VALÈNCIA. ¿Qué ocurre con la bolsa de basura después de tirarla al contenedor gris? En el caso del área metropolitana de València, ese recorrido continúa en la planta de tratamiento de Manises, donde cada día se procesan cientos de toneladas de residuos con un objetivo claro: recuperar todo lo posible antes de que acabe en el vertedero. Gestionada por la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos (Emtre), la instalación ha abierto este viernes sus puertas a los medios de comunicación por primera vez, coincidiendo con el Día Mundial del Reciclaje.
La Emtre es el organismo encargado de tratar los residuos del contenedor gris (resto), el marrón (orgánica selectiva) y los depositados en la red de ecoparques. Atiende a 45 municipios y da servicio a más de 1,6 millones de personas, por lo que gestiona más de 620.000 toneladas de residuos al año entre sus dos grandes instalaciones: Manises y Hornillos, situada en Quart de Poblet.

- Instalaciones de la planta de tratamiento de residuos de la Emtre en Manises. -
- Foto: EMTRE
En concreto, la planta de Manises recibe exclusivamente los residuos del contenedor gris -la fracción resto- y pone en marcha un sistema automatizado y preciso para recuperar materiales reciclables y procesar la materia orgánica. El presidente de la Emtre y también alcalde de Almàssera, Emilio J. Belencoso, ha explicado que casi el 70% del contenido del contenedor gris está mal separado.
Los plásticos, los envases, el papel o el vidrio que deberían ir en otros contenedores terminan mezclados con lo que realmente corresponde a esta fracción, como pañales, excrementos o restos de barrido. Esta mala separación repercute tanto en el rendimiento del sistema como en el coste de su tratamiento.
"El uso incorrecto del contenedor gris supone un gran reto", ha coincidido el concejal de Manises y representante de la Emtre por el municipio, Rafa Mercader, quien también ha aprovechado para desmentir un rumor muy extendido: "No es cierto que se recojan los residuos por separado y luego se mezclen. Lo que entra aquí se trata con procesos muy precisos y exigentes".
Lo que todavía vale
La planta de Manises tiene capacidad para 350.000 toneladas anuales. Se asienta sobre una superficie de más de 42.000 metros cuadrados, de los cuales 14,6 m² pertenecen a la nave de recepción de residuos y 27,6 m² al área de compostaje. En la primera fase del proceso, los residuos se descargan en grandes fosos con capacidad para 500 toneladas.
Desde allí, mediante grúas, tromeles, cribas, separadores balísticos, sistemas ópticos y manuales comienza un compleja cadena de separación que permite extraer materiales reciclables: PET, film plástico, briks, aluminio, cartón, vidrio y otros subproductos que se compactan en balas y se revenden a recicladores autorizados.
Uno de los puntos clave de la instalación es el cuarto óptico, donde se clasifica el plástico por tipo de polímero. Este nivel de precisión permite recuperar materiales que antes acababan directamente en el vertedero. Según datos de la entidad, en 2024 se ha logrado recuperar un 9,34% de subproductos procedentes del contenedor gris.

- Instalaciones de la planta de tratamiento de residuos de la Emtre en Manises. -
- Foto: EMTRE
Compostaje o cómo aprovechar los residuos orgánicos
Aunque el compost de mayor calidad procede del contenedor marrón, en la planta de Manises también se aprovecha la materia orgánica contenida en los residuos mal separados. Esta se canaliza a un proceso de compostaje aeróbico con trincheras, que posee un control de humedad y aireación a través de volteadoras automáticas.
El jefe de planta, Pepe Cuenca, ha explicado que en 2013 se incorporó una línea de cribado intermedio para seguir recuperando materiales valiosos incluso en la "etapa de maduración". Más tarde, en 2024, se sumó una nueva línea de afino que mejora la calidad del compost final, lo que permite separar fragmentos aún más pequeños de vidrio o metales.
El resultado es un compost estabilizado que se utiliza en agricultura o jardinería, procedente de un proceso cada vez más afinado. En total, el 11,93% de los residuos tratados por la Emtre el año pasado corresponde a esta fracción orgánica recuperada y transformada.
Inversión y conciencia ciudadana
La Emtre ha invertido en los últimos años millones de euros en mejorar su capacidad tecnológica, adaptándose a la evolución del residuo urbano. "Ahora hay que separar cosas que antes no existían", ha apuntado Cuenca, quien ha destacado la importancia de que la ciudadanía entienda el impacto de lo que deposita en su cubo de basura.
La frecuencia de recogida también influye. Mientras que el contenedor gris se vacía casi a diario en la mayoría de municipios, el amarillo, que corresponde a los envases ligeros, se recoge una o dos veces por semana. Esto lleva a muchos vecinos a mezclar residuos por comodidad, lo que complica su recuperación posterior.

- El presidente de la Emtre, Emilio Belencoso, junto a los responsables de la planta. -
- Foto: VP
Además, desde la Emtre se trabaja en un nuevo plan de educación ambiental que se desarrollará en colaboración con ayuntamientos y mancomunidades. Cabe destacar que, en el último año, más de 55.000 personas han participado en actividades impulsadas por la entidad.
Lo cierto es que separar correctamente la basura en casa no solo facilita el trabajo en la planta: reduce costes municipales, mejora los resultados ambientales y permite que más residuos se conviertan en nuevos productos. Por tanto, el ciclo del reciclaje comienza en casa, con cada pequeño gesto.