FRÁNCFORT (EP). El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF por sus siglas en inglés) colocó este lunes 3.000 millones de euros en bonos con vencimiento a diez años para financiar el desembolso del segundo tramo del rescate de Irlanda el próximo 10 de noviembre, aunque a un mayor interés que en emisiones anteriores, según informó la entidad en un comunicado.

El diferencial de los bonos emitidos, con fecha de vencimiento el 4 de febrero de 2022, se situó en el mid swap (índice de referencia) más 104 puntos básicos, lo que representa un rendimiento del 3,591%.

El fondo destaca que, a pesar de la reciente volatilidad del mercado, la emisión contó con una "sólida demanda" en la que los pedidos recibidos superaron los 3.000 millones de euros de inversores procedentes de todo el mundo. La entidad había decidido la semana pasada posponer esta emisión debido a la "incertidumbre y la volatilidad" de los mercados.

El consejero delegado del FEEF, Klaus Regling, se mostró satisfecho de que el fondo de rescate haya atraído de nuevo a inversores de todas partes del mundo "con un importe global satisfactorio pese al complicado entorno de mercado".

Esta emisión, en la que actuaron como 'lead managers' de la colocación Barclays, Credit Agricole CIB y J.P. Morgan y como agente emisor Deutsche Finanzagentur, es la primera realizada después de la ratificación de las nuevas atribuciones del fondo, que incluyen una estructura mejorada del crédito.

El viceconsejero delegado y director financiero del FEEF, Christophe Frankel, destacó que desde la primera emisión realizada en el mes de enero el fondo de rescate se ha caracterizado por ser un "emisor de alta calidad con una sólida base inversores".

El Fondo realizó su primera emisión en enero de este año, en la que colocó 5.000 millones de euros en bonos a cinco años, también para financiar el rescate de Irlanda. Asimismo, ha realizado otras dos subastas posteriores destinadas al programa de ayuda financiera a Portugal.

En esa primera subasta recibió peticiones de los inversores por importe de 44.500 millones de euros, prácticamente nueve veces por encima de la oferta, lo que tuvo su reflejo en el coste del 2,89% asumido por el EFSF, seis puntos por encima del mid swap, el más bajo previsto entonces en la horquilla de precios manejada por las entidades colocadoras.