VALÈNCIA. Es bien sabido que l’Horta Sud es una comarca densamente urbanizada y atravesada por una red de infraestructuras que condiciona su territorio. Así lo advirtieron diversos expertos en urbanismo tras la Dana que azotó la zona el 29 de octubre del pasado año, cuando coincidieron en que la falta de espacios naturales para laminar el agua agravó las inundaciones.
Entre los municipios más afectados se encuentran Alfafar y Sedaví, que conviven literalmente rodeados de grandes infraestructuras: por un lado, las vías del tren; por otro, la carretera V-31, conocida como la Pista de Silla. Ambas se elevan hasta cuatro metros sobre el nivel del suelo, lo que las convirtió durante las inundaciones en auténticos muros de contención que impidieron el drenaje natural del agua y provocaron su acumulación en ambos municipios.
“Primero fue un efecto dique, después una gran ola”
El alcalde de Sedaví, José Cabanes, recuerda que “el 29 de octubre el agua llegó hasta la línea férrea, donde las pantallas de hormigón, de unos cuatro metros de altura, hicieron de dique hasta que no pudieron soportar más y cedieron”. A partir de ese momento, relata, “el agua entró como una ola que arrasó el municipio”, especialmente en la avenida País Valencià, una de las principales arterias de la localidad, que permaneció en algunas zonas inundada incluso al día siguiente.

- Paso a nivel entre Alfafar y Sedaví. -
- Foto: ROBER SOLSONA/EP
En el caso de Alfafar, su alcalde, Juan Ramón Adsuara, explica que el agua procedente de Paiporta se frenó en el doble vallado que protege la línea ferroviaria, lo que “primero generó un efecto dique y después una ola que arrasó las calles más próximas a las vías”. El primer edil resume la situación con una frase que se ha vuelto recurrente en el municipio: “Estamos atrapados entre las vías y la autopista”. “Queremos que se soterren las vías y aprovechar el tramo para crear una zona verde que ayude a laminar el agua”, proponen los alcaldes de ambos municipios.
A este problema se suma otro punto crítico en la pedanía de La Torre que también comparte Sedaví, donde la sobreelevación del trazado ferroviario al llegar al puente sobre el río Túria, unida a un dique de obra, dificulta todavía más el paso del agua.
El problema se agrava en la pista de Silla
La pista de Silla agrava esta situación. Esta carretera, una de las principales vías de entrada y salida de València, actúa como una barrera adicional que impide que el agua fluya hacia l’Albufera. El alcalde de Alfafar asegura que “el agua no desagua bien hacia el parque natural”, lo que provoca que áreas como la zona comercial de Alfafar y Sedaví, situada junto a la autopista, se inunden con facilidad.

- La pista de Silla tras la Dana. -
- Foto: ROBER SOLSONA/EP

- Zona comercial de Alfafar tras la Dana. -
- Foto: EDUARDO MANZANA/EP
Con las vías del tren por un lado y la autopista por otro, Alfafar y Sedaví se han convertido en una balsa artificial, una situación que los municipios reclaman abordar con soluciones estructurales antes de que otra Dana vuelva a ponerlos a prueba.