VALÈNCIA (EFE). Tras "miles de cafés y miles de noches sin dormir", los inventores llegan a desarrollos que "mejoran la sociedad", y por ello la Oficina Europea de Patentes (OEP) quiere celebrar la labor de estos "héroes" con el Premio al Inventor Europeo, cuya gala acogerá el 4 de julio el Palau de les Comunicacions de València.
Con sede en Múnich, esta oficina que registra las patentes de todos los países miembros de la Unión trae a España por segunda vez un galardón que en anteriores ediciones ha premiado a la investigadora que desarrolló un exoesqueleto para que los niños en silla de ruedas pudieran caminar, o a la considerada "madre" de las vacunas de ARN mensajero contra el Covid.
"El objetivo del premio es fomentar el conocimiento acerca de la importancia de la innovación, del desarrollo científico, tecnológico y, sobre todo, de los inventos", explica en una entrevista con EFE el portavoz de la Oficina Europea de Patentes, Luis Berenguer.
Se trata, asegura, de un homenaje a la figura del inventor, que en los últimos años ha perdido popularidad en favor de otras representaciones como la del innovador o el científico, para "mostrar a través de ellos la importancia de proteger los desarrollos a través de las patentes".
Entre los finalistas de esta 17ª edición, que este año proceden de Australia, Austria, Bélgica, China, Finlandia, Francia, Alemania, Islandia, India, Irlanda, Italia y Estados Unidos, destacan los proyectos orientados a la sosteniblidad.
En la categoría de Industria, por ejemplo, un equipo finlandés está nominado por hacer posible la transformación de residuos en combustibles renovables, mientras que unos científicos belgas optan al premio por simplificar la producción de bioplásticos con un método más económico y ecológico y, un físico austríaco, por desarrollar un acero más robusto y ligero que mejora la seguridad en carretera a la vez que reduce las emisiones.
Los desarrollos de pequeñas y medianas empresas (pymes) cuentan con su propia categoría, donde también impera lo verde, con un equipo francés finalista por desarrollar granjas verticales de insectos para la producción de alimentos, piensos y fertilizantes; un astrofísico italiano y sus tecnologías de limpieza de desechos espaciales en la órbita terrestre y dos físicas irlandesas que han desarrollado un material avanzado que ayuda a reducir la contaminación acústica.
En la categoría de Investigación, por su parte, también está presente la preocupación medioambiental, con el método seguro y eficaz para el almacenamiento de hidrógeno que ha desarrollado un equipo francés.
Además, compiten en esta categoría el proyecto alemán para transmitir internet de alta velocidad a través de luces LED y una investigación islandesa para desarrollar colirios no invasivos que reemplazan a las agujas en algunos tratamientos oculares.
En el apartado de Países no pertenecientes a la OEP compiten un inventor chino que busca reducir el riesgo de sobrecalentamiento y explosiones en vehículos eléctricos, investigadores indios y estadounidenses que desarrollan envases antiadherentes y un grupo de australianos que han desarrollado un implante cerebral para la comunicación bidireccional con dispositivos externos.
Los requisitos, detalla Luis Berenguer, son que el proyecto tenga una patente europea, que tenga impacto en el mercado y otros criterios que valora el jurado: en pandemia se premió de forma prioritaria a los investigadores médicos, y en la presente edición se ha apostado por la sostenibilidad.
Aunque en los últimos años han tenido finalistas de todos los sectores, el portavoz de la OEP apunta a tres sectores como los que más patentes registran, atendiendo al índice anual de la oficina.
"El sector de los desarrollos de software ha crecido mucho últimamente, en un mundo postpandemia en el que la comunicación es básicamente digital, además del sector biomédico y farmacéutico a raíz del Covid y del sector de las energías limpias", asegura.
España está en el décimo puesto europeo en solicitud de patentes, una cifra, reconoce Berenguer, "por debajo de lo que se esperaría de una economía de esta magnitud".
En 2022 se solicitaron 1.925 patentes procedentes de España, 144 de la Comunitat Valenciana, que fue la cuarta que más solicitudes presentó, por detrás de Cataluña, Madrid y el País Vasco y, en términos locales, València es la cuarta ciudad de España que más patentes registró el año pasado, con 56, empatada con Seriguren (Navarra) y por detrás de Madrid (280), Barcelona (272 ) y Zaragoza (70).
El portavoz de la OEP reconoce cierta falta de "cultura de la patente" y apuesta por "hacer ver a la sociedad europea la importancia de proteger sus desarrollos a través de este instrumento", que permite "darle un beneficio a quien invierte tanto esfuerzo".
Sobre todo, señala, son los jóvenes quienes menos dispuestos están a patentar sus inventos: "Hay una cierta desconfianza en esas edades a la propiedad industrial e intelectual, porque consideran que beneficia a las élites, que impide la igualdad económica y de acceso, y eso no es del todo cierto".
Ante esta tendencia, la Oficina Europea de Patentes ha creado también la categoría 'Young Inventors Prize', para reconocer el "talento joven" y visibilizar las ventajas de patentar los desarrollos, no solo por el derecho exclusivo de explotación que ello otorga al inventor por 20 años, sino también porque supone "un incremento reputacional importante".
Asimismo, se ha convocado la categoría 'Lifetime Achievement', a toda una trayectoria profesional e innovadora, y 'Premio Popular', que se decide por las votaciones de la ciudadanía en la web de la OEP.