VALENCIA. Bankia cerró el viernes pasado en bolsa en los 1,298 euros, es decir, su cota más alta desde los 1,324 euros que marcó al término de la sesión del pasado 18 de diciembre. Aquel día se intercambiaron de manos 48,38 millones de títulos frente a los 81,75 millones de la última jornada de febrero de 2015. O lo que es lo mismo: duplicar los 41,55 millones de la media diaria anual, según los datos de Infobolsa.

El nuevo máximo anual de la cotizada presidida por José Ignacio Goirigolzarri, cosechado gracias a un fuerte avance del 4,76% -el mayor de todo el Ibex 35-, llegó en la víspera de la publicación de sus resultados del pasado año donde anunció un beneficio neto de 747 millones de euros tras provisionar 312 millones para indemnizaciones por su salida a bolsa.

Pero, sin duda, lo mejor se había conocido en la tarde/noche de este pasado viernes, cuando Bankia informó por hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que abonará su primer dividendo de su corta historia bursátil. Algunos pensarán que los 0,017 euros por acción son una cifra poco menos que ridícula, pero para los grandes inversores el mero hecho del anuncio del dividendo es un motivo más de confianza sobre 'Goiri' y su equipo, tal y como se comprometió.

"Los inversores institucionales, que son los que de verdad mueven los mercados, siempre han confiado en la labor de Goirigolzarri al frente de la entidad y éste les ha devuelto la confianza con hechos", apuntan desde una mesa de intermediación bursátil consultada por este diario. "Ganarse la confianza de fondos de inversión, fondos de pensiones y aseguradoras es muy complicado y más tratándose de un banco que tuvo que ser socorrido por Bruselas. Pero el tiempo le está dando la razón a Goirigolzarri y más teniendo el detalle de renunciar a su remuneración variable".

Y no les falta razón porque si una cosa tuvo clara el antiguo 'número dos' del BBVA fue que venir a liderar Bankia no era por cuestiones monetarias, dado que estaba disfrutando de una más que jugosa prejubilación y en juego estaba su prestigio.

Conviene recordar que el BBVA pactó con Goirigolzarri una pensión vitalicia de 3 millones de euros al año frente al medio millón que tiene en Bankia, además de un 50% en variable sin pasar de los 750.000 euros según las directrices impuestas desde Bruselas, porcentaje al que renunció el pasado año.