Como se esperaba, el Banco de Inglaterra ha mantenido este jueves el tipo de interés en el 4,5%. Sólo un miembro votó a favor de un recorte de 25 puntos básicos. Al igual que los demás grandes bancos centrales, el Banco de Inglaterra señaló el aumento de la incertidumbre comercial y geopolítica. Esto significa que las decisiones de política monetaria seguirán dependiendo en gran medida de los datos.

En el frente económico, el Reino Unido se encuentra actualmente en un periodo de estanflación. Al igual que en reuniones anteriores, la declaración de marzo hizo hincapié en los riesgos a la baja para la economía, lo que también podría tener un efecto moderador en el mercado laboral. Por otra parte, el banco central considera que se ha avanzado sustancialmente en el proceso de desinflación de los dos últimos años, aunque las presiones internas sobre los precios siguen siendo elevadas.

Aún espera que la tasa de inflación general aumente hasta el 3,7% en el tercer trimestre, debido principalmente al encarecimiento de la energía. Además, el crecimiento salarial sigue siendo fuerte, sobre todo en el sector privado. El Banco de Inglaterra seguirá manteniendo su planteamiento gradual y prudente de cara a una mayor retirada de la restricción de la política monetaria, en un entorno entre el aumento de la incertidumbre y la persistencia del riesgo de inflación.

En la actualidad, la política monetaria del Reino Unido es claramente restrictiva. Esperamos ver nuevos signos de moderación de la tendencia de la inflación subyacente en los próximos meses. Esto debería crear margen para una política monetaria menos restrictiva. Por lo tanto, mantenemos nuestra opinión de que es probable que el Banco de Inglaterra recorte aún más los tipos de interés en mayo.

Ulrike Kastens es economista senior para Europa de DWS