-Si bien no vemos una vuelta atrás en la recuperación tanto en Estados Unidos como en la Eurozona, la evolución de los datos macro va a ser más moderada que a principios de año. No esperamos por tanto grandes sorpresas en los datos de ambas economías, lo que pesará sobre la renta variable.
-¿Qué espera de la campaña de resultados que está a punto de iniciarse?
-Sobre este tema, nos centramos en la estadounidense. En nuestra opinión, y dado nuestro escenario de crecimiento, el beneficio por acción esperado para este año del índice estadounidense S&P 500 (+30,1%), se podría tildar de optimista. Por tanto, los riesgos estarán más sesgados a la baja que al alza.
-¿Por dónde pasa la estabilidad de los mercados de deuda?
-Los mercados de deuda necesitan comprobar que las medidas de ajuste fiscal, especialmente en España, se llevan a cabo. En este sentido, no esperaríamos una estabilidad de los mismos hasta el próximo año, dada la negociación de los presupuestos en España a partir de septiembre. Bajo este contexto, noticias como la de Moody's -donde no descartamos rebaje el rating en dos escalones-, continuarán pesando sobre la deuda pública española y manteniendo a la deuda pública alemana y estadounidense como activos refugio. En caso de estabilidad a final de año, deberíamos asistir a un cambio de mensaje dentro de la Reserva Federal de EE UU, preparando a los mercados financieros para subidas de tipos de interés.
-¿Recomendaría al pequeño inversor abstenerse de invertir para irse tranquilamente de vacaciones y hacerlo tras la vuelta?
-Con todo lo expuesto anteriormente, se deduce una segunda parte del año complicada para la renta variable, aunque en el caso del índice paneuropeo Euro Stoxx50 y del S&P 500 esperamos que cierren el año en positivo.