VALÈNCIA. 10 pisos turísticos de la ciudad de València han tenido que proceder al cese de su actividad en lo que va de año por haber incumplido alguno de los aspectos de la normativa que regula su uso. Igualmente, y del mismo modo, otros 42 tienen actualmente iniciado un expediente de restauración de la legalidad, que una vez finalizado podrá llevar o bien a la subsanación de la infracción que se está cometiendo o, en el peor de los casos, a nuevos cierres.
Estos son los datos que maneja el Servicio de Licencias Urbanísticas del Ayuntamiento de València con respecto al ejercicio 2021. Un año en el que, según se desprende de los datos, se han llegado a presentar hasta 105 denuncias por parte de vecinos, asociaciones, y demás afectados por la actividad de los apartamentos turísticos en la ciudad.
Y es que, la actividad de este tipo de negocios lleva varios años en entredicho. A partir del año 2018 tanto la Generalitat Valenciana como el Ayuntamiento de València comenzaron a dar pasos hacia la regulación de esta actividad, al detectar que eclosionaba cada vez con más fuerza en los barrios de la capital sin que hubiera una normativa clara al respecto. Hasta ese momento, los propietarios de la vivienda tan solo estaban obligados a pedir una declaración responsable para iniciar la andadura. Pero, de 2018 en adelante, fue necesario inscribirse en el registro de Turisme Comunitat Valenciana y del mismo modo pedir una compatibilidad urbanística al consistorio.
Gestiones que no siempre se cumplen, y que se unen a otras muchas casuísticas como, por ejemplo, no cumplir las normas específicas de alguno de los barrios que ya tienen legislación propia en la materia. Esto es, por el momento, Ciutat Vella, donde se ha acotado al máximo la existencia de los pisos turísticos en algunas zonas y también se han introducido normas tales como su ubicación dentro de los edificios. Una de las más destacadas que, cuando se trate de una edificación residencial, tan solo pueden estar colocadas en el primer piso.
Sea como sea, y más allá del motivo por el que hayan sido amonestadas las viviendas, la preocupación reside más bien en la capacidad de inspección que ahora mismo disfrutan las administraciones públicas. Y es que, el Ayuntamiento de València considera que se podría estar haciendo más en la materia. En este sentido, desde la concejalía de Turismo que dirige Emiliano García recuerdan que la manera más afectiva de proceder a una inspección es que haya una denuncia explícita por parte de los vecinos y asociaciones del entorno.
En este sentido, es la Policía Local la que se presenta primero en la vivienda para comprobar que se está cometiendo cualquier tipo de irregularidad y, después de eso, eleva la petición a la Generalitat Valenciana que es la que tiene competencias para proceder a la inspección y, si cabe, a la sanción.
Otro de los datos que maneja el Servicio de Licencias Urbanísticas del Ayuntamiento de València es el de las peticiones que se han recibido a lo largo del año para implantar una nueva vivienda turística en la ciudad. A este respecto, y según se desprende de los datos, 84 negocios han elevado una solicitud formal al consistorio para obtener la preceptiva compatibilidad urbanística, aunque no todas ellas han sido resueltas favorablemente.
De hecho, tan solo 64 de ellas recibieron finalmente la compatibilidad urbanística que pidieron para poder iniciar la actividad. 18 de ellas fueron directamente denegadas y a las otras 2 se les ha solicitado la subsanación de la documentación por diferentes causas. Así, estas 64 viviendas se unen a la oferta que ya existía previamente en la ciudad de València, y que según el registro que baraja Turisme Comunitat Valenciana se situó en los 5.768 negocios a finales del año 2020.
Ahora bien, estas viviendas y habitaciones son las que están correctamente formalizadas en el registro. Es decir, aquellas que salen en las listas autonómicas y que del mismo modo también han pedido la compatibilidad urbanística al Ayuntamiento de València. Sin embargo, en la capital del Túria todavía se palpa una cierta preocupación por todos aquellos negocios que todavía a día de hoy siguen funcionando sin haberse dado de alta en ningún sitio.
Un extremo que no resulta fácil de cuantificar, pero que ha sido objeto de estudio en diversas ocasiones. Por ejemplo, el Ayuntamiento de València encargó hace unos años un informe para saber exactamente cómo había evolucionado la oferta de apartamentos turísticos en la ciudad. Y, precisamente, una de las cuestiones que se calculaba era la oferta no reglada.
A este respecto, el documento reflejó que la cantidad de pisos turísticos en la ciudad de València se disparó entre los años 2017 y 2019. En cuanto al número de negocios en sí mismo, este se duplicó: pasó de los 4.714 a los 9.462. Y, en cuanto a número de plazas, la diferencia es incluso más drástica: de las 18.102 a las 38.281. Sea como sea, este número de apartamentos y de habitaciones lo que viene a confirmar es la sospecha de que no todos los negocios que operan están dados de alta.
Y es que, según la misma fuente, en 2019 había 5.771 pisos registrados en Turisme Comunitat Valenciana, y otros 3.692 que aparecían en los anuncios de las plataformas pero que no habían sido regularizados ante la administración. En este sentido, algunos de ellos pueden pertenecer al pequeño grupo que operaba antes de que entrara en vigor la regulación de 2018, pero muchos otros simplemente no se ajustan a la normativa. Cabe recordar que la nueva regulación relacionada con el registro no era retroactiva. Es decir, no se aplicaba de manera obligatoria sobre los negocios que ya estaban en marcha, pero sí sobre los que entraban de nuevas en el mercado.
Actualmente, y según los datos que maneja València Turisme, la oferta de pisos turísticos ha bajado considerablemente en la ciudad con respecto a las cifras de 2020. De hecho, en todos los barrios de València, incluso en los más demandados por los visitantes, ha habido una caída remarcable del número de negocios. Aun así, nuevamente, se espera que el conteo final que reflejan las plataformas quede por encima del que sostienen las administraciones públicas de manera oficial.
Tal y como se refleja en los datos, que han sido recogidos a partir de los anuncios de las cuatro principales plataformas, actualmente hay en València 4.710 apartamentos operando, a lo que se suman otras 1.647 habitaciones privadas. Es por ello que el Ayuntamiento espera intensificar la identificación de los negocios irregulares a través del impulso vecinal. Aunque, al mismo tiempo, también destacan que poco a poco la oferta se va regulando, ya sea por el estancamiento del crecimiento en el número de negocios, o por las denuncias presentadas.
Asimismo, cabe recordar que el área de Turismo lleva ya años trabajando en una nueva ordenanza de pisos turísticos, la cual complementará las regulaciones específicas de algunos barrios y que tiene como objeto principal obligar tanto a las plataformas como a los propietarios a ofrecer datos a la administración para poder monitorizar con más facilidad su actividad y desarrollo. Muy especialmente en vistas de que entre en vigor la nueva figura del piso temporal, que es aquel que tan solo se alquila 60 días al año, y que requerirá de mayor control para que no se sobrepasen los plazos.