VALENCIA. La desconfianza inversora sobre la Generalitat Valenciana se refleja en la caída en picado del patrimonio de los Fondvalencia, los fondos que puso marcha en 1991 para invertir exclusivamente en valores representativos de deuda pública valenciana y deuda del Tesoro Público.
Así, a 31 de marzo pasado -último dato que aparece en la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)-, el patrimonio se había reducido hasta el mínimo histórico de los 3,60 millones de euros, lo que representa ya menos del 10% de los 395,84 millones del récord registrado al cierre de 2001, el año de su puesta de largo.
Lo peor de todo es que va camino de descender por debajo del mínimo legal establecido de patrimonio de los 3 millones de euros. Una vez perdida esa cifra hay que regularizar la situación en un año o cerrarlo, por lo que todo apunta a la segunda posibilidad.
Doce años después el número de partícipes se ha desplomado hasta los 211 -también mínimo histórico- a años luz de los 16.333 del año de su creación.
UN ÚNICO FONDO
Asimismo, el número de fondos y las gestoras que los llevaban ha quedado reducido a uno: el Ruralrenta Fondvalencia bajo la gestión del Banco Cooperativo.
Todo ello después de que el Santander Central Hispano y el Bankinter Fondvalencia mixto pasaran a mejor vida en la primavera del pasado año.
El Ruralrenta Fondvalencia es un fondo de inversión de renta fija para perfiles de inversión poco dados al riesgo, cuyo patrimonio debe mantener en todo momento un porcentaje superior al 25% en activos de deuda pública de la Generalitat Valenciana y del Tesoro Público aunque la entrada en 'bono basura' de la solvencia de su deuda le permite mirar hacia otro lado a la hora de invertir.
MEDIA DOCENA DE POSICIONES
De hecho, el Ruralrenta Fondvalencia contaba al cierre del primer trimestre del año con media docena de posiciones distribuidas en Bonos del Estado -una vencimiento 30 de julio y otra 31 de octubre, ambas de 2003-; otra de Letras del Tesoro -expira el viernes 21 de los corrientes-; deuda de la Junta de Andalucía -vencidos el pasado 13 de mayo-; y dos partidas más de bonos ICO donde una ya venció -16 de mayo- y la otra lo hará el próximo 15 de noviembre.
Por su parte, la rentabilidad acumulada en el primer trimestre del año era del 0,58%, prácticamente lo mismo que la ofrecida por las Letras del Tesoro a un año y, para más inri, muy por debajo del 1,40% de la última emisión de la Generalitat Valenciana (GenVal) por sus pagarés para minorista. Otros activos que han caído también en el más absoluto desinterés de los pequeños ahorradores, tal y como informó este diario la pasada semana.
La desconfianza inversora se acentúa más en el caso de los Fondvalencia, unos productos de inversión que vieron la luz en 1991 en la época de Leandro García como director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF).
PRODUCTO RESIDUAL
Dicha institución fue creada por el Consell de Joan Lerma ese mismo ejercicio; mientras que los Fondvalencia ampliaron su radio de acción siete años después con la creación de nuevos instrumentos de colocación de los valores de la GenVal como las Universidades Públicas Valencianas.
Estos instrumentos de ahorro e inversión se crearon a la par que el IVF con el fin de colocar deuda entre particulares a través de las entidades financieras colaboradoras con la Generalitat Valenciana, pero que con el paso del tiempo se ha convertido en un producto prácticamente residual.