VALÈNCIA. El dia de la dana, el Ayuntamiento de València celebraba el pleno del mes de octubre. Pero cuando dio comienzo, sobre las 10.15, toda la provincia ya estaba en aviso nivel rojo por fuertes lluvias, declarado por Aemet a las 9.41. Por ello, al poco tiempo de dar comienzo la sesión plenaria, con todos los concejales en el hemiciclo, ya se había convocado para las once el Centro de Coordinación Operativa Municipal (Cecopal), el jefe de Bomberos había dado el aviso y la alcaldesa, María José Catalá, había sido informada.
El Ayuntamiento de València constituyó así por primera vez aquel día el centro para coordinar la emergencia, seis horas antes de que hiciera lo propio la Generalitat: la Conselleria de Justicia de Salomé Pradas no convocó el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) hasta las cinco de la tarde. A las 11.39, la alcaldesa de València sale del pleno para ser informada del seguimiento de los servicios de emergencias municipales y le sustituye como presidenta del pleno su segunda de a bordo, la edil de Hacienda, María José Ferrer San Segundo.
El consistorio ya había anunciado el cierre de los parques valados "por la alerta meteorológica" así como los cementerios y la suspensión de las actividades de la Fundación Deportiva Municipal hasta las tres de la tarde. "En aquella reunión la alcalesa estuvo sólo con los técnicos", explican fuentes consistoriales. El encuentro se desarrolló hasta que, al cabo de una hora, la primera edil se reincorporó a la sesión plenaria. Pero no estuvo en su asiento ni quince minutos más.
"Como he indicado a los portavoces, se ha constituido el Cecopal, está permanentemente activo y ahora a la una nos van a volver a dar información oportuna sobre la situación meteorológica de la ciudad de València para tomar decisiones o mantener la normalidad. Hemos acordado que yo ahora saldré al Cecopal y cualquier portavoz que quiera venir y participar, ningún inconveniente", anunció Catalá. Eran las 12.57. Tanto en esta reunión como en la siguiente, a pasadas las 15.30 de la tarde, están presentes tanto la portavoz de Compromís, Papi Robles, como su homólogo socialista, Borja Sanjuán.
"En esa reunión nos actualizaron la situación meteorológica y la previsión de lluvias en la propia ciudad", relatan fuentes presenciales. La sensación era de que "no pasaba nada grave y de que no sería nada serio en València", apuntan, que "pasaría de largo" la tempestad. A esas horas, recuerdan otras fuentes, la información que se tenía es que las lluvias, si llegaban a la ciudad de València, remitirían a eso de las seis de la tarde.
Con esa información, el consistorio había habilitado el albergue de la calle Santa Cruz de Tenerife, gestionado por Cruz Roja, "para atender a las personas sin hogar". Y a las tres de la tarde, en la nueva reunión, se acordó mantener las medidas adoptadas y aprobó otras: la suspensión del concierto vespertino que iba a tener lugar en el Palau de la Música "por prevención y para evitar desplazamientos", así como la suspensión de la Escuela de Familias del Centro de Juventud.
Hasta entonces, el Cecopal se había constituido en el edificio consistorial para estar cerca de la alcaldesa y el resto de munícipes, congregados en la sesión plenaria. Pero una vez el pleno finalizó, pasadas las cuatro de la tarde, el órgano de emergencias municipal se trasladó al Centro Integral de Seguridad y de Emergencias (CISE) de la Policía de Valencia, donde "habitualmente" se reúne.
El Cecopal, aseguran las mencionadas fuentes, siguió activo durante toda la tarde mientras se hacía seguimiento de la situación en la ciudad. Las miradas estaban puestas fundamentalmente en el cielo, y según explican desde el ejecutivo local, tampoco recibieron ninguna advertencia sobre el desbordamiento de los cauces y las inundaciones que horas después acabarían anegando tres pedanías de la ciudad -La Torre, Forn d'Alcedo y Castellar-l'Oliveral-.
Antes de las horas clave, se acordó habilitar el polideportivo de Benimaclet y fue conforme se acercaban las ocho de la tarde cuando se empezaron a producir los momentos más "angustiosos" y se reciben en el Cecopal incluso llamadas de personas afectadas por la inundación y que tratan de salvarse. Al recibirse la alerta de emergencias, a las 20.12, el Cecopal acuerda la suspensión de clases así como todas las actividades deportivas.
"Esa tarde-noche la alcaldesa estuvo en contacto directo con alcaldes pedáneos que nos iban relatando la situación en sus pedanías", aseguran fuentes municipales. Pasadas las nueve de la noche, tal como pudo saber este diario, los conductores de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) empiezan a recibir órdenes para activar un operativo para desalojar a vecinos en Castellar y Pinedo -en esta última pedanía, finalmente, no llegó el agua-, hasta donde se habían desplazado efectivos de Policía y Bomberos.
Según hizo público el Ayuntamiento este miércoles, los cuerpos municipales fueron los primeros en llegar a las pedanías donde llegó el agua del barranco del Poyo, accediendo a través del puente que conecta con La Torre entre otros accesos, y consiguieron rescatar aquella noche a 300 personas en total. No sería hasta las 10 de la noche cuando el concejal de Protección Civil y Bomberos, Juan Carlos Caballero, creó un grupo de Whatsapp para informar a la oposición de las medidas que se habían adoptando durante la tarde.
Este es un relato somero de aquella jornada. Catalá ha señalado a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) por no avisar ante el desbordamiento del barranco del Poyo y ha encargado un informe jurídico para estudiar la posibilidad de denunciar al organismo como ha publicado Las Provincias, si bien no ha señalado a la Generalitat Valenciana también -rechazó pedir la dimisión de Carlos Mazón en el pleno- como sí han hecho otros municipios del área metropolitana. Con todo, lo que ocurrió podrá quedar negro sobre blanco en la comisión de investigación que han acordado crear todos los grupos políticos del pleno.
En ella no sólo se formularán "las propuestas necesarias relativas a la recuperación de las zonas afectadas" que tengan en cuenta "las líneas de actuación prioritarias" aprobadas por el gobierno municipal sino que se realizarán "estudios y análisis de lo que ocurrió el día de antes de la DANA, durante el día 29 e incluso después". Según el acuerdo, la comisión estará presidida por la alcaldesa, que podrá delegar la presidencia en la primera teniente de alcalde, y la integrarán cuatro concejales, uno por cada grupo político. El objeto de la misma será llevar a cabo "todos los estudios pertinentes, sin descartar nada".
Respecto a su régimen y funcionamiento, será el mismo que el de las comisiones permanentes, con "las comparecencias que se consideren necesarias". En cuanto a las sesiones, se propone que sean semanales, sin perjuicio de que la propia comisión pueda acordar celebrar más o menos. Y sobre los plazos para concluir los trabajos, con la elaboración de un informe, será de tres meses, aunque el pleno lo podrá prorrogar.
Climent también ha planteado incorporar, como proponía la moción alternativa, un calendario de actuaciones en el corto, medio y plazo para la rehabilitación, y establecer que la sala de comisiones informativas sea el lugar de reunión, así como que se pueda solicitar la participación de miembros de la corporación, personal municipal y de otras administraciones, entidades y personas expertas.
La concejala del PSPV María Pérez lamentó en el pleno la "ausencia de mecanismos efectivos de colaboración y coordinación" entre los municipios afectados y la ciudad de València y propuso impulsar "soluciones conjuntas que respondan a las necesidades reales de la ciudadanía". Además, aseguró que los recursos humanos y materiales del Ayuntamiento de València "podrían haber llegado mucho antes y mejor a los municipios vecinos que lo habían perdido todo".
Por su parte, el concejal de Compromís Giuseppe Grezzi criticó la "falta de coordinación" durante la dana y reclamó "no repetir los errores del pasado". Acusó a Caballero de "no hacer nada" el día de la dana y denunció la "incapacidad palmaria" del PP para gestionar la emergencia al "dejar abandonada a la gente" como, a su juicio, hizo también el Consell. "¿Por qué no movilizaron a los bomberos, Policía Local y Protección Civil? ¿Por qué no evacuaron a esa gente que acabó muriéndose?", cuestionó. Lo que le valió la respuesta de Caballero, que calificó sus palabras de "miserables" para asegurar que el gobierno municipal "estaba trabajando junto a sus vecinos".