Neus Fábregas, concejala de Participación del Ayuntamiento de València. Foto: ESTRELLA JOVERVALÈNCIA. Un presupuesto de 3,5 millones de euros para inversiones participativas en el ejercicio 2018. Esta es la cifra oficial de inversión prevista para el próximo ejercicio en dicho capítulo, cantidad que, tal y como denunció este martes el portavoz de Ciudadanos en el consistorio, Fernando Giner, se queda en justo la mitad del montante porque la administración local publicita las inversiones participativas del año que viene -que se votarán el próximo mes de diciembre-.
"Para el ejercicio 2018, el compromiso del Gobierno Municipal es destinar 7 millones de euros para invertir en proyectos para la ciudad, propuestos tanto por las vecinas y los vecinos del municipio como por el Ayuntamiento de València, y escogidos directamente por la ciudadanía", reza la plataforma municipal Decidim VLC.
¿La explicación? Según Neus Fábregas, concejala de Participación del Ayuntamiento de València tras la dimisión de Jordi Peris, una cosa es el coste de los proyectos que los ciudadanos van a votar para 2018 y otra la cantidad exacta que se va a gastar en dicho ejercicio.
"Los técnicos de la concejalía de Hacienda han estimado oportuno hacerlo de este modo al entender que la parte más administrativa que va a desarrollarse en 2018 tendrá ese coste. El grueso de los proyectos son de obra nueva y requerirán un desembolso a partir de 2018", argumenta la dirigente de València en Comú.
Fábregas añade que los proyectos de participación "han pasado a tener consideración de obras de carácter plurianual". En la misma línea, el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, defiende que el nuevo sistema "se adapta más a la realidad y evita que haya parte del presupuesto que se quede sin ejecutar". Va con un año de decalado. Es mejor así", sostiene el edil socialista.
La explicación resulta sorprendente porque el recorte se produce sin conocer cuáles son las propuestas votadas por los ciudadanos -la votación definitiva se realizará entre el 1 y el 15 de diciembre-, que en la primera fase eligieron muchas obras poco complejas, como carriles bici o peatonalizaciones, que no parece que necesiten más de un año de tramitación y ejecución.
Cuando la izquierda accedió al ayuntamiento de València, se propuso acabar con el "ordeno y mando" que criticaban a la exalcaldesa Rita Barberá. Para ello, y siguiendo los mismos parámetros que en las otras "ciudades" del cambio, se puso en marcha un proceso de presupuestos participativos con siete millones a elegir para financiar los proyectos que votase cualquier ciudadano del Cap i Casal para su barrio. Con ello, se aprobaron por parte de los vecinos 104 obras en 2016.
Pese a que el alcalde de València, Joan Ribó, anunció que la dotación presupuestaria para esta partida seguiría intacta, las cuentas para 2018 no reflejan sus palabras. En el capítulo perteneciente a inversiones de capital y transferencias, las cuentas municipales para el próximo año recogen once proyectos participativos que suman 3,5 millones de euros. Una cifra alejada de los siete millones prometidos por Ribó y que supone un recorte del 50% en una partida de la cual el consistorio hizo bandera.
Esta cambio de modelo para presupuestar las partidas se produce tras la marcha del exportavoz de València en Comú y concejal de dicha área, Jordi Peris. En su momento, de hecho, los presupuestos participativos se convirtieron en su proyecto estrella, junto con la remodelación inacabada de las Juntas de Distrito.
Ajeno a la polémica política, los presupuestos participativos siguen su marcha. Una vez realizada la presentación y apoyo de las propuestas de inversión por parte de los vecinos, los técnicos municipales están analizando la viabilidad de las demandas recibidas. Un estudio de las posibilidades de cada iniciativa que se cerrará el próximo 30 de noviembre. Con ello, se iniciará la última fase de todo este proceso: la votación entre los días 1 y 15 de diciembre de las propuestas que hayan pasado el filtro técnico y económico. Así, las más votadas serán ejecutadas durante 2018, aunque a medias, según los concejales Fábregas y Vilar.
