VALENCIA. Hace justo seis años la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) hacía historia en el sistema financiero español y europeo, al ser la primera caja en emitir cuotas participativas, es decir, acciones sin derechos políticos. Ironías del destino fue Lehman Brothers, que meses después saltaría por los aires, el coordinador global de una emisión donde las cuotas salieron a bolsa a razón de 5,84 euros por título.
Curiosamente también el máximo responsable en España del gigante bancario estadounidense en aquella época era el actual ministro de Economía, Luis de Guindos, que participó activamente en la operación. Hasta el punto de presentar las cuotas participativas en persona en Alicante.
Dichas peculiares acciones se mantienen suspendidas en bolsa desde el 8 de diciembre de 2011, cuando cerraron en 1,34 euros.
DEL LIMBO A LA NADA
Un precio que equivalía a una capitalización de 67 millones de euros, muy lejos de los casi 370 millones de euros que llegaron a valer al marcar los 7,37 euros de su máximo histórico a finales de 2010.
A nadie se le escapa lo que sucedió después con la extinta caja alicantina -intervención y posterior venta-, pero sí la situación en el limbo en la que estuvieron hasta que hace cuatro meses procedieron a amortizarse.
Todo ello después de que la asamblea de la otrora caja de ahorros alicantina no se atreviera a liquidarlas por la repercusión social y fue la Fundación CAM -compuesta por representantes sociales y empresarios alicantinos- la dueña de dichos activos financieros, que el pasado 31 de marzo decidió amortizarlas y valorarlas a cero euros.
MÁS DE 35.000 NO HAN RECUPERADO NADA
Unos 50.000 inversores/ahorradores se quedaron atrapados en el que fuera primer producto bursátil emitido por una caja de ahorros en España y, entre ellos, el megafondo soberano noruego -el fondo de pensiones del Gobierno del país nórdico-, La Caixa y Bankia. El primero se ha quedado 'pillado' con el 0,05% del capital -25.000 cuotas participativas-; mientras que las dos últimas entidades financieras se reparten por barba un 2,196%, es decir, en torno a los 1,10 millones de títulos cada una.
Ni que decir tiene que al margen de estos tres inversores institucionales -además de firmas de primer orden mundial como JP Morgan, Deutsche Bank, Societe Generale, UBS y BNP Paribas, por citar algunas- aparece una larga lista de clientes minoristas.
Cierto es que un buen puñado logró recuperar el dinero invertido en las cuotas de la CAM a través de los depósitos que ofertó el Banco Sabadell -sin necesidad de hacerlo porque lo que compró fue el negocio bancario de la CAM y las cuotas no estaban incluidas- hace dos veranos.
Más de un tercio de los 50.000 afectados aceptaron la propuesta de la entidad vallesana, que a la postre ha demostrado su eficacia, mientras el resto ha tenido -y de hecho lo sigue teniendo- en la vía judicial la única alternativa para interntar recuperar el dinero.
INVESTIGACIÓN
Y más después de que la Fundación CAM, la gestora de la Obra Social de la extinta caja, decidiera amortizar las cuotas en la pasada primavera.
Todo ello mientras el juez de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, continúa con la investigación sobre la excúpula de la CAM -y sus ramificaciones-, mientras hace cosa de un mes ampliaba la responsabilidad civil por las cuotas al Banco Sabadell.
El magistrado tomó esta decisión en un auto para "evitar una situación de indefensión", ya que "fue el negocio financiero que compró Banco Sabadell (Banco CAM) el que llevó a cabo la comercialización de las cuotas participativas y obtuvo los beneficios de la misma". De este modo, los inversores/ahorradores que perdieron su dinero invirtiendo en dichos activos ven como se les abre una nueva ventana a la esperanza. Pero habrá que seguir esperando, mientras algunos ya han logrado sentencias a favor para que se les reintegre su dinero.
