VALÈNCIA (EFE). El presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, ha reivindicado que esta institución ha colaborado con la Generalitat "por vocación", nunca "por decreto", y ha considerado que es "importante" continuar apostando por la cooperación entre ambas Administraciones.

Rodríguez ha señalado en una entrevista con la Agencia EFE que lo mejor del 2017 ha sido "ir acabando con las ayudas discrecionales", pues en la etapa de Alfonso Rus se repartían 35 millones de euros de forma "discrecional" y 23 millones de manera reglada, cuando esa proporción ha sido de 4 y 86 millones, respectivamente, este año.

"Hemos invertido totalmente la tendencia", destaca Rodríguez, para quien estos datos demuestran "un cambio de paradigma" en la Diputación, que ha pasado de ser "absolutamente clientelar" a estar "volcada" en los municipios, a los que trata "por igual y con criterios objetivos".

En el capítulo de que lo cabe mejorar, el presidente indica que siempre es necesario, en esta y en todas las Administraciones, avanzar en reducir la burocracia, sobre todo para que los ayuntamientos puedan recibir sus ayudas "sin necesidad de perder tanto tiempo" en papeleos.

Preguntado sobre si se ha tardado en resolver el expediente al funcionario que estuvo diez años sin ir a trabajar a la Diputación, responde que "de manera inmediata" se le suspendió de empleo y sueldo, aunque admite que "casi todo, por no decir todo, tarda demasiado", por la lentitud de los procesos burocráticos.

Para 2018, afirma que "un reto importante" es consolidar el "cambio de formas y de paradigmas", que se inició en 2016 y debe quedar "absolutamente reforzado" en el nuevo ejercicio, y otro reto destacado es continuar apostando por contar con unos presupuestos "muy sociales", después de haber triplicado las ayudas sociales.

Además, destaca la puesta en marcha de un programa de lucha contra la sequía, dotado con dos millones de euros, que busca pasar "de las palabras a los hechos" y actuar contra las fugas en las redes municipales de agua, pues además de concienciar a la población para que ahorre agua hay que mejorar las instalaciones.

Respecto al caso Imelsa, considera que se ha limpiado "en una gran parte" la imagen de la empresa pública de la Diputación, aunque augura que los problemas judiciales que le afectan, ligados "al caso Taula, al yonqui del dinero y a Alfonso Rus", continuarán "probablemente durante varias legislaturas".

Sobre el a su juicio "debate eterno" de la desaparición de las diputaciones, advierte de que aumentará conforme se acerque el final de legislatura, y alerta de que si el día de mañana se decide que la asistencia a los municipios la haga "otra institución, el gasto será el mismo", por lo que no ve el "ahorro impresionante" que algunos propugnan.

El presidente de la Diputación resalta que los ayuntamientos de la provincia reciben ahora "más dinero que nunca", pues este año contarán con unos 100 millones en ayudas directas, e incide también en la reducción de la deuda de la institución, que ha pasado de 384 millones en 2013 a los 162 millones actuales.

Rodríguez estima que se ha avanzado en el objetivo de "tratar de salvar la hipoteca reputacional que tenía la Diputación, donde muchas veces se confunde al conductor con el vehículo y se la veía como un ente".

"No sé si ajeno a la ciudadanía, pero oscuro en ciertos momentos", admite.

Gracias a la "mayor transparencia" y a la "mayor difusión" del trabajo de la Diputación, afirma, en estos momentos, "la gente es consciente de la trascendencia que tiene en su día a día lo que la Diputación hace".