València, la mar de bé pretendía mostrar los avances de la ciudad de València en el periodo 1983-1987. Una denuncia cerró definitivamente el candado a una muestra olvidada hasta hoy
VALÈNCIA. La exposición València, la mar de bé. Quatre anys de gestió (Llotja de València, primavera de 1987) se gestó desde la Regidoria de Cultura de l’Ajuntament de València, en ese tiempo bajo el gobierno de Ricard Pérez Casado. La intención desde el consistorio era hacer balance y exponer los avances de la ciudad en distintas materias, en el marco de los últimos cuatro años de gestión socialista: 1983-1987. Pero aquella exposición, en la que tantas esperanzas había depositadas, nunca llegó a abrir sus puertas al público.
Vicent Garcés, el por entonces regidor de Cultura de l’Ajuntament, explica que aquella exposición «enlazaba con la idea reflejada en el Llibre de la Ciutat (publicado en 1983), que recogía los proyectos desarrollados en diferentes ámbitos: arquitectónico, paisajístico y urbanístico, entre otros». El propósito de la nueva exposición era recoger el testigo de esa publicación e ir un paso más allá, dentro de una iniciativa más amplia que contaba con un lema propio, el recordado València, la mar de bé, un lema coetáneo al Barcelona, posa’t guapa que se había utilizado en la Ciudad Condal.
El coordinador de la exposición fue Josep Sorribes que en 1987 ocupaba el puesto de cap de Gabinet en la alcaldía. Él fue quien se encargó de seleccionar los contenidos incluidos en la muestra y distribuirlos en una estructura basada en distintas secciones que asimilaban el título de la muestra. Así, cada una de las secciones contaba con contenido propio bajo diferentes paraguas: La mar de neta, La mar de guapa, La mar de lista, etc. «Comencé a colaborar con Pérez Casado en 1982 —recuerda Sorribes— y el Llibre de la Ciutat era un resumen de los avances desarrollados en su primera legislatura. El propósito de aquella exposición era simplemente dar cuenta de los proyectos desarrollados en los últimos cuatro años, de 1983 a 1987».
El propio alcalde Pérez Casado reflejaba en su libro de memorias políticas (Viaje de ida, fragmentos de memorias políticas, 1977-2007), la necesidad de contar con profesionales de distintos ámbitos que reflejaran de manera adecuada las necesidades comunicativas del consistorio: «Publipress, empresa dirigida por Vicent Ventura, me fue de gran auxilio. Sus propuestas creativas y de mensaje anclado en la realidad lograron en muchos casos traspasar el ruido mediático, como lo hiciera una iniciativa nuestra de buscar, con el concurso de la ciudadanía, un lema que resultó ser, por elección popular: València, la mar de bé, en el que participaron decenas de miles de personas». El lema escogido por el conjunto de los ciudadanos fue acompañado de una marca en forma de «V» que ilustró tarjetas, folletos y hasta carteles, como el desarrollado por Carlos Sáinz-Pardo y Paco Martínez Corral.
Publipress había estado cuatro años antes detrás de la publicación del Llibre de la Ciutat. El Ayuntamiento de València siguió esta línea comunicativa en los años siguientes a través de distintas publicaciones que, como señala el arquitecto David Estal, «difundieron las propuestas del consistorio no solo con una intención didáctica, sino con la finalidad de generar debates ciudadanos». Un ejemplo de estos libros oficiales fue La ciutat que volem (1985), así como La València de los 90 (1987).
* Lea el artículo íntegramente en el número 95 (septiembre 2022) de la revista Plaza