El 2024 comenzó con todos los pronósticos para esperar un año de récord en el turismo, y la desestacionalización juega un papel importante. Desde la Costa Blanca llevan años trabajando por mantener la actividad fuera de los meses de verano y este año los frutos están siendo más que evidentes para los empresarios: junio sube, agosto baja
ALICANTE. Los agentes turísticos de la Comunitat Valenciana iniciaban el 2024 augurando un año de ‘récord’. Así se mostraban en la cita anual de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebra en Madrid cada mes de enero. Y ese es el ambiente general que se ha mantenido a lo largo de la temporada. Para ello ha habido un componente clave: la desestacionalización. Las ocupaciones suben en los meses desligados del verano, y en estos últimos, a su vez, baja ligeramente el número de turistas. Eso sí, en una cuota ya alta de por sí.
Pasado el periodo estival, el presidente de la patronal hotelera de la Comunitat (Hosbec), Fede Fuster, hace balance de un verano «parecido al del año pasado» en toda la Comunitat. En términos generales, las tres provincias han registrado menos clientes en julio y agosto, «hablamos de décimas» del porcentaje de ocupación, aclaró el hotelero a Plaza. Sin embargo, el nivel de producción ha sido mayor por el aumento de costes a consecuencia de la inflación o la subida de salarios.
Por el contrario, el invierno y la primavera mejoraron resultados, porque «la desestacionalización da sus frutos», por lo que el empresario abogó por seguir trabajando en esta hoja de ruta con campañas de promoción para temporada baja y media. También poniendo el foco en segmentos «interesantes»: LGTBi, de congresos (Mice) o mercados emergentes como Polonia.
Desde Hosbec consideran que se dan varios factores para crecer fuera del verano, como es la búsqueda de experiencias más tranquilas en el destino, ya que se concentran menos turistas, los precios son más bajos, la temperatura es menos alta, existe interés por productos turísticos asociados a la naturaleza o experiencias para los nómadas digitales.
Si se atiende a los datos aportados por la patronal en la primera quincena de agosto, incluyendo el festivo más importante, el 15 de agosto, la asociación se mostraba satisfecha con la ocupación en hoteles. La provincia de Alicante superaba el 90% en sus establecimientos asociados. Por lo que respecta a la capital de la Costa Blanca, Benidorm, registraba un 89,9%, quedándose a 2,3 puntos porcentuales del mismo periodo de 2023. Una situación parecida a la del mes de julio al completo, que se pasó del 88,4% de 2023 al 86,8% de este año (1,6 puntos menos). Al contrario de lo que ocurrió en junio, que tuvo de media un 87,5%, subiendo 1,3 puntos porcentuales. Así, desde enero hasta esa fecha la ocupación había subido del 80,1% al 80,7%.
Por lo que respecta a los datos de ocupación, el presidente de la patronal ya manifestó que no era una cifra que tuvieran en cuenta para analizar su KPI, es decir, los indicadores clave para llegar al objetivo de la empresa. Por encima de todo está la productividad, que está en niveles superiores al año pasado.
Para Fuster, la «piedra angular» es el aeropuerto. Un punto en el que coincide el presidente de la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante (APHA), Luis Castillo, que lo califica como el «termómetro» de la situación turística en la provincia. El aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández, ubicado en la partida de El Altet, llegó a los 1.962.325 viajeros en agosto. El aeródromo sigue en su tendencia de crecimiento, y para este mes marcaba una subida del 15,3% con respecto al mismo periodo del año pasado. Se convertía así en el mejor agosto de su historia, aunque sin superar a julio, que llegó a los 1.989.648 pasajeros, un 16,1% más que en 2023. Este verano, por tanto, ha sido de récord para el tráfico de usuarios.
Desde el punto de vista de APHA, el verano fue «prácticamente igual que los mejores años, como el 2023 o el 2019», el año previo a la pandemia. Castillo resta importancia a la posible bajada de ocupación cuando el porcentaje es superior al 90%, porque «subir o bajar un punto» se puede deber a múltiples factores. «Lo malo es caer 10 puntos», reflexionó, añadiendo que «no tiene mérito llenar en verano». Así, reseñó que septiembre, octubre y noviembre superan las cifras del año anterior. «Ahí es donde hemos puesto el foco en APHA, en trabajar por la desestacionalización», manifestó en conversaciones con Plaza. Una tendencia, dijo, que tiene que ir pareja con el crecimiento del aeropuerto.
«No sobra nadie», remarcó, al tiempo que afirmó que uno de los objetivos de la provincia tiene que ser elevar los niveles de calidad de los servicios que se le ofrecen al viajero, tanto en el aeropuerto con los traslados a los destinos, como en la limpieza de las ciudades, y otros asuntos que van más allá del hospedaje. Todo ello para cumplir con otro reto: incrementar el gasto medio por turista en sus visitas.
A su vez, negó la subida de precios por encima de los costes, «es un bulo», insistió. Los costes se dispararon desde la pandemia, explica, y a ello se sumó la inflación por las guerras y las «pérdidas» durante y después de la crisis sanitaria. Frente a todo esto, los empresarios buscaron un «equilibrio» con la subida de las tarifas por hospedaje.
Ahora, con la movilidad plena, los destinos vuelven a la normalidad y cuentan con un nuevo desafío: afianzar sus plantillas después de una búsqueda de personal que no ha sido lo más fácil posible. Para Fuster, la Comunitat cuenta con una planta alojativa cada vez más competitiva, y anima al sector a hacer «una reflexión sobre la calidad de servicio que ofrecen con sus empleados».
Por su parte, Castillo puso el punto de mira en la formación de los empleados. «Trabajadores encontramos, pero necesitamos que tengan más formación», comentó, al tiempo que recordaba que ningún hotel ha tenido que cerrar por falta de personal. En este sentido, dijo que la apuesta debía ser en trabajar más por tener más formación, porque esto conlleva más «profesionalidad» y «es beneficioso para el trabajador y para los empresarios», además de repercutir en la experiencia de los clientes.
Todo ello se refleja en los datos oficiales. Tal y como informó la exconsellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes, «la Comunitat Valenciana ha registrado este verano el récord de cifras de empleo turístico, alcanzando durante los meses de julio y agosto los mejores resultados de toda la serie histórica». También desde enero. El informe elaborado por Turisme Comunitat Valenciana, expone que recoge los datos de afiliación a la Seguridad Social en las ramas de hostelería y turismo, se ha incrementado un 4,6% el empleo en la Comunitat desde enero hasta agosto, ambos inclusive, con respecto al mismo periodo de 2023.
Desgranado por provincias, en la de Alicante crece un 5% con una media anual hasta agosto de 93.172 afiliados. Le sigue Valencia, con 90.783 afiliados, un 4,4% más con respecto al mismo periodo del año anterior. Y cierra Castellón, con 24.086 trabajadores, lo que supone una subida del 3,9% interanual.
Y dentro de los sectores del propio turismo, uno de los que destaca por su margen para crecer es el de los cruceros. Así lo atestigua el director de la asociación Alicante Costa Blanca Turismo y Cruceros, Roberto Martínez, quien destacó que lo importante para este año era consolidarse, pero esperan que para el 2025 puedan crecer en torno al 10% de cruceristas. A la espera de cerrar el año, la temporada «está siendo de récord», con unos 100 cruceros previstos para 2024, 241.500 pasajeros y unos 60 millones de euros de impacto económico (en 2023 se estima que fue de 46 millones de euros). «Lo bueno que tiene el sector es que no se concentra solo en la temporada de verano. En julio y agosto es cuando menos cruceros hay», comentó Martínez, reseñando que «hay actividad durante todo el año»; para muestra, una cifra: desde septiembre hasta el 1 de diciembre se esperaban 32 cruceros.
Otro de los aspectos positivos que destacó el director de la asociación fue el impacto que tienen en la ciudad de Alicante, donde aseguró que los turistas no tenían sensación de saturación en el municipio debido también a la dispersión de los viajeros por el resto de la provincia. Según los datos aportados por la organización, después de la capital, los cruceristas optan por trasladarse hasta Benidorm y, en tercer lugar, pasan por Guadalest, pero también llegan a lugares como Orihuela, Torrevieja, Petrer o Elche.
El impacto de los cruceros se refleja también en los alojamientos, tal y como recoge el estudio realizado durante el 2023, en el que a través de encuestas a los pasajeros, el 30% indicaron que pernoctaban fuera del barco. Se trata de un estudio realizado en colaboración por las siguientes entidades: la Autoridad Portuaria de Alicante, Patronato Provincial de Turismo Costa Blanca, Patronato Municipal de Turismo de Alicante City & Beach, GVA Turisme y Global Ports Alicante. Martínez explica que cada vez crece más el interés por el turismo de experiencias, con visitas para conocer el patrimonio local, pero también con la gastronomía, las compras, actividades de aventura, deportivas o incluso viajar a Tabarca.
Continuando con el balance del turismo, existe otra tipología de alojamiento con gran arraigo en la Costa Blanca: los campings, que cuentan con público durante todo el año gracias a su adaptación, con un cambio de perfil en según qué época, siendo más familiar en verano y más sénior e internacional en invierno. Según trasladó la Asociación Provincial de Campings de Alicante, en los meses de julio y agosto alcanzaron casi el 100% de ocupación. El mes de agosto vuelve a ser el más demandado, cuando rozaron lleno técnico cada fin de semana. Por clasificación, las parcelas se situaron en el 90% de media, mientras que para cabañas llegó al 95%. Con respecto a julio, superó los registros del año pasado para este mismo periodo, situándose en un 85% para parcelas (15 puntos más), como en bungalows, con un 90% (10 puntos más).
Otra de las patas importantes del sector turístico es el de las viviendas de alquiler vacacional. La asociación del sector que abarca toda la Comunitat Valenciana, Aptur CV, hace un balance positivo de la temporada. La presidenta de la patronal, Silvia Blasco, estima una ocupación media de entre el 85 y el 88% para el mes de julio, según los datos aportados por sus asociados. Una cifra inferior a la de agosto, que alcanzó el 97%. Aunque con diferentes niveles en según qué zonas, siendo Benidorm una de las que más actividad registró.
Una de las circunstancias que han influido en el sector han sido las reservas de última hora. Según explicó Blasco, los vuelos se han encarecido hasta niveles de 2019. La bajada de precios con las fechas más cercanas posibilitaba incrementar las reservas a escasos días del viaje, por lo que en su sector repercutía sobre todo en la organización interna de las empresas. Así, explicó que aunque se cerraban las reservas por un precio inferior, se compensaba con estancias más largas: «No hemos perdido dinero», sentenció. De este modo, reflexionó que había sido un «verano que no está mal, pero con un poco menos de ocupación. Ha costado llenarlo».
Uno de los asuntos que han marcado el año para este sector es el nuevo decreto-ley de la Comunitat Valenciana publicado el 7 de agosto y que les embarca en un proceso de adaptación para los próximos años. El Consell que preside Carlos Mazón ha optado por modificar la normativa afectando a los requisitos para gestionar una vivienda turística. Entre los cambios más importantes introducidos por este documento figura la determinación de no poder alquilar la vivienda por más de diez días a un mismo turista. De esta interpretación, los expertos extraen que para aquellos que se dedican a las reservas que superan este límite, dejará de estar considerada como vivienda turística y no necesitará cumplir con estos requisitos, aunque podrá seguir alquilándose como temporal.
Para obtener el permiso de vivienda turística también será necesario disponer de un certificado que acredite que la comunidad de propietarios no impide usar las viviendas del edificio para usos alternativos al residencial, como es el turístico. Además, entre otros asuntos, la inscripción en el Registro de Turisme de la Generalitat caducará a los cinco años.
Los pisos turísticos se han convertido en uno de los aspectos que la sociedad apunta que contribuye al acceso a la vivienda, a pesar de los esfuerzos de los empresarios para negarlo. Con todo, algunos ayuntamientos de la provincia de Alicante se han aventurado a analizar el caso en sus municipios. El primero que abrió la veda fue Altea, que optó por suspender durante un año la concesión de licencias con el fin de aprobar en ese tiempo una normativa que regulara el sector en el municipio. Tras él le siguieron otras localidades, sobre todo en la Marina Alta y Baixa, como son Polop, Dénia, l’Alfàs del Pi, pero también del resto de la provincia, como es el caso de Sant Joan d’Alacant.