VALÈNCIA. 86 huertos urbanos. Tres alquerías históricas. 70.000 metros cuadrados de zona verde. Y no es en el centro o a la orilla del mar. Prácticamente por primera vez en toda la legislatura, uno de los pocos proyectos de cierto relieve del Govern de la Nau no mira ni a una parte de la fachada marítima ni a los distritos más céntricos. Porque hasta ahora algunas concejalías se han incluso obsesionado por actuar sólo en estos espacios.
E incluso parece que no tengan más que propuestas para el centro, como es el caso de Movilidad, que a día de hoy se ha puesto a preparar nuevas peatonalizaciones en el Ensanche mientras los Poblados del Norte, del Sur, o los barrios más alejados de la Plaza del Ayuntamiento claman por la falta de servicios. Ahí están casos como el de Benimàmet, donde siguen esperando una solución al Parque Lineal. Cuestión de prioridades, hay barrios que eran de Segunda con el PP y parece que siguen siéndolo con el Govern de la Nau.
La sensación se extiende y así lo constata la presidenta de la Federación de Vecinos, María José Broseta, quien comentaba a Valencia Plaza esa impresión de que actuaciones en los barrios de la periferia, concretas, fehacientes, a día de hoy, pocas se pueden contabilizar. “No se puede decir que se hayan hecho muchas cosas, pero no ya en la periferia, sino también en el centro”, abundaba. “Se han hecho avances, pero lo que preocupa…”. En ese contexto, pues, no hablemos ya de grandes proyectos.
Desde el Ayuntamiento se justifican y recuerdan que se realiza mucho lo que técnicamente denominan como microurbanismos, soluciones prácticas para hacer la vida más cómoda a los vecinos. Un buen ejemplo sería la adecuación de solares sin uso para que sirvan de aparcamiento a los habitantes de los barrios. De hecho el aparcamiento es una de las grandes preocupaciones que se ha confirmado en el primer barómetro municipal.
Igualmente, desde el consistorio recuerdan los trabajos de algunos concejales, como Pere Fuset o Glòria Tello, con su proyecto de llevar la cultura a todos los barrios, o la iniciativa emprendida por la teniente alcaldesa Sandra Gómez, València Activa, que abrirá centros de empleo y emprendimiento especializados por barrios y distritos. En el Govern de la Nau insisten en que saben que los otros barrios también existen. Recuerdan actuaciones en Monteolivete, en Ciutat Fallera, en Orriols o el plan Especial del núcleo histórico de Patraix. Pero algunas de las escasas actuaciones en otras zonas, como la reforma de la CV-500 que afecta a los Poblados del Sur, lo único que ha hecho es soliviantar a los vecinos.
Con ánimo de reivindicar la periferia, o al menos con ese mensaje implícito, el concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, se acercó este miércoles al barrio de Malilla, un año después de su primera aproximación. La periferia, por fin, ocupando un puesto central en la agenda municipal. Una novedad en el Govern de la Nau, una excepción que quizá debería dejar de serlo si el gobierno de Joan Ribó no quiere acumular asignaturas pendientes de cara a las elecciones, el examen que decidirá quien gobierna la próxima legislatura.
El nuevo parque del barrio de Malilla fue presentado este miércoles como “uno de los parques urbanos más completos de la ciudad”, a juicio del concejal, “un hito para un barrio castigado”. Un hito en el que sobresalen los 12.000 metros cuadrados que ocupan los 87 huertos urbanos, 27.000 metros de zonas verdes, 2.677 metros dedicados a huertos de frutales, el parque infantil, un área de 9.180 metros destinada a la construcción de una instalación deportiva, zona de juegos, espacio para esparcimiento canino, tres albercas para el riego a manta con agua de la red de baja presión y la tres históricas alquerías cuidadosamente restauradas. De las tres, una será destinada a cafetería, otra a gestión de los huertos urbanos y una tercera a mantenimiento del parque.
El concejal recordó que el parque completa todo el proyecto de urbanización de Malilla norte, con una superficie de 265.000 metros cuadrados y cuyo coste ha sido de 16 millones de euros. “De esa superficie, aproximadamente 78.000 metros corresponden a zonas libres, de las cuales 70.000 son el propio parque, a cuya ejecución se ha destinado 3.300.000 euros”, explicó. Los 86 huertos urbanos ubicados en el nuevo parque serán sacados a concurso.
Es una actuación en la periferia, un pequeña pica en Flandes en una batalla por mejorar la vida de los ciudadanos que, a día de hoy, y por la impresión de los vecinos, no está teniendo muchos logros. “Hay determinados proyectos que han salido de los presupuestos participativos que la mitad están sin ejecutar”, recordaba por su parte Broseta.
Y de los grandes retos, sólo el Parque Central (central, cómo no) es visible ya, algo más que una presentación. Pero, como apunta también Broseta, sólo se hará una parte. La otra, la importante, la del túnel, la de la estación de Portela, sigue in albis. Si bien, eso es cierto, ya no es competencia del Ayuntamiento de València y hay que mirar más a Madrid y a los presupuestos del Estado. Esos que las direcciones estatales de Ciudadanos y del PP han impedido que tuvieran el rechazo unánime de todos los partidos políticos valencianos.