VALÈNCIA. En no demasiadas ocasiones puede un sector presumir de sobreponerse a los vaivenes de la geopolítica internacional y más aún con la vertiginosidad con la que suceden en los últimos tiempos. El sector agroalimentario es uno de ellos. Esta actividad, donde la Comunitat Valenciana tiene una destacada influencia sobre todo en la parte exportadora e industrial, batió su récord de ventas al exterior en 2024 pese a los numerosos frentes del mapa político-económico internacional. En concreto, las empresas de este sector elevaron sus exportaciones un 5,9%, hasta los 76.356 millones de euros, un nuevo máximo histórico, según explica el Informe del ‘Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo’, elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y presentado por Cajamar.

Un rasgo distintivo del sector agroalimentario español es la importancia que tiene como pilar de las exportaciones nacionales. Este crecimiento, a diferencia del año anterior, se basa mucho más en el aumento del volumen de productos exportados (4,4%) que en la subida de los precios, según indica el estudio. Esta evolución se ha producido en un contexto complejo, donde las compañías han tenido que lidiar en 2024 con aranceles proteccionistas, competencia disparada por acuerdos comerciales, además de retos climáticos. Ante este escenario, el sector, especialmente la rama agrícola, exigen a la Unión Europea negociaciones que garanticen reciprocidad en las exportaciones.

En concreto, el sector agroalimentario ha afrontado en 2024 múltiples desafíos derivados de la geopolítica internacional como las amenazas arancelarias de EE UU —incluyendo hasta un 20 % sobre el aceite de oliva, aceituna de mesa y otros productos—. Estas tarifas han generado preocupación por el riesgo de perder cuota frente a rivales como Marruecos o Turquía. El sector del vino valenciano fue otro de los que estuvo atento a las amenazas del mandatario norteamericano por temor a represalias sobre su producto.

La presión desde Ucrania y Mercosur también ha sido otro de los frentes activos para las empresas agroalimentarias. La liberalización del trigo ucraniano y el acuerdo UE‑Mercosur han disparado las importaciones de granos, aceite, carne y cereales más baratos —algunos sin los mismos estándares sanitarios o laborales— provocando movilizaciones de agricultores en España y otros países. De hecho, España ha visto caídas de precios y tensión en el sector ganadero por esta competencia desleal.

Por otra parte, la guerra en Ucrania interrumpió el tránsito por el Mar Negro, lo que primero disparó precios de cereales y fertilizantes y luego generó volatilidad con impacto en la industria española. Además, la inseguridad en el Canal de Suez por ataques en el Mar Rojo encareció el transporte marítimo y afectó a productos exportados desde el sur de España.

La emergencia climática derivados de eventos meteorológicos extremos, como la sequía o inundaciones como las de la dana del 29 de octubre, han puesto a prueba la seguridad alimentaria y han incrementado la dependencia de insumos importados.

El peso más alto entre las economías exportadoras europeas

El sector agroalimentario aporta el 19,5% del total de exportaciones de bienes de España, un punto más que en 2023 y el peso más alto entre las economías exportadoras europeas. España se consolida también como la cuarta economía exportadora del sector de la UE-27 y logra un superávit de 18.776 millones de euros en 2024, que supone un 19,9% más que el año anterior. Se trata del segundo superávit más alto de la UE-27, solo por detrás de Países Bajos y dejando a Polonia en tercera posición.

El principal mercado de los productos agroalimentarios españoles continúa siendo la UE-27, que concentra el 67% de las exportaciones. Francia (15,2%), Alemania (11,3%), Italia (10,5%) y Portugal (10,4%) absorben casi la mitad de esas ventas. De los mercados extracomunitarios, destaca Reino Unido, con una cuota del 6,7%. Fuera de Europa, Estados Unidos afianza cada vez más su posición como el segundo mayor destino extra-UE, debido a la ininterrumpida pérdida de cuota de mercado de China. 

Las frutas y frutos comestibles son el principal producto agroalimentario de exportación y suponen el 14,7% del total exportado en 2024. Por su parte, el pescado, crustáceos y moluscos se mantienen como el principal producto de importación de España, con una cuota del 12,8% del total de compras en el exterior. 

Por otro lado, el informe destaca que el sector agroalimentario dispara su riqueza frente a la caída general en Europa. Los menores costes laborales y el incremento récord de las exportaciones explican el aumento de la competitividad de esta actividad con elevada presencia valenciana. En concreto, el sector agroalimentario español aumentó el valor añadido que aporta a la economía española un 3,9%, hasta los 125.160 millones de euros, frente a la caída del 2,9% de media la UE-27.

En 2024, el sector agroalimentario español ha sido un 14,4% más productivo que el de la UE-27 y esta cifra aumenta hasta el 41,9% si se excluye el comercio. "Esta elevada productividad se traduce en una mayor competitividad, ya que el coste laboral por unidad de valor añadido bruto (VAB) del sector en su conjunto es un 19% inferior que el de sus competidores europeos", explica el informe. Así, España se mantiene como la cuarta economía en tamaño del sector agroalimentario de la UE-27 y genera el 12,3 % del VAB comunitario del sector.

Entre los retos más acuciantes que afronta el sector está el envejecimiento de los trabajadores. Dos de cada cinco empleados del sector agroalimentario, sin considerar el comercio, tiene más de 50 años. Además, la inversión empresarial en I+D es uno de los factores que puede incidir en una mejora de la productividad y competitividad. En 2024, después de dos años consecutivos de caídas, esta inversión creció un 5,8%. Pese a este crecimiento, su peso en el total de la inversión empresarial en I+D efectuada en España sigue siendo baja, solo un 3 %, 0,2 puntos porcentuales menos que en 2023.

El esfuerzo inversor (porcentaje de la inversión en el PIB) del sector agroalimentario español se mantiene por debajo del de la UE-27 y se sitúa en el 0,55 %, frente al 0,8 % de media en la UE-27. Sin embargo, nuestro país lidera la ejecución de proyectos dentro del foro EU-CAP Network en 2024, con un total de 244 proyectos de los 973 desarrollados en la UE-27. Además, España sigue siendo el séptimo país de la UE-27 con mayor inversión en startups de FoodTech, con un aumento del 13 % en 2024.

Para Joaquín Maudos, director del informe, los datos del estudio "confirman un año más" la buena salud del sector agroalimentario español en el contexto de la UE, así como la importancia que tiene en la creación de riqueza (VAB y empleo) en España. "Su elevada competitividad implica que es capaz de generar valor con menos costes que sus competidores europeos, siendo de destacar sobre todo el sector primario, que es el más competitivo de la UE-27. Gracias a esa elevada competitividad, es capaz año tras año de aumentar sus exportaciones. Entre los retos a los que se enfrenta el sector, destacan los estructurales (reducido tamaño de las empresas o el envejecimiento de la mano de obra), económicos (mejora de la rentabilidad, retención y atracción de mano de obra), medioambientales (sostenibilidad) y sociales (nuevas demandas más sofisticadas de unos consumidores más preocupados por el medio ambiente)", explicó.