VALÈNCIA. La vida política de Alzira está sumida en una crisis que ha trascendido las fronteras locales y, en el centro del debate, se encuentra la formación municipal de Unión de Ciudadanos Independientes (UCIN). El caos comenzó con una intervención desde la dirección nacional del partido, ha continuado con la polémica expulsión de una concejala, Mar Chordà, del equipo de gobierno local y ha culminado con una denuncia por acoso laboral por ser mujer contra el portavoz del grupo municipal, Enrique Montalvá.
Los últimos acontecimientos se han traducido en acusaciones cruzadas, desmentidos y un descontento generalizado entre los simpatizantes y afiliados, quienes exigen a la cúpula del partido "explicaciones claras y medidas concretas". En el epicentro de esta crisis, se encuentra la decisión de UCIN sobre imponer una gestora en Alzira, liderada por Gema García, que actualmente ocupa el cargo de coordinadora de la formación en la Comunitat Valenciana.
Según explica a Valencia Plaza el presidente de la dirección nacional del partido, Ángel Montealegre, esta medida responde a supuestas afiliaciones "masivas y fraudulentas" que comprometían la integridad del grupo local. Sin embargo, afiliados y simpatizantes han visto en esta acción una violación de los principios de autonomía que deberían regir a UCIN Alzira. Bajo esta premisa, cerca de 40 firmantes han solicitado la convocatoria de una Asamblea General Extraordinaria para debatir esta actuación y exigir responsabilidades al portavoz municipal.
No obstante, Montealegre asegura que la dirección nacional ha desestimado la solicitud al considerar que no cumplía con los requisitos estatutarios, dado que "muchas de las firmas no provenían de afiliados oficiales". La negativa ha generado una sensación de desconexión entre UCIN y sus bases municipales, con lo que ha alimentado aún más la desconfianza y el malestar interno dentro de la formación.