KUALA LUMPUR (María Carcaboso/EFECOM). Malasia celebra desde este domingo y hasta el martes la que espera que sea la mayor cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y países aliados, en la que participarán el presidente estadounidense, Donald Trump, y el brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros.
Más de 10.000 agentes de Policía han sido desplegados por la capital malasia para asegurar el buen desarrollo de la cumbre, con la ciudad decorada con postes y carteles de la ASEAN que recuerdan la cita que arranca mañana.
Se prevé que la guerra comercial destaque entre los asuntos prioritarios de la 47ª edición de este encuentro de jefes de Estado y de Gobierno regionales e internacionales, que suele servir para afianzar y forjar alianzas, tras un año de intensas negociaciones en torno a los aranceles estadounidenses, que afectan especialmente al Sudeste Asiático, con economías muy enfocadas a la exportación.
"Para los líderes del Sudeste Asiático, esta cumbre es una oportunidad de mostrar la importancia de la región y de, quizás, buscar una cierta moderación de las tarifas de Estados Unidos", dijo a EFE el politólogo Ja Ian Chong, profesor de la Universidad Nacional de Singapur (NUS).
¿Trump-Lula?
La cumbre de la ASEAN -integrada por Singapur, Malasia, Tailandia, Vietnam, Indonesia, Filipinas, Brunéi, Laos, Birmania (Myanmar) y Camboya- arranca mañana con una ceremonia de apertura en el centro de convenciones de Kuala Lumpur, seguida de un espacio reservado para reuniones bilaterales, según el calendario de la organización.
Este hueco en el programa podría servir para un cara a cara entre Trump y Lula -ya en Kuala Lumpur este sábado-, todavía sin confirmar, pero al que ambos dirigentes se han mostrado abiertos en las últimas horas.
La reunión entre los dos presidentes giraría previsiblemente en torno a negociaciones comerciales sobre la base del arancel del 50 % con el que Washington grava productos brasileños, así como sobre la lucha contra el narcotráfico, un punto que Lula aseguró esta semana -desde Yakarta- querer abordar con el estadounidense, en plena escalada contra los carteles latinoamericanos por parte de EE. UU.
De darse, se perfila como unas de las bilaterales más relevantes de la cumbre, pues el primer ministro indio, Narendra Modi, participará virtualmente en la misma, y tampoco asistirá el presidente ruso, Vladímir Putin.
La ASEAN se ve con Trump
En la jornada de arranque de la cumbre se han programado sesiones individuales de la ASEAN con India y Japón, cuya primera ministra, la recién nombrada Sanae Takaichi, primera mujer en liderar el país, hará su debut diplomático en Kuala Lumpur.
El bloque también se reunirá con Trump, cuya visita ha generado oposición entre la sociedad malasia, en medio de las tensiones arancelarias.
Los países de la ASEAN, con economías muy enfocadas a la exportación, sobre todo a EE. UU., enfrentan aranceles de este país de entre el 10 y el 40 %, mientras China se mantiene como su mayor socio comercial.
Las exportaciones de Pekín al Sudeste Asiático se han disparado a raíz de la guerra comercial, con un incremento interanual del 14,7 % en septiembre, de acuerdo con cifras oficiales.
El gigante asiático estará representado en la cumbre por su primer ministro, Li Qiang, y su vice primer ministro, He Lifeng, quien a la vez encabeza la delegación que negocia este sábado con el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, y el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, en Kuala Lumpur.
Las dos potencias viven una nueva escalada de tensiones por las restricciones adicionales de Pekín a las exportaciones de tierras raras, críticas en tecnología avanzada.
Chong destaca de la ASEAN en el plano económico "su función de enlace" entre Washington y Pekín, así como el "superávit comercial crónico" que mantiene con la primera potencia, y el déficit, también "crónico", que arrastra con la segunda.
El Sudeste Asiático es territorio de rivalidades geopolíticas entre EE. UU. y China por su relevancia para el comercio y la seguridad globales.
Tailandia y Camboya
Tras el espacio reservado a reuniones bilaterales, se espera que el domingo tenga lugar una ceremonia de paz entre Tailandia y Camboya, que arrastran una histórica disputa territorial que en julio tomó forma de enfrentamiento fronterizo armado, dejando medio centenar de muertos.
Ya entonces, tras cinco días de hostilidades, las dos partes firmaron un acuerdo de alto el fuego del que Trump se atribuye el mérito, tras haber amenazado con dilatar la llegada de acuerdos comerciales si seguía la violencia, aunque Bangkok y Nom Pen cruzan acusaciones sobre haberlo infringido en los últimos meses.
Malasia informó esta semana de que un segundo acto de paz, en el que mediará junto con EE.UU., ha sido organizado aprovechando la visita a la capital de Trump.