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València cambiará más nombres de calles para corregir duplicidades y fallos técnicos

16/05/2017 - 

VALÈNCIA. Las 51 calles franquistas que cambiarán de nombre en la ciudad de València no son las únicas que verán alterada su denominación en los próximos años. Así lo confirmó la concejal de Cultura, Glòria Tello, este lunes, horas después de dar a conocer el listado de vías que cambiaban de denominación atendiendo a la Ley de Memoria Histórica. Según explicó a Valencia Plaza la regidora, en el proceso para establecer un listado riguroso y exacto, habían confirmado la aparición de calles con denominación repetida o algunas que por errores tenían una que debería ser revisada.

Este cambio, que se producirá en los próximos años, no está empero tan urgido como el de las calles con nombre franquista. “Tenemos que quitar duplicidades, dignificar nombres dándoles calles más relevantes, pero será más adelante”, comentó. Por el momento el proceso se iniciará con las dedicadas a ensalzar a prebostes y dirigentes del anterior régimen, a los que en tiempos de Franco se les brindaron vías públicas que aún permanecían en el callejero de la ciudad.

Tello recordó que la medida de retirar los nombres franquistas del callejero de València llega con 10 años de retraso con respecto a la Ley, una norma legal que sigue vigente y que hasta la fecha no se había cumplido. El Ayuntamiento de València con esta resolución lo que está haciendo es seguir estrictamente el actual ordenamiento jurídico. Y es que, recordó, “el Ayuntamiento no puede estar al margen de la ley”.

En este sentido fuentes municipales insistieron en el precepto legal como primer e insoslayable argumento para defender una iniciativa que se estima que afectará a unas 20.000 personas en toda la ciudad. En aras de que este proceso sea lo menos traumático posible, se ha decidido dar un año de cohabitación a las dos nomenclaturas, periodo durante el cual se procederá a modificar los datos de padrón, los de registro, etc… En este paréntesis Correos admitirá la doble nominación.

Faltan nombres

Tello aceptó igualmente las críticas a las ausencias en el listado de nuevos nombres de algunas figuras especialmente significativas de la cultura e historia de la ciudad. Entre otras resulta especialmente llamativa la de Vicent Miquel Carceller, editor de La Traca y uno de los grandes nombres del periodismo español, quien fue fusilado en Paterna en 1940 por el crimen de haber publicado revistas de humor; algo así como si fuera ejecutado el editor de un medio actual como El Jueves.

Sobre la posible recuperación de este nombre y de otros, Tello recordó que aún quedaban calles por nombrar y aseguró que en el posterior proceso de reordenación urbana y racionalización del callejero habrá cabida para todos ellos. Como en los 51 primeros casos que se aprobarán esta semana en los órganos competentes municipales, la designación de la calle se hará siguiendo criterios de idoneidad y siempre y cuando existan reclamaciones por parte de la sociedad civil, ya sea en las Juntas de Distrito o a través de los cauces establecidos.

En el caso de Carceller su ausencia ha extrañado, ya que fue un nombre que en su día el propio alcalde Joan Ribó defendió. Ribó, que asistió al homenaje que se le dio al editor de La Traca en el cementerio de Paterna, se comprometió entonces a recuperar y dignificar de manera conveniente la figura de un escritor cuyo único delito fue provocar la risa con su humor sardónico. Como bien decía Darío Fo, el poder no soporta el humor. En el caso de Carceller fue trágicamente cierto.

El porqué de esta calle

Sobre el listado de nombres y denominaciones que se han dado, Tello insistió en que no se habían “inventando” ningún nombre ni habían seleccionado nombres de franquistas al azar. Así, aludió al hecho de que se había realizado un exhaustivo estudio previo durante casi medio año, analizando caso por caso, para no incurrir en posibles arbitrariedades. Del mismo modo indicó que la elección de las vías que se renombraban se había efectuado atendiendo a criterios históricos y culturales, y nunca por cuestiones meramente ideológicas.

Apuntó como ejemplo el arquitecto Javier Goerlich, a quien se le dará una calle, y de quien dijo que era “una persona de derechas” pero que sus contribuciones y aportaciones a la ciudad eran innegables. Y recordó el caso del dirigente vecinal Félix del Río, un nombre que se aprobó en su día en mociones apoyadas también por el PP, pero que el anterior gobierno municipal no llevó nunca a efecto.

En el caso del escultor Andreu Alfaro se le había dado una calle lo más cercana posible a Godella, su localidad, donde se encuentra su museo; una vía que se halla enfrente del parque de Benicalap. Por su parte, ala maestra Alejandra Soler se le había dado la calle donde vivía, que hasta ahora estaba dedicada al doctor Beltrán Bigorra. Mientras que la calle Democracia, que hasta ahora estaba dedicado a Castán Tobeñas, es adonde llega el correo del complejo 9 d’Octubre de la Generalitat.

Sin honores para el traidor

El caso más emblemático quizás de todos los del callejero franquista que desaparecerá en los próximos meses podría ser el de la vía Doctor Marco Merenciano. Compañero del rector Peset, falangista, de Llíria, director del Psiquiátrico de València, el doctor fue honrado en tiempos de Franco y en los años 50 se bautizó con su nombre la actual Plaza de Jesús. 

Posteriormente, con la llegada de la democracia se recuperó el nombre de Plaza de Jesús. Era 1981 y, como quiera que Marco Merenciano no pasaba entonces por ser uno de los nombres más relevantes del franquismo, se decidió mantenerle en el callejero en una vía hasta entonces dedicada al General Moscardó.

Sin embargo, pocos años después los estudios realizados sobre el infame proceso y ajusticiamiento del rector Peset descubrieron que Merenciano había sido el principal delator y el instigador de la ejecución. La noticia sorprendió a la familia, que hasta entonces había tenido a Marco Merenciano como amigo. Desde entonces, estudiosos y formaciones políticas de todo signo, entre ellas la hoy casi anecdótica UPyD, solicitaron que se le quitara esa calle al delator y traidor. Con el agravante de que, además, estaba paralela a la avenida dedicada al rector Peset. Ahora, 36 años después, por fin se corregirá ese absurdo.

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