para pollos.
Para el Consejo de Mercado Interior, está prevista una orientación general de la Directiva de créditos al consumo, que sustituye la de 2008 de créditos hipotecarios, y que se incluye dentro de la nueva agenda del consumidor. La resiliencia de los ecosistemas industriales estratégicos europeos será otro tema a tratar con dos preguntas: identificar los ecosistemas que hacen a la UE más dependiente y cómo poner en marcha los mecanismos para que sea resiliente en situación de dependencia, como la crisis sanitaria o la energética.
En sentido, se prevé el desarrollo de capacidades para extracción de materias primas europeas. Y, en el caso de suministradores extranjeros., se exigirá respeto de los valores ambientales en la extracción local. El objeto de este plan estratégico, para el que la Comisión Europea prepara una Comunicación, es evitar la dependencia y establecer las orientaciones para suministros de materias primas.
Acompaña un informe de la Presidencia francesa sobre la “Chips Act”, una nueva normativa sobre semiconductores que se traducirá en una Comunicación y un Reglamento con un anexo. Francia lo presenta al Consejo con dos preguntas. ¿Se necesita una actuación coordinada para responder al déficit de semiconductores en Europa? Si es afirmativa, ¿qué palancas se necesitan para aumentar la producción y los suministros?
El problema de los semiconductores es que se necesitan para cualquier dispositivo o electrónico e incluso par los coches eléctricos. Pero choca con la transición verde, por la extracción de las materias primas de canteras y minas de su materia prima: el litio. Por ello su producción se realiza en china, Corea y otros países asiáticos, principalmente, pese a que la empresa matriz es europea.
En este caso, el gobierno español podría activar los permisos para la apertura de los dos yacimientos de litio más grandes de Europa, y que se encuentran en Extremadura. “La UE establece las necesidades y un marco para la extracción dentro de una economía sostenible y circular, pero la apertura de las minas de litio de Extremadura es decisión nacional”, explican los técnicos de la embajada, que señalan al ministerio de Transición Ecológica.
“Hay un sentimiento europeo que empuja a poner los medios para que se utilicen los recursos estratégicos que están en Europa y que no los confiemos a unas cadenas de valor globales”, porque en las crisis recientes se han mostrado más vulnerables de lo que todos habíamos pensado”, finalizaron fuentes del Consejo.