VALÈNCIA. Han pasado ya casi dos décadas desde la llegada de Lombard Odier a España, un país en el que cuenta con más de treinta trabajadores en su oficina de Madrid y desde donde se desplazan “hasta donde esté el cliente”, tal y como explica su director general en España, Iván Basa. Con presencia física en las principales capitales internacionales, el banco, uno de los más antiguos de Suiza, gestiona más de 320.000 millones de euros en activos a nivel mundial y se marca como estrategia ser la entidad de referencia de las empresas familiares.

 

Tal y como explica Basa, la Comunitat Valenciana es una de las plazas donde Lombard Odier quiere “aumentar muchísimo” su posicionamiento dado que esta región, con una economía que destaca por el gran peso de la empresa familiar, “encaja muy bien” con su “perfil” de banco. En este sentido, el director general de la entidad bancaria suiza explica que la autonomía valenciana le otorga seguridad jurídica al inversor, lo que supone un gran atractivo tanto a nivel nacional como internacional, y expone que se ha desarrollado con creces en las últimas décadas.

 

Sobre la incertidumbre generada en torno a la política arancelaria de Donald Trump, Basa indica que, más allá del ruido, las señales son “muy claras”: Estados Unidos tiene un déficit comercial que quiere arreglar y llegará a acuerdos con terceros países, aunque “como mínimo se van a quedar unos aranceles del 10%”. Un escenario que, según argumenta, ensancha el abanico de las oportunidades de inversión a nivel global.

 

- ¿Qué diferencia a Lombard Odier de otros bancos privados que operan en España?

 

- Somos el banco más antiguo de Suiza, con casi 229 años de historia, y solo hacemos banca privada para familias. Eso significa que tenemos que dar un buen servicio y también una buena rentabilidad, que van normalmente asociadas. Más en profundidad, Lombard Odier es una firma global independiente de inversiones. Lo que yo invierto para un cliente alemán o italiano, en cuanto a la asignación de activos, es lo mismo que para un cliente español. Estamos presentes en veinticinco países, en las principales capitales del mundo. Somos independientes porque no cotizamos, no tenemos banca de inversión, ni banca corporativa, ni conflictos de interés. Todas las decisiones son para mejorar el servicio del cliente o su rentabilidad.

 

- ¿En qué cifras se mueve Lombard Odier en términos de empleados en España y activos gestionados?

 

- A nivel mundial gestionamos 320.000 millones de euros. En España estamos presentes desde 2007, son ya casi 20 años, y con el tiempo nos hemos convertido en una de las principales firmas suizas de inversión de este país. Somos 32 personas en la oficina de Madrid y trabajamos con la central que está en Ginebra, donde Lombard Odier, que tiene 3.000 empleados en todo el mundo, cuenta con unos 2.000 trabajadores. Lo que hacemos es implementar los inputs que nos da la matriz, adaptarlos al mercado español, y repartirlos entre todos nuestros clientes.

 

- ¿Hay planes de abrir oficina en otras ciudades españolas fuera de Madrid?

 

- No creemos que tengamos que abrir más oficinas porque todo nuestro servicio lo podemos llevar hacia el cliente. Nos movemos hacia él, vamos desde Madrid hasta donde esté. El tamaño mínimo que tenemos de cartera es de unos dos millones de euros aproximadamente, y para ese tipo de cliente hacemos lo que nos pida. Tenemos un perfil de banquero senior con carteras elevadas y llevando a familias importantes.

 

- ¿Cuál es la estrategia de Lombard Odier en la Comunitat Valenciana?

 

- Es una de las plazas donde queremos aumentar muchísimo nuestro posicionamiento, porque encaja muy bien con nuestro perfil. Nosotros somos un banco de empresarios, son seis familias las que lo dirigen, y eso gusta muchísimo. Al final, cuando sientas a un empresario con uno de nuestros partners, son negocios familiares. Sabemos perfectamente que en la Comunidad Valenciana el crecimiento en los últimos años ha sido espectacular, incluso por la parte de startups, que antes estaban focalizadas en otras regiones.

 

Otro punto tremendo son las nuevas generaciones. Hay personas que han elevado sus empresas familiares y su patrimonio y que empiezan a trasladarlo a esas nuevas generaciones, que son completamente diferentes. Nosotros estamos tremendamente metidos en esto con, por ejemplo, formación. También les acompañamos en la parte del protocolo familiar, planificación fiscal, sucesiones… Las empresas familiares tienen muchos tipos de casuísticas.

 

- Entiendo que una de las situaciones más frecuentes en la empresa familiar, incluida la valenciana, sería ese contexto de gestionar la sucesión de cara a los herederos o incluso de incorporar a un socio para que se haga cargo del día a día.

 

-  Sin duda, eso lo estamos viendo muchísimo, se hacen muchas preguntas, es imposible saber de todo. Las nuevas generaciones reciben además un patrimonio no solo industrial, sino también financiero y, ¿cómo se gestiona eso en 2025? Tenemos los activos líquidos, los ilíquidos tan de moda ahora, que habían tenido poca penetración en España hasta 2008, aunque todavía estamos en un proceso de aprendizaje en comparación al mercado americano, que está mucho más avanzado en la parte de alternativos.

 

- ¿Cómo valorarías el momento que vive la Comunitat Valenciana a nivel económico? Su previsión de crecimiento para este año mejora la del conjunto de España.

 

- Me parece lógico. El inversor lo primero que busca es seguridad jurídica y luego hace análisis financiero de las inversiones. Desde hace tiempo, lo que hace la Comunidad Valenciana es decirle al inversor que va a tener esa seguridad, y eso atrae tanto a nivel nacional como internacional. Creo que las cosas se han hecho francamente bien y lógicamente hay un retorno. Esta es una comunidad grande, con una ubicación absolutamente única, se ha invertido en infraestructuras y hay buenas comunicaciones. Si existe esa seguridad, la inversión va a llegar, y creo que el empresario familiar valenciano tiene que estar muy contento.

 

- ¿La incertidumbre internacional ha afectado a los clientes en cuanto a las decisiones que toman respecto a gestión de su patrimonio?

 

- Hay que diferenciar el ruido de las señales, que son muy claras. Estados Unidos ha dicho que va a poner aranceles sobre la mesa, tiene un déficit comercial muy importante y dice que tiene que arreglarlo, esa es la realidad. Luego tienes ruido, pero las señales son esas y van a quedarse. El cliente lo que se está haciendo son preguntas, pero no es que haya habido movimientos.

 

Nosotros creemos que se va a llegar a acuerdos, pero también que como mínimo se van quedar unos aranceles del 10%. Con eso se puede vivir, aumentará la inflación en el corto plazo, pero el año que viene ya estará descontado. Creemos que se abre un abanico muy interesante a nivel mundial, empieza a haber más oportunidades de inversión en otros países, puedes meterte en mercados emergentes, en India y otros países asiáticos. Y después, yo creo que el crecimiento va a ser bueno en el medio plazo. Nosotros estamos neutrales en la parte de equity e incluso ya mirando de incrementar la inversión en mercados emergentes.

 

- Y por sectores, ¿dónde se observan oportunidades de inversión?

 

- Todo lo que es la inteligencia artificial y su aplicación a diferentes sectores es absolutamente disruptivo. También la biotecnología, o los chips y la gran calidad con la que se empiezan a producir, por ejemplo, en China, que antes estaba muy por debajo de Estados Unidos. El gap se está cerrando a una velocidad impresionante. ¿Quién se va a quedar con qué? Eso es lo que hay que mirar muy en detalle, es decir, si va a haber países ganadores en esos sectores.

 

- En medio de este contexto, sí que comentabas que este 2025 será un buen año para la inversión y la banca privada.

 

- En un contexto donde no haya muchas más noticias inesperadas, y en un escenario de un 10% de aranceles, creemos que el mercado está muy bien soportado. Los resultados de las empresas del SP500 han sido mucho mejor de lo esperado durante el primer trimestre del año, y eso da mucho suelo. Es verdad que la incertidumbre que se ha creado desde abril ha parado un poco la actividad en la banca de inversión, también en cuanto a fusiones y adquisiciones, pero si se llegan acuerdos, que lo veremos en las próximas semanas o meses, creemos que efectivamente la inercia es buena.

 

- Y en el caso del Lombard Odier, ¿os habéis marcado algún objetivo o línea estratégica para este ejercicio?

 

- Nuestra estrategia, lo que queremos ser, es el banco de referencia para empresas familiares. Y desde ese punto de vista queremos dar a conocer tanto nuestra gestión líquida como la parte de ilíquidos, con una visión de endowment americano. Queremos seguir creciendo de forma orgánica, de forma ordenada, y dar muy buen servicio a nuestros clientes, además de ayudar también en la transición familiar, que sabemos hacerlo y estamos preparados para ello.

 

- Lombard Odier tiene una apuesta clara por la sostenibilidad. ¿Cómo se traduce eso en la práctica para un cliente?

 

- En las nuevas generaciones la sostenibilidad es tremendamente importante, lo llevan como parte de su ADN, y en Lombard Odier hemos hecho esa apuesta desde hace muchísimos años, somos miembros fundadores de la Cruz Roja, y se aprecia mucho. La sostenibilidad no está tan encima de la mesa ahora mismo, pero nosotros siempre lo hemos tomado como algo que aporta valor en el largo plazo, es decir, que sea favorable para el planeta y que sea una inversión adecuada. Si tomas ese valor y lo transformas, puedes ser completamente disruptivo.

 

- Asumiste la dirección general en 2022. ¿Cuál ha sido tu prioridad en este tiempo o de qué estás más orgulloso?

 

- De lo que estoy más orgulloso es de haber doblado nuestra capacidad comercial, por un lado, y de haber logrado que una marca tan reconocida como Lombard Odier sea más conocida en España en los últimos dos años. Esos serían los dos hitos más importantes.