VALÈNCIA. "Abrir València al mar". Era lo que se pretendía con la prolongación de la Avenida de Blasco Ibáñez en el antiguo Pepri del Cabanyal, y lo que a su vez causó tanta oposición y malestar no sólo en el propio barrio, sino en toda la ciudad. Hasta se elevó a cuestión de interés mediático nacional. El nuevo Plan Especial del Cabanyal (PEC) ya se hizo rechazando este planteamiento. No obstante, el encuentro de la avenida con el barrio marítimo sí que sufrirá unos pequeños retoques estéticos y y funcionales, previstos ya en el inminente PEC.
La intención es hacer mucho más cómoda la intersección entre la calle Serrería, la calle Marino Blas de Lezo, con la avenida, la estación ferroviaria central y la primera fachada del barrio del Cabanyal. Por ello, se pretende desplazar la glorieta que ahora rige la circulación en este punto hacia el oeste, acortando así la gran vía, con el propósito de dejar la estación de Adif a un lado. De esta forma, dicen en la concejalía, será más accesible y mucho más estética, dado que estará envuelta de una zona verde, más o menos como muestra la imagen inicial. Asimismo, en el espacio que da al conjunto de edificios del Cabanyal, se quiere dejar un espacio exclusivo para taxis.
Ahora bien, más allá de actuaciones puntuales, quizá uno de los objetivos de mayor calado es la recuperación de vecindario. Se estima que con la aplicación de este plan se pueda facilitar el engrosamiento del barrio en 3.000 vecinos estables. Para ello, el planeamiento nuevo prevé la construcción de más de 1.000 viviendas nuevas. Por un lado, el PAI de Eugenia Viñes, la zona más próxima a La Marina, contempla, como en el antiguo plan, 274 viviendas de renta libre. En el resto del barrio, las previsiones de construir en torno a 700 más, de las cuales 288 serán viviendas de protección pública, otras 288 para alojamientos-dotacionales y otras 192 de renta libre.
En estos cálculos se incluyen las más de 120 viviendas públicas en régimen de alquiler que se prevén construir en los edificios que sustituyan a los actuales Bloques Portuarios. A la postre, se pretende engrosar el parque de viviendas en alquiler actual hasta alcanzar la cifra de las 800 viviendas en este régimen. Según explicó el concejal de Urbanismo de València, Vicent Sarrià, este mismo martes, el motivo es, por un lado, mitigar la escala de precios de los alquileres que están sufriendo las grandes ciudades y, por otro lado, paliar o amortiguar la gentrificación del barrio.
Dentro del plan se incluye el BIC del Cabanyal y además de la conservación de su trazado, parcelario y viviendas tradicionales se crea, como ha apuntado el edil, un nuevo ámbito como Bien Histórico de Relevancia Local en la zona que fue origen del barrio. Para todo el ámbito histórico del Cabanyal la altura máxima de edificios es de 3 alturas. Se quería "no dejar nada protegible sin protección" y se han impulsado "nuevas fórmulas de protección" que "no desincentiven la rehabilitación y la nueva construcción" ya que, hasta el momento, algunos métodos eran "excesivamente rígidos".
Tal y como avanzó este diario a lo largo del jueves, en el PEC se incluirán restricciones para la implantación de pisos turísticos. El objetivo, según el concejal, es "buscar el equilibrio" en el barrio. Se han establecido tres zonas diferenciadas. Por un lado, la parte interna, delimitada entre la calle Dr. Lluch hasta Serrería, donde la cantidad de pisos turísticos podrá alcanzar el 10% por manzana. Otra de las zonas es la fachada marítima, entre la calle Dr. Lluch y el paseo marítimo, donde la limitación se elevará al 30% por manzana. Y por último, el PAI de Eugenia Viñes, tendrá una restricción del 40% por manzana.
No obstante, hay que recalcar que los pisos turísticos se rigen además por la normativa establecida en el planeamiento urbano general de la ciudad, según el cual sólo se pueden habilitar en bajos y en primera planta de los edificios, y nunca por encima de viviendas residenciales. Las razones para establecer los límites en el Cabanyal, ha dicho, son las particularidades del barrio, donde muchas fincas sólo alcanzan los dos o tres pisos, por lo que las normas generales se quedaban "un poco cojas" para evitar la saturación de pisos turísticos en la zona.
En cuanto al hotel pensado en el PAI de Eugenia Viñes, no hay ningún cambio. Por otro lado, tal y como se había anunciado, contempla la construcción de seis aparcamientos, cinco de los cuales serán en altura y el otro, subterráneo. En total, se proveerá al barrio con más de 1.200 plazas de aparcamiento.
Y el motivo: se peatonalizarán múltiples vías -unos 53.000 metros cuadrados-, por lo que se pretende trasladar la supresión de esas plazas de aparcamiento a las nuevas construcciones. La idea es ofrecer estacionamiento "a precios asequibles y moderados". En este punto, y preguntado al respecto, Sarrià ya anunció que sería imposible poner estas plazas de aparcamiento en alquiler de forma gratuita. Por otro lado, el PEC prevé multiplicar por dos los equipamientos públicos actuales del barrio, cuya superficie estimada en la propuesta es de casi 54.000 metros cuadrados, y suma 50.000 metros cuadrados de zonas verdes y jardines.