VALÈNCIA. Año 1874. Charles R. Alder mueve unos matraces en su laboratorio de Londres y sonríe. Ese gesto inocente matará a nueve millones de personas, ocasionará uno de los problemas de salud más importantes del mundo desarrollado e influirá en las canciones de los Rolling Stones, Ray Charles y la Velvet Underground, entre otros.
Lo que este químico británico descubrió era la diacetilmorfina, pero para entender de qué se trataba y los efectos que llegaría a tener, habría que esperar unos años hasta que la farmacéutica alemana Bayer la comercializara en todo el mundo usando el nombre con el que pasaría a la historia: heroína.
Las drogas, tanto en sus efectos como en su desarrollo, son un campo de estudio muy importante para la ciencia, desde su interacción con el cerebro hasta sus usos en farmacología. Pero para entender qué son y cómo afectan a los que las usan, hay que viajar al cerebro humano.