La agencia explica su decisión por las débiles perspectivas de crecimiento y productividad del país en el corto y medio plazo, así como por los riesgos a la hora de poner en práctica los objetivos de consolidación contemplados en los planes del Gobierno y el encarecimiento en los costes de financiación del Gobierno por las tensiones en los mercados.
"Acceder al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera implicaría una reducción de los costes de financiación, aunque continuarían existiendo dudas respecto a cúando y en qué términos podría regresar a los mercados", apunta Moody's.
Así, la calificadora de riesgos justifica subraya la incertidumbre sobre la rapidez con la que el país mejorará su competitividad y reducirá sus desequilibrios partiendo de una difícil situación internacional y la continuada dependencia del Gobierno de la financiación exterior.
Además, destaca el incremento de las dificultades en el proceso de ajuste luso derivado de las incertidumbres sobre la economía mundial y el aumento de las presiones inflacionistas, que podrían provocar un alza de los tipos de interés del BCE, agravando así los costes de financiación del Gobierno luso y añadiendo presión sobre los costes de endeudamiento del sector privado.
Por otro lado, Moody's advierte de los riesgos en la aplicación que rodean los objetivos de reducción del déficit del Gobierno en los dos próximos años, que contemplan reducir el déficit al 4,6% este año, lo que supone una rebaja sustancialmente mayor de la lograda en 2010.
A este respecto, la agencia destaca el compromiso demostrado por el Ejecutivo luso con las nuevas medidas de ajuste presupuestario anunciadas el pasado viernes.
Por otra parte, Moody's señala las dificultades de Portugal para captar financiación en los mercados de capitales, donde se ve forzado a pagar elevados intereses que pueden reducir la sostenibilidad de su deuda, y que podrían continuar hasta que se haya logrado una notable reducción del déficit y hayan mejorado las perspectivas de crecimiento.
