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el cudolet / OPINIÓN

València ciudad estado del sello bronco copero, fallero y liguero

Foto: CARLA FRANCÉS
2/03/2019 - 

Marina Civera, fallera mayor y embajadora de València, se expresaba con estas palabras: “Sou part de una festa que no té limits, perquè ser fallers ens fa grans, perquè ser faller és fer història”. El jueves noche el València CF volvía a hacer historia una vez más. El Valencia bronco y copero marcaba un gol en las páginas del libro de oro del fútbol español. Ser seguidor del Valencia no tiene límites. La ciudad enmudecía horas antes de adentrarnos en el mes de la pólvora, en el mes de la sátira, en el tiempo que veneramos casi todos los valencianos. Un día antes de cumplir sus cien años, porque la sociedad valencianista con alma franciscana, siempre nos aferramos al origen, a la esencia, a la memoria del Bar Torino, se fundaba un 1 de marzo del año 1919, aunque a todos los efectos, la historia ha querido que el 18 figure como fecha oficial en su partida de bautismo.

Se veía venir, la ciudad recobraba esta temporada, y en concreto en los últimos días, el turismo del sello bronco y copero de antaño. La ciudad olía a pólvora. Tras la visita de los seguidores de Celtic, al caminar por las calles de València tenías la sensación de que estabas en plena vorágine de semana fallera. La alegría desmedida de los incondicionales seguidores escoceses que habían tomado cualquier rincón de València,  convertía la Gran Vía Marqués del Turia en un abrevadero. Cualquier mañana de la semana de las fiestas josefinas, si madrugas, despiertas con los jardines del bulevar del ensanche como lo dejaron los chicos escoceses, empachados de botellas de cristal y bolsas de plástico, el clásico botellón nocturno. Vecinos de la zona no daban crédito a lo sucedido, y yo les razonaba que en breves días la imagen de los jardines será una fotocopia de la anterior, pero en vez de ser escoceses serán valencianos. Para mí que los operadores turísticos debieron elegir mal en el calendario la oferta del pack turístico vacacional para los más de 7.000 seguidores que se desplazaron a la ciudad del Turia con la excusa del partido de fútbol.

Foto: CARLA FRANCÉS

Una semana después, el virus verdiblanco volvía a rebrotar en el centro histórico del Cap i Casal vísperas del partido de semifinal de Copa que enfrentaba al València con el Betis. Aunque con cierto matiz cinéfilo, las diferencias eran abismales, sobretodo en el acento y en las formas, estos procedían del sur, los anteriores procedían del norte. He de reconocer que por mis venas no corre mucha simpatía por el equipo andaluz, debemos recordar siempre aquel partido del “gemellaggio” que en el pasado enfrentó  al Cádiz con el Betis con empate a cero, resultado que certificó el descenso del Valencia CF a la división de plata.

El resultado de este jueves ya lo conocen, 1-0 a favor del Valencia con traca incluida, once años después, tras una larga travesía en el desierto accionarial, nos hemos colado en otra final, la primera de copa jugada por el Valencia FC, fue un 6 de mayo de 1934, hace 85 años. Once años después de la última final disputada en el Vicente Calderón los valencianos viajaremos en el tiempo a la ciudad de Sevilla, “porque somos fieles a su historia, porque nuestra afán es la victoria”, para rememorar aquella épica final disputada en 1999, contra el Atlético de Madrid pero esta vez el rival será el FC Barcelona. En apenas 16 días una representación del Valencia CF desfilará en la clásica marcha fallera para honrar y ofrendar a su Patrona. Desde ese día el Valencia CF sellará la trilogía de ser un club, bronco y copero, bronco y fallero y bronco y liguero.

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