VALÈNCIA. Tras doce años de trayectoria, los cambios internos en el estudio formado por Elisa Gómez, Raül Climent y Xavi Calvo han ido parejos a los de empresas, instituciones y el propio sector del diseño valenciano.
— En verano del pasado año os mudasteis, ¿simple cambio de sede o un paso adelante para Menta?
— El cambio coincidió con una reorganización digital: el lanzamiento de una nueva web con la que, por fin, nos sentíamos cómodos al cien por cien. Una identidad digital que nos representa y que muestra el recorrido iniciado desde los comienzos del estudio y los cambios sufridos en este trayecto, que han reconfigurado la idiosincrasia del propio estudio. Llegó un momento en el que dijimos: «no estamos contando exactamente aquello en lo que estamos trabajando». Y esto suponía un problema porque una parte importante de nuestro trabajo era estratégica, una tarea previa al resultado final que carecía de visibilidad.
— Doce años es tiempo de sobra para que los roles del estudio se adapten a nuevos proyectos, nuevas circunstancias…
— Al principio todos hacíamos de todo: reuniones con clientes, mantener al día el porfolio, el trabajo propio de diseño… Esto no era eficiente y llegamos a un punto en que era necesario repartir las tareas sin necesidad de asignar cargos oficiales a nadie en concreto. Esto ha repercutido claramente en una mejor organización del estudio, como sucede en cualquier empresa. A escala profesional, ahora somos mucho más capaces que hace doce años; podemos afrontar proyectos que en un principio no teníamos confianza para asumir. Estos cambios no han sido arbitrarios. Los proyectos han crecido en dimensión, ahora son más globales y esto ha provocado el reajuste del perfil del estudio.
* Lea el artículo completo en el número de abril de la revista Plaza