VALÈNCIA. València aumenta su oferta de pisos en alquiler de larga estancia, pero sigue lejos del stock que había disponible antes de la pandemia. Además, y pese a recuperar producto, los precios siguen disparados con una renta media de 1.500 euros mensuales, lo que sitúa a la ciudad como una de las más caras de España, por detrás de Madrid y Barcelona. El mercado se ha puesto tan imposible para muchos jóvenes y familias valencianas, que muchos se han visto obligados a tener que compartir vivienda, disparando el alquiler por habitaciones.
Una tendencia que han constatado las inmobiliarias. "Llama especialmente la atención cómo ha crecido el mercado de habitaciones en el último año. Hemos calculado que cada mes se publican entre 200 y 250 anuncios nuevos de alquiler de habitaciones cuando en diciembre de 2022 apenas se contaban 500, y la oferta va a continuar subiendo porque es lo único que puede pagar la gente", aseguraba hace unas semanas Nora García Donet, presidenta de la Asociación de Empresas Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (Asicval).
Lo cierto es que en los últimos meses de 2023, el número de pisos completos disponibles en el 'cap i casal' había aumentado ligeramente un 5%, respecto del periodo julio-septiembre de ese año, al pasar de un stock de 1.087 unidades a 1.413 a cierre del ejercicio, según los datos de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la UPV. No obstante, el documento evidencia que, aunque se eleva el stock en la ciudad, la oferta no logra igualar los niveles posterior a la pandemia, ya que entonces había 3.404 inmuebles, un 58% más que ahora.
A nivel general, en la mayoría de distritos de la ciudad sube el número de viviendas entre un 11% y un 213%. Las zonas con mayores incrementos son Quatre Carreres, que pasa de 93 unidades para alquiler a finales de 2022 a contar con 131 a cierre de 2023. También, se eleva el parque inmobiliario en Algirós al pasar de 33 inmuebles a 80; en l'Olivereta, de 16 a 47; o l'Eixample, de 175 a 200.
En cambio, baja el número disponible en seis distritos: Ciutat Vella, de 305 pisos en 2022 a 271 a finales del pasado año; en Extramurs, de 145 a 109; en la Saïdia, de 57 a 43; en Poblats Marítimos de 121 a 47; en Benicalap de 39 a 15; y en Benimaclet; de 20 a 18 viviendas, según los datos de la Cátedra, que señala que parte de este recorte en la oferta es consecuencia de la aprobación de la Ley de Vivienda del Gobierno que establece unos límites a la actualización de las rentas, desvinculándolas del IPC, y garantiza una protección a la “okupación” de las viviendas.
"Durante los meses de propuesta y definitiva aplicación, los fondos de inversión que apostaron por construir para alquiler comenzaron a replantear su estrategia, saliendo del mercado al ser especialmente penalizados como grandes tenedores", señalan los expertos en el informe, en el que remarcan que fruto de este miedo desde enero de 2021 hasta ahora, "ha descendido el número de viviendas de tal modo que actualmente hay menos de un 60% de las que había hace apenas tres años".
Y, aunque ahora hay más activos en el mercado que hace unos meses, la alta demanda, disparada por la llegada de extranjeros, profesionales desplazados y nómadas digitales, estrangula el mercado. Y más teniendo en cuenta que estás personas llegan con sueldos más altos, lo que les permite rentas mayores y eso agudiza aún más las subidas de precios. De este modo, en el último trimestre de 2023, la renta media en València llegó a los 1.531 euros mensuales, lo que supone un 3% menos que tres meses antes, pero una subida del 27% si se compara con finales de 2022, cuando llegó a los 1.200 euros.
Eso sí, en comparación con 2019, antes de que estallara la crisis del coronavirus, el valor medio era de 938 euros, un 63% menos que ahora. De hecho, la subida más importante se registró a principios de 2023 cuando se rozaron los 1.500 euros, mientras que a finales de 2022 aún se estaba en los 1.200 euros de media en la ciudad. No obstante, la bajada progresiva de la oferta ha provocado este efecto alcista, ya que había pocos inmuebles, mientras la demanda no dejaba de crecer.
Por barrios, en la mayoría crece entre un 6% y un 49%, excepto en Poblats Maritims, Pobles del Nord y Benimaclet, que bajaron entre un 5% y un 24%. De hecho, la mayoría de zonas rebasa ya los 1.000 euros de media y solo siguen por debajo, Benimaclet con una alquiler de 862 euros mensuales; y Pobles del Nord, 817 euros, según los datos del informe. Poblats Marítims y Jesús son otros de los enclaves más asequibles con precios que se sitúan en los 1.094 euros y 1.079 euros al mes, respectivamente.
Por contra, el precio medio de alquiler más elevado de la ciudad se registra en L'Eixample, situándose en los 2.014 euros. Le sigue la zona del Pla del Real (1.818 euros); Ciutat Vella, 1.785 euros de media mensual; y Camin al Grau, que alcanza los 1.614 euros.
Para los expertos de la Cátedra, "la escasez de oferta, junto al efecto llamada constante que supone la calidad de vida y las buenas expectativas profesionales para empresas e inversores internacionales en la ciudad son los responsables de estas subidas"."Además, la cuestión es qué ocurre con los miles estudiantes internacionales que cada año llegan a nuestras universidades, cuyos costes de alojamiento comienzan a ser preocupantes, incluso pudiendo afectar en la elección de su destino final", exponen.
Por ello, su solución pasa por la edificación de vivienda protegida, que consideran "la solución necesaria más evidente, que ayudaría a rebajar la tensión de los precios y, sobre todo, permitirá el acceso a la vivienda a quienes ahora lo tienen imposible, los jóvenes y las rentas medias y bajas".