VALÈNCIA. Las inspecciones del Ayuntamiento de València han aflorado estos últimos cuatro años cerca de 29 millones de euros por el cobro de impuestos municipales y de multas que hasta el momento no se estaban pagando. El conocido como impuesto de plusvalías, el impuesto de actividades (IAE), el impuesto de construcciones (ICIO), así como tasas y sanciones.
Desde 2015, el consistorio se propuso reactivar el servicio de inspección de tributos para acabar con el fraude fiscal. Pasados cuatro ejercicios, los resultados son claros: 13,6 millones más en la recaudación de las plusvalías, 4,8 del IAE, 3,1 del ICIO, y otros 7,4 millones de multas, sanciones y otras tasas. Según el edil de Hacienda, Ramón Vilar, la inspección tributaria era "una obsesión de este gobierno" porque, aseguró, el servicio estaba "desmantelado" y "no pasaba nada porque había incapacidad voluntaria del Ayuntamiento" para el cobro efectivo de los tributos.
El primer ejercicio se afloraron más de cinco millones y medio de fraude, cifra que mermó en 2016 hasta los 3,9, desde cuando se ha vuelto a recuperar. Casi seis millones de euros al año siguiente y cerca de 8,7 en el último ejercicio. Todo ello, se han esforzado en subrayar, sin aumentar los impuestos generalmente, sólo el IBI "a las grandes compañías", explicó el alcalde Joan Ribó.
Un argumento que Vilar sustentó ofreciendo los datos concretos: de 600.000 recibos del Impuesto de Bienes Inmuebles que suele emitir el Ayuntamiento, únicamente 4.000 se vieron afectados por este incremento. Poco más del 0,6%. Por ello, el máximo responsable de la administración local insistió en que "no se han subido todos los impuestos como dice la derecha, no es cierto, solo se han aumentado a las empresas importantes de a ciudad; no a las familias ni a las personas"
Es precisamente el incremento de impuestos una de las puntas de lanza que ha venido utilizando la oposición en los últimos años. A ese respecto, el alcalde aprovechó para criticar al anterior ejecutivo local del Partido Popular por "no hacer nada" en el trabajo de inspección municipal, debido al cual la capital del Túria, dijo, era "un semi-paraíso fiscal" donde "pagaba quien quería y lo que quería".
El alcalde subrayó "la buena gestión" del Govern de la Nau por sus niveles de ejecución en las inversiones. Entre 2016, 2017 y 2018 fueron "247 los millones de euros ejecutados en inversión frente a los 147 millones de 2012, 2013 y 2014". Igualmente, Ribó agregó que las inversiones que ya están adjudicadas a día de hoy ascienden a 104,3 millones de euros y resaltó la reducción de la deuda a la mitad, hasta los 446 millones de euros al cierre de 2018, y del porcentaje de deuda sobre ingresos consolidados, que actualmente se sitúa en el 52,59 por ciento frente a al 104,71 por ciento en 2014. Esto, de hecho, ha permitido al Ayuntamiento salir del Plan de Ajuste.
En este punto, explicó también que "la reducción de la deuda y el saneamiento se ha llevado a cabo no solo en el Ayuntamiento en organismos autónomos y empresa públicas como la EMT, el Palacio de Congresos y Aumsa". "Hay menos millones de deuda y han aumentado los ingresos", ha manifestado, además de recordar que "desde el punto de vista legal no se puede pasar de un porcentaje de deuda del 75 por ciento" y señalar que el consistorio está "en un margen amplio"
Del mismo modo, el responsable municipal ha manifestado que con el resultado presupuestario del Govern de la Nau se ha incrementado desde 2014. Ha afirmado, respecto a la liquidación del presupuesto, que hasta 2018 "el resultado ha sido muy positivo, con un remanente de tesorería de 62 millones".