VALÈNCIA. Medio centenar de personas, entre prensa y representante del mundo de las sociedades musicales de la Comunitat Valenciana, esperaban expectantes a la rueda de prensa en la que el Ayuntamiento de València desvelaba las nuevas bases y su proyecto para el Certamen Internacional de Bandas, que volverá al Palau de la Música en julio de 2024, en su 136º edición.
El proyecto político del Ayuntamiento para las bandas pasa por impulsarlas para convertirlas en un sector internacionalizable, por un lado, y polo de turismo, por otro. Para ello, cuidar uno de los certámenes de referencia mundial por calidad y antigüedad es pilar fundamental de este proceso. Pues bien, las bandas han recibido un espaldarazo: el Ayuntamiento aumenta un 45% el presupuesto para el concurso, pasando de 154.000 a 223.000 euros en solo una edición.
¿En qué se traducirá este aumento inédito? Primero, en dotar más tanto los premios como la remuneración del jurado con el objetivo de hacer la cita valenciana más competitiva aún. Jose Luis Moreno, concejal de Cultura, llegó a afirmar ayer que, con este aumento, el de València se convierte en el certamen con “una mayor remuneración económica del mundo”.
Así, el primer premio de la sección de honor será de 15.000 euros (antes 9.000 euros), el primer premio de la sección primera será de 10.000 euros (antes 6.000), el ganador de la sección segunda obtendrá 6.500 euros (antes 4.000) y el primer premio de la sección tercera será de 5.000 euros (antes 3.000). Los segundos y terceros premios de todas las secciones también experimentan una subida generalizada y al mismo nivel. Lo dotación total de los premios pasa de los 43.000 a 71.000 euros.
El dinero percibido por participar en el certamen también aumenta. Además, las Bandas que formen parte de la sección de honor formarán parte de un ciclo que se desarrollará en la próxima temporada 2024/2025 en el Palau de la Música (y que se ha presupuestado en otros 30.000 euros que percibirán las sociedades musicales participantes). El director de la banda ganadora de esta sección será invitado a llevar la batuta de la Banda Sinfónica Municipal en un concierto también durante la próxima temporada.
Con todo esto, la idea es que “las Bandas vuelvan a participar de manera masiva” en el certamen, tal y cómo ha deseado Manuel Tomás, Director de Estrategia del Ayuntamiento. La realidad es que el certamen, por su importancia internacional, siempre ha despertado mucho interés. Solo la pandemia hizo que muchas bandas tuvieran dificultades para poder ser competitivas, una realidad que aún no se ha recuperado del todo en las sociedades más pequeñas.
Las bases se han revisado y renovado de arriba a abajo, recogiendo algunas de las demandas de las sociedades musicales. En primer lugar, el jurado valorará aspectos técnicos com la afinación, la calidad sonora, la calidad artística y la precisión rítmica. Por otro lado, se eliminan los premios ex aequo (el año pasado mismo se dio esa situación) y los premios en especie a solistas y directores participantes, patrocinados por empresas, y se regula de forma expresa la participación de bandas juveniles.
Se regula la asistencia al escenario de todos los directores y representantes de las bandas en la lectura de los resultados, con el objetivo de hacer público el agradecimiento por su participación y darle más entidad a ese momento. También en el comienzo de la intervención de cada banda de música se podrá interpretar fuera de concurso una composición de entre las sugeridas por el comité organizador el día del sorteo. Además, se minimiza la penalización en los tiempos tanto en exceso como por defecto por medio de un baremo más progresivo.
Hay otra batería de medidas dirigidas a regular mucho más el proceso de votaciones del jurado, que, por la propia competitividad que genera el Certamen, siempre está abierto a rumorología y polémicas. Nunca se ha demostrado ninguna injerencia, pero las nuevas bases quieren disipar cualquier duda. Además de eliminar los premios ex aequo, el jurado tendrá un compromiso de no-vinculación ni previa ni en los siguientes dos años tras el fallo con ninguna de las formaciones participantes.
Por otra parte, las puntuaciones se harán antes de las deliberaciones para que reflejen, sin injerencias, el parecer de cada uno de los miembros del jurado. La remuneración de estos también suben de 11.000 a 15.000 euros, con el objetivo de aumentar la competitividad también ahí.
Llíria, Buñol y Cullera tienen seis de las bandas de más prestigio de la Comunitat Valenciana, dos por cada población. Y en estos certamenes, prefieren no encontrarse por el riesgo a perder frente a sus competidores directos. Desde la década de los 90, no se han enfrentado las dos formaciones de ninguno de estos tres pueblos. El objetivo del Ayuntamiento también pasa por traer de vuelta el pique dentro del concurso para que “no perderse el espectáculo” de contar con el máximo de grandes espadas de la escena bandística valenciana.
Esto compensaría una carencia sistémica del certamen: el premio en la categoría de honor (que pide que la formación la conformen, al menos, 100 músicos) no es suficiente para poder costear el viaje de bandas transcontinentales. Sí lo hacen en otras categorías que no piden ese mínimo de tamaño.
Manuel Tomás recordó en la presentación de ayer que las bandas serán estratégicas. Y en este sentido, ha adelantado que hay un trabajo con Visit València para que el certamen, además de ser referencia mundial, sea polo de atracción.
Junto a una lectura dramatizada