MADRID (EFE). La prima de riesgo española ha bajado este jueves por debajo de los 55 puntos básicos, un nivel que no se registraba desde hace cerca de cuatro años y medio, en marzo de 2021.

La prima de riesgo, que es la diferencia entre el interés que paga un país por su deuda y el que paga Alemania, que se toma como referencia al ser considerada la economía más solvente, se sitúa este jueves en 54,5 puntos básicos, un nivel que hay que remontarse hasta el 3 de marzo de 2021 cuando se situó en 54,1 puntos básicos.

En aproximadamente los últimos diez años, la prima de riesgo se ha situado en torno a los 100 puntos básicos.

En 2018, la prima de riesgo española rondaba los 125 puntos básicos, y en los momentos más complicados de la crisis de deuda en la eurozona llegó a acercarse a los 700 puntos.

A mediados del pasado mes de junio, la prima de riesgo española ya se situó en 57 puntos básicos, un nivel que tampoco alcanzaba desde febrero de 2021.

A medida que aumenta la confianza en la economía de un país, la prima de riesgo en ese país baja, mientras que al contrario cuando disminuye la confianza por parte de los inversores en una economía, la prima de riesgo sube.

Según ha destacado el director de inversiones financieras de Mutualidad, Pedro del Pozo, a pesar de que el incremento previsto en déficits y deuda europeos, como consecuencia del denominado rearme en Europa, podría conllevar algún tipo de presión sobre las primas de riesgo, la realidad es que se está produciendo todo lo contrario, y ha apuntado que en el conjunto del año se ha visto cómo los diferenciales de España e Italia se han reducido frente al bono alemán equivalente a diez años.

Del Pozo considera a que la caída de la prima de riesgo se debe a los datos de crecimiento y expectativas macro de España, en un contexto de inflación positiva, aunque reduciéndose, que reflejan un cuadro razonablemente bueno para las cuentas públicas del país.

A ello se suma, según ha dicho, la idea de que mientras los países cumplan sus compromisos con las directrices de la Unión Europea, siempre tendrán el apoyo de este organismo y, sobre todo, del Banco Central Europeo, incluso como comprador de último recurso.