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Citrosol amplía su planta piloto incrementando su capacidad experimental en un entorno de central hortofrutícola

VALÈNCIA. La variabilidad industrial es quizá el mayor reto al que se enfrentan las centrales hortofrutícolas. Esa posible brecha entre los resultados en laboratorio y los que después se obtienen en la central hortofrutícola a nivel industrial es una problemática que lleva investigando Citrosol desde hace muchos años y con la instalación de una línea completa experimental en su planta piloto de Potríes (Valencia) se obtendrán, incluso, mejores resultados. 

Hasta ahora Citrosol disponía de un drencher piloto de dimensiones casi comerciales, con diversas características incorporadas, que le han permitido mejorar mucho su tecnología Citrosol Vertido Cero. Ahora con la instalación de la línea experimental completa se podrá evaluar en un entorno industrial controlado lo que puede ocurrir en un almacén. Un salto cualitativo con el que Citrosol cierra el círculo para testar desde la llegada de la fruta de campo pasando por el posterior tratamiento drencher y en línea hasta el almacenamiento de la fruta.

“La planta piloto que tenemos en el laboratorio y que ahora hemos ampliado replicando una línea completa de una central hortofrutícola es un desarrollo fundamental, un paso decisivo para cerrar la brecha entre los estudios en nuestro laboratorio y el traslado a nivel industrial, en definitiva, para reducir la variabilidad industrial”, describe Benito Orihuel, postharvest advisor en Citrosol.


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